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16 dic 2024

Conciencia de clase, psicología y anarquismo

Por Ángel E. Lejarriaga



Hemos partido de una definición de la «conciencia» como un conocimiento que un ser tiene de sí mismo y del medio en que se desarrolla; en sí, la relación entre el sujeto y el objeto. Se ha complementado esta definición con la afirmación de que la conciencia realiza un examen de los conceptos de bien y mal, lo que la situaría ―como hipótesis― en una posición moral. Esto nos permite introducir un importante concepto como es el de «conciencia social». A partir de esta introducción, se ha realizado una aproximación a la Psicología cognitiva a la que se ha definido como la disciplina que estudia los procesos mentales implicados en el conocimiento. Su pretensión es explicar cómo los seres humanos interpretan el mundo en el que se desenvuelven; defiende que la conducta se produce en función del procesamiento humano (pensamiento); es decir, los sistemas de creencias, los deseos y las motivaciones impulsarían la conducta; partiendo siempre de la premisa de que dicho sistema de creencias es aprendido. 

A continuación se ha definido el concepto de conciencia de clase como una capacidad para entender las relaciones de explotación y la posición que el individuo ocupa dentro de ellas. Esta toma de conciencia sería clave para la resolución o afrontamiento de los antagonismos de clase. Además, se ha afirmado que la conciencia de clase sería un paradigma fundamental para interpretar el mundo, modificar nuestra estructura de procesamiento psicológico y elicitar conductas transformadoras. 

Y hemos llegado a la conclusión de que necesitamos una filosofía que estructure la revuelta, el pensamiento crítico, el malestar social, que posea la capacidad de tocar todos los aspectos de la sociedad y ofrezca a su vez soluciones que partan de la libertad y el bien común. Esa filosofía, para nosotras, es el anarquismo. Kropotkin dijo que la clave de la evolución humana era el apoyo mutuo. Precisamente este es el principio básico que hay que incorporar a nuestro sistema de creencias. Podemos despertar nuestra conciencia de explotados; pero para que la sociedad progrese es necesario que se cumplan unas condiciones psicológicas mínimas, basadas en el impulso que inspira la libertad, el apoyo mutuo, una educación liberadora, la creatividad, la racionalidad, la ciencia y el amor.

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