3 nov 2025

La hija del capitán

LA HIJA DEL CAPITÁN (1836)
Alexander Pushkin



Por Ángel E. Lejarriaga


Aleksandr Pushkin (1799-1837) es considerado el fundador de la literatura rusa moderna. Nació en Moscú en el seno de una familia noble. Desde muy joven mostró un talento excepcional para la poesía, y durante sus años de estudio en el Liceo Imperial compuso versos que lo situaron como una figura prometedora en el panorama literario ruso. Su estilo, caracterizado por la pureza del idioma y la precisión expresiva, estableció las bases del ruso literario contemporáneo.

Pushkin fue un espíritu libre y un crítico manifiesto del absolutismo zarista, lo que tuvo amargas consecuencias para él, por ello fue desterrado en 1820 al sur del imperio ruso, donde tuvo la oportunidad de conocer de manera involuntaria el Cáucaso, Crimea y Besarabia. Estos paisajes le inspiraron importantes obras como El prisionero del Cáucaso (1821) y Los Gitanos (1827). Una vez perdonado, pudo tener una vida social rica, obteniendo su literatura un gran reconocimiento; eso sí, bajo vigilancia policial. En 1831 le aconteció un suceso ambivalente, por un lado feliz y por otro desgraciado. Se casó con una mujer, según las fuentes de entonces, extremadamente bella, Natalia Goncharova, lo que provocó a corto plazo rumores en la alta sociedad sobre las hipotéticas infidelidades de ella. Estos rumores afectaron profundamente a Pushkin hasta el punto de desafiar en duelo al barón D’Anthès, supuesto pretendiente de su esposa; el resultado de este duelo fue la muerte de nuestro autor, corría el año 1837.

A pesar de su corta vida literaria, su obra abarca de manera extensa la poesía, el teatro y la prosa. Entre sus textos más célebres figuran Eugene Oneguin (1825-1832), Borís Godunov (1825) y La hija del capitán (1835), considerada la cumbre del romanticismo ruso.

La hija del capitán (1836) fue publicada un año antes de la muerte de Pushkin. Sobre esta novela se ha escrito que es la culminación del trabajo creativo del autor, y una de las primeras grandes novelas históricas rusas. Se encuentra ambientada en la rebelión campesina de Yemlián Pugachov (1773-1775). La historia combina el rigor histórico con la sensibilidad romántica, y aporta una reflexión digna de citar sobre la lealtad, la honorabilidad y el destino individual frente al poder y la violencia. Está narrada en primera persona por Piotr Adréievich Griniov, un joven noble enviado por su padre a un remoto acuartelamiento fortificado situado en Bélgorod, para servir como oficial en el ejército del zar. Allí conoce a María Ivánovna, hija del capital Mirónov, y, naturalmente, se enamora de ella. Algo nada sorprendente, desde luego, pero el agradable suceso se complica cuando estalla la revuelta campesina impulsada por un cosaco, Pugachov, que quiere liberar al pueblo y de paso convertirse en zar. Este acontecimiento, evidentemente, trastoca las vidas de los protagonistas. La fortaleza de Bélgorod es asaltada, el capitán Mirónov ejecutado y Griniov, tras un azaroso encuentro con el propio Pugachov, se ve inmerso en una encrucijada de fidelidad y compasión.

Pushkin presenta a Pugachov de un modo ambivalente. Este rebelde mesiánico se manifiesta en general de manera cruel y autoritaria, pero también tiene atisbos de magnanimidad y justicia. Se ha hipotetizado que este enfoque moral, tan complejo y tan característico de los seres humanos, puede anticipar la futura forma de escribir de Tolstoi y Dostoievski. Griniov es la representación de la integridad moral y su amada María Ivánovna una muestra viva de la pureza y la fuerza interior de la inocencia.

El estilo de Pushkin dista bastante de los escritores románticos occidentales; se caracteriza por la sobriedad, evita una edulcoración lírica y redundante que vuelva empalagosa las escenas que describe. En pocas páginas dibuja un retrato social del Imperio ruso; por ejemplo, la distancia abismal entre los nobles y sus siervos campesinos que viven en la indigencia; también describe la brutalidad de la guerra civil en la que hay poco margen para la compasión, aunque desde luego la hay; la fragilidad del orden existente y la arbitrariedad del poder. Pugachov, a pesar de su ferocidad, transmite un mensaje claro: la injusticia conduce a la rebelión de los siervos, de los desesperados, de los que no tienen nada que perder porque carecen de todo.

El tema central de la novela, aparte del amor entre María y Piotr, es la fidelidad a la palabra dada, a los principios. Cuando Piotr Griniov decide permanece fiel a la emperatriz, Pushkin plantea un difícil dilema, el derivado de la tensión entre las convicciones morales individuales y la mera supervivencia. Al protagonista se le mide por su coherencia ética. ¿Qué es eso hoy día? Buena pregunta. Ahora bien, el autor no idealiza, la historia está cargada de traiciones, de ejecuciones y de algunos actos de clemencia; en el mundo de Griniov la barbarie es la dueña y señora.

Con esta novela, Pushkin, sin saberlo, puso punto y final a su carrera literaria, dejándonos una síntesis de realismo y profundidad ética; no sólo nos legó una historia de amor en tiempos de guerra, sino que nos presentó la complejidad de la condición humana, aunque no sepamos bien qué es tal cosa.

OBRA:

· Ruslán y Liudmila (1820)
· Gavriliada (1821)
· El prisionero del Cáucaso (1821)
· Los hermanos ladrones (obra teatral) (1821-1822)
· La fuente de Bajchisarái (1823)
· El conde Nulin (1825)
· Los gitanos (1827)
· El negro de Pedro el Grande (1827)
· Poltava (1829)
· Pequeñas tragedias (1830)
· La casita en Kolomna (1830)
· Borís Godunov (1825)
· La historia del pueblo Goriújino (1830)
· Cuentos del difunto Iván Petróvich Belkin (1831)
· Eugenio Oneguin (1825-1832)
· Cuento del pescador y el pescado (1833)
· Dubrovski (1833)
· La dama de picas (1833)
· Kirdzhali (1834)
· La historia del motín de Pugachov (1834)
· Escenas de tiempos caballerescos (1835)
· La hija del capitán (1836)

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