Su furor por escribir hizo que sus estudios no fueran todo lo bien que se esperaba de él. En cualquier caso, en 1917 abandonó la universidad para enrolarse en el ejército norteamericano. Antes de incorporarse escribió otra novela, The Romantic Egoist, que puso en manos de la misma editorial, y que también rechazó.
Durante su estancia en la universidad se enamoró locamente de Ginevra King, mujer que le inspiró varios personajes de sus novelas, por ejemplo el de Isabelle Borgé de la novela This Side of Paradise o Daisy en The Great Gatsby
Durante su estancia en el ejército con el grado de subteniente de infantería en el campamento Sheridan, en Montgomery, Alabama, conoció a Zelda Sayre, la hija de un juez del Tribunal Supremo de Alabama. En cuanto la vio se enamoró de ella. Zelda estaba considerada una “perla” de la alta sociedad de Alabama.
La guerra terminó sin que él pisara el frente y fue licenciado. Entonces se marchó a Nueva York con la intención de iniciar una carrera de publicista. Por supuesto seguía perdidamente enamorado de Zelda pero las diferencias de clase hacían que su compromiso no fuera a más. Zelda cedió en un primer momento a las solicitudes de Scott pero más tarde rompió el compromiso, Fitzgerald no era casi capaz de mantenerse a sí mismo, lo que convertía en insólito mantener a la caprichosa Zelda. Descorazonado regresó a vivir con sus padres y comenzó a revisar The Romantic Egoist, que convirtió en This Side of Paradise, un relato autobiográfico de su estancia en la universidad. En esta ocasión la novela fue publicada, corría el año 1920, y fue un éxito de ventas, hasta tal punto que consiguió ingresos regulares, lo que satisfizo lo suficiente a Zelda como para aceptar casarse con él. Fitzgerald había conseguido los dos objetivos más importantes de su vida: ser escritor y desposar a Zelda.
Los años veinte fueron prolíficos para el joven escritor, literariamente hablando. En 1922 publicó The Beautiful and Damned, en 1925 The Great Gatsby. También algunas novelas cortas como: The diamond as big as the Ritz (1922), May Day (1922) y The rich boy (1926). Y colecciones de historias cortas: Flappers and philosophers (1921), Tales of the Jazz Age (1922) y All the sad young men (1926).
En esos años Fitzgerald viajó mucho por Europa, fundamentalmente estuvo en París y en la Riviera francesa. Allí conoció a muchos expatriados norteamericanos, entre ellos, especialmente, Ernest Hemingway. La relación de la pareja Fitzgerald con Hemingway fue tormentosa. Ernest y Zelda se odiaban a muerte. Hemingway consideraba que ella empobrecía la escritura de Fitzgerald y lo conducía al alcohol. En cualquier caso, Fitzgerald no dejó de escribir en ningún momento y vendía a buen precio todos los relatos cortos que salían de su pluma. También vendía lo que escribía para Hollywood. No ponía mucho interés en lo que hacía, pero le era urgente conseguir dinero para mantener el tren de vida que “necesitaba” Zenda. Esta forma de hacer literatura significaba para él una renuncia a su creatividad como escritor, y aunque la criticaba no dejó por ello de usarla. Su abuso del alcohol no le ayudó precisamente a mejorar la situación.
En pocos años la vida se le complicó mucho. Sólo su primera novela le dio dinero, el suficiente para satisfacer a Zelda. Pero estar casado con Zelda no solo suponía llevar un tren de vida de ricos, que no lo eran, sino que además había que lidiar con la esquizofrenia que ella padecía; ambas cosas suponían una sangría económica difícil de sostener.
En 1926 los Fitzgerald se instalaron en Hollywood por invitación del productor John W. Constantine, lo que significaba trabajo, es decir, una fuente de ingresos permanentes; pero se enamoró de la actriz Lois Moran lo que genero a la pareja muchos problemas y un repentino cambio de domicilio.
