6 may 2024

Gloria a los detectives perdedores


El largo adiós (1953)

Raymond Chandler




Por Ángel E. Lejarriaga



Raymond Thornton Chandler nació en Chicago en 1888 y murió en California en 1959. La infancia de Chandler no fue la mejor que se pueda desear, su padre era alcohólico y maltratador, y en un momento dado abandonó a su familia, para divorciarse posteriormente. Lo que en principio fue tan malo acabó en una formación literaria exigente en Inglaterra, ayudado por un tío de su madre, un adinerado abogado irlandés, cuáquero por más señas. Durante los años 1905 a 1907 viajó por Alemania y Francia. En 1907 se nacionalizó británico.

En un primer momento entró en el ejército pero el autoritarismo militar no le convenció, entonces decidió seguir otros caminos y empezó a trabajar para el London Daily Express y para la Bristol Western Gazette. En 1912 regresó a los EEUU y se instaló en San Francisco. Como no tenía muy claro cómo se iba a ganar el sustento, estudió contabilidad por correspondencia. El inicio de la Primera Guerra Mundial le llevó directamente al frente francés con los Gordon Highlander de Canadá. Terminada la contienda regresó a California donde pasaría el resto de sus días.

Tras la muerte de su madre contrajo matrimonio con Pearl Cecily Bowen, que duraría hasta la muerte de ella treinta años después. Todo no iban a ser parabienes, aunque el detalle sobre su relación parezca halagüeño. Hacia 1932 económicamente estaba bien, era vicepresidente de Dabney Oil Syndicate, pero no atendía demasiado su puesto de trabajo, solía abusar del alcohol y era un conocido perseguidor de secretarias. Una combinación en exceso "espiritosa"; así que se quedó sin empleo y en plena recesión económica tuvo que ponerse a escribir en revistas populares de crímenes baratas para poder pagar las facturas.

Se ha dicho que “gracias a él la novela negra ganó una dignidad literaria descocida hasta entonces”. Si bien empezó a escribir para sobrevivir, desarrolló oficio hasta el punto de dedicar toda su vida a este desempeño, y con éxito. En un primer momento escribía imitando a Dashiell Hammett, pero algo les diferenciaba a ambos, la ironía y el cinismo que Chandler rebosaba. Hacía 1939 había logrado definir un estilo propio y Philip Marlowe estaba presente en sus narraciones con rasgos particulares de lo que más tarde sería su perfil característico: honestidad, ingenio y sarcasmo.

La obra de Chandler, en general, pone en entredicho a la sociedad americana de los años cuarenta y cincuenta, caracterizada por la ambición y el poder, estos eran el móvil fundamental en el que flotaban las relaciones de los estadounidenses, con excrecencias en forma de corrupción y criminalidad de la que ninguna clase social quedaba excluida.

Su primera novela se publicó cuando contaba 51 años, de hecho su producción literaria posterior es corta. El sueño eterno (1939) fue el inicio de una carrera breve pero intensa. En esta obra hace acto de presencia el detective Philip Marlowe. No obstante, la crítica de su tiempo valoró El largo adiós como la mejor de sus novelas. En 1943 comenzó a trabajar para la factoría Hollywood con un guion basado en la novela de James Cain Perdición. Desempeñaría este ofició estaría hasta 1951. Su esposa falleció tres años después, en 1954; desde entonces Chandler tuvo los días de vida contados, comenzó a beber compulsivamente, padeció fuertes depresiones con intentos de suicido incluidos, así hasta su muerte en 1959.

El largo adiós (1953) comienza y termina con la historia de un veterano de guerra, Terry Lennox, casado con una rica, sofisticada y bella mujer, que resulta asesinada. Philip Marlowe, del que se hace amigo, le ayuda a escapar de las autoridades y del país, si bien no queda claro si Lennox ha sido el asesino. Marlowe es un perdedor al que le gustan los perros abandonados, los gatos callejeros, los pájaros con un ala rota, y toda la fauna descolorida de desheredados que pululan por la ciudad, por eso le cae bien Lennox. Es posible que los perdedores se atraigan entre sí. Cuando Lennox se suicida Marlowe duda sobre la versión oficial y comienza a investigar. A todo esto se mezcla otra historia por el camino, Marlowe debe encontrar a Roger Wade, un reconocido escritor, que ha desaparecido, por encargo de su mujer. La novela está cargada de melancolía; Marlowe es un tipo duro, un caballero medieval, solitario, a la busca de algo que no sabe qué es. Hace lo que le gusta, podría estar en otro lugar pero no es lo que quiere, aunque eso suponga estar en la ruina económica. Su fuerza se asienta en sus valores.
"La honestidad siempre es la mejor política."
Las opiniones de los demás le son indiferentes. Él no juzga sólo mira y se pregunta si lo que hace le acerca o le aleja de sí mismo. Pero Marlowe no es un optimista, está desengañado de todo, por lo que en algunos momentos resulta cínico. Tal vez al hablar del detective estoy hablando directamente de Raymond Chandler. A través de su mirada escrutadora nos abre la puerta a la vida política y social de su tiempo.
 “La mayoría de la gente pasa por la vida gastando la mitad de las energías de que dispone en tratar de proteger una dignidad que nunca ha poseído.”
Chandler proyecta en su detective la “sabiduría” acumulada durante sus cincuenta años de vida. En cualquier caso, expresa una idea romántica de la existencia y sobre todo un gran idealismo. Ante nuestros ojos, Marlowe nos parece un héroe, ante los de su contexto narrativo no es más que un fracasado, un “héroe perdedor”, por encima de todo compasivo con los desgraciados que se cruzan en su camino. No se suele quejar pero está solo, se ve a la legua, y sus pasos finales nos dejan un poso de amargura. Ha cumplido con su deber pero en el fondo ha perdido la partida.
"Me dedico sobre todo a matar el tiempo, pero le cuesta morirse."


OBRA

Novelas

1939 - El sueño eterno.

1940 - Adiós, muñeca.

1942 - La ventana siniestra.

1943 - La dama del lago.

1949 - La hermana pequeña.

1953 - El largo adiós.

1958 - Cocktail de barro.

1959 - La historia de Poodle Springs.

Guiones

"Perdición" (1944), película dirigida por Billy Wilder, guion de Wilder y Chandler, basada en la novela de James M. Cain.

"La dalia azul" (1946), película dirigida por George Marshall.

"Extraños en un tren" (1951), película dirigida por Alfred Hitchcock, guion de Whitfield Cook, Czenzi Ormonde y Chandler, basada en la novela de Patricia Highsmith.


Premios Óscar

1945 - "Perdición", mejor guion (nominado).

1947 - "La dalia azul", mejor guion original (nominado).

 





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