El día 11 de marzo del año 2004 parecía un día como otro cualquiera, día de trabajo, de estudio, de responsabilidades cotidianas, la población de Madrid se levantó con bostezos y cansancio, sin protestar demasiado, como todas las mañanas. Sin embargo, ese día iba a ser diferente porque varias bombas habían sido colocadas en trenes de cercanías en los que viajaban miles de personas en dirección a sus puestos de trabajo. Este libro es el diario que llevé durante cinco días y que ahora, veinte años después he recuperado.
El libro tiene tres partes bien diferenciadas. Una, mi reacción emocional ante los acontecimientos, otra mis reflexiones y la tercera una descripción pormenorizada de lo sucedido. Las tres son diferentes pero convergen en un centro unificador: el horror ante lo que es capaz de hacer el ser humano. Hoy en día podríamos hacer otro diario de guerra, por llamarlo de alguna manera, sobre lo que está sucediendo en Gaza, en Cisjordania, en Líbano y en tanto otros sitios. Cada uno de estos diarios contendrían la historia de unos hechos realizados por hombres y mujeres, sobre los que tendríamos que reflexionar con detenimiento, porque no ocurren por una acción divina, sino que son fruto de decisiones de los que mandan, ejecutadas por los que obedecen. Es nuestra historia.
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