Llegados a 1932, Zelda es hospitalizada en Maryland. Mientras, Fitzgerald siguió escribiendo, entre otras cosas Suave es la noche. El libro no fue lo que se dice un fracaso pero no tuvo los resultados que él esperaba. Su vida iba cuesta abajo de manera imparable: problemas económicos, la enfermedad de Zelda y su alcoholismo (fue ingresado en nueve ocasiones para hacerle una cura de desintoxicación), le condujeron inexorablemente al desastre. En 1936 Zelda fue hospitalizada de nuevo, en este caso en el Hospital Highland de Asheville, Carolina de Norte. Eso le dio cierta tranquilidad para escribir, firmó un acuerdo generoso con la Metro-Goldwyn-Mayer (MG), lo que hizo que volviera a instalarse en Hollywood. Tenía trabajo, dinero y se veía con una columnista, Sheilah Graham. Lo más significativo de esa época, en cuanto a trabajo literario se refiere, fue su colaboración en los guiones de “Lo que el viento se llevó” y “Madame Curie”; simultáneamente escribió la que sería su última novela: El último magnate, publicada después de su muerte.
Cuando finalizó su contrato con la MGM siguió haciendo guiones de manera independiente y así se ganaba la vida dignamente, pero su alcoholismo le estaba matando. Entre 1939 y 1940, año de su muerte, escribió una serie de historias cortas recopiladas más tarde como The Pat Hobby Stories, que publicó Esquire. En estas historias se mofaba de los escritores mercenarios que trabajaban para Hollywood. Fitzgerald murió de un ataque al corazón el 20 de diciembre de 1940.
Suave es la noche se publicó en 1934. Darle forma le llevó ocho años. Digamos que la escribió en una etapa bastante dura en su vida, que finalizó de manera dramática. No tenía dinero, lo pedía sin cesar a los pocos amigos que le quedaban, entre ellos a su agente literario y a su editor; escribía lo que fuera para obtener ingresos.
Hasta la publicación de esta obra habían pasado nueve años sin que las librerías gozaran de una nueva novela. En ese tiempo inició otras que no llegaría a terminar.
El título de la novela procede de la Oda a un ruiseñor, de John Keats. El texto es autobiográfico. Cuenta la historia de un psicoanalista, Dick Diver, y Nicole, su esposa, que antes de serlo fue su paciente. La novela es dura porque la vida del autor en el momento de escribirla era un auténtico túnel sin salida.
Tuvo dos ediciones, una en 1934, que se considera la que quiso escribir Fitzgerald, y otra publicada tras su muerte, en 1951, estructurada y revisada por Malcolm Cowley, amigo y crítico del autor; el resultado fue una obra más fácil de leer para el “gran público”.
Si observamos el recorrido del personaje principal, Dick Diver, vemos que posee los elementos personales que definen al propio Scott Fitzgerald: talento desperdiciado, sentimientos de frustración que es incapaz de afrontar o búsqueda de un escape a través del alcohol. ¿Cómo superar el dolor que le produce la esquizofrenia de Nicole? ¿Cómo lo superó el propio autor con respecto a Zelda? No lo superaron, ninguno de los dos. Diver podía haber dejado a Nicole (Zelda) y experimentar una nueva relación afectiva que tal vez, solo tal vez, le hubiera ayudado a salir adelante; sin embargo, una dualidad ardua de resolver para él lo arrastró al abismo y a una muerte prematura.
La novela apareció en un mal momento económico del país, en plena crisis del año 29; al mismo tiempo, la figura de Scott Fitzgerald, después de tanto tiempo sin publicar una novela, se había diluido en la memoria del público, y no era más que un vago recuerdo de los felices años 20, la bonanza económica y la expansión del jazz. Suave es la noche comienza con un ambiente glamuroso y fresco lleno de esperanza, lo que sigue después se aproxima más a esas pesadillas de las que no podemos despertarnos.
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