6 feb 2012

No hay libertad en la miseria (IV)

Siempre juntos



Por Ángel E. Lejarriaga


Pronto amanecerá. Será nuestra última visión de un hermoso día. Antonia descansa tranquila, acurrucada a mi costado, como una niña. Se remueve y me llama.
Tiene 69 años y me parece tan joven y hermosa como el primer día en que la conocí. Llevamos juntos cuatro décadas y la quiero tanto como al aire que respiro.
—No te preocupes, cariño. Estoy a tu lado. Duerme.
Lo hemos intentado todo y ha sido inútil, los políticos y los burócratas del Estado nos ignoran. Somos ciudadanos de usar y tirar. Quizá porque no tenemos nada hemos dejado de contar. Estamos fuera de la sociedad. Ayer tuvimos una cita con un empleado del ayuntamiento, un trabajador social. No haremos más visitas, para qué.
—Lo siento pero no podemos hacer nada por ustedes. La casa de acogida es la única alternativa —nos dijo el funcionario.
—No lo entiendo. Hemos trabajado toda nuestra vida de manera incansable. No le debemos nada a nadie. Esta crisis no es culpa nuestra pero la pagamos —dije, furioso, mientras Antonia lloraba en silencio.
—¡Qué quiere que le diga! A mí me pagan por manejar unos recursos que no poseo...
—No tenemos empleo. No cobramos paro. Hemos perdido nuestra querida casa. ¿Este es el premio por toda una vida de esfuerzo?
—Las cosas están así…
—Sus jefes carecen de problemas económicos. Usted también. Su misión es mirarnos con desprecio y decirnos que no se puede hacer nada. Somos seres humanos, aunque seamos pobres.
—Yo solo quiero tener una pequeña casa en la que leer y cocinar, y estar con mi marido. Sentir la lluvia golpear en los cristales, viendo cómo las horas se deslizan serenas por mi piel —dijo Antonia, con la mirada perdida.
—¿No hay un trabajo para nosotros? Por mísero que sea, nos da igual. Necesitamos vivir con dignidad. No me sirve un «No» por respuesta —dije, hablando al vacío.
—Mire, señor, yo no tengo medios que ofrecerle. Tomo sus datos e informo pero ahí se acaba todo. No dispongo de empleos, ni casas en las que puedan vivir —dijo el funcionario.
—Entonces, ¿por qué no dimite? Usted es cómplice del genocidio que se está produciendo con los desamparados —dije, desafiante.
—¡Tengo que vivir!
—Usted vive de nuestra miseria. Lo mismo que otros muchos ciudadanos, presuntamente útiles para la sociedad. Usted lava la cara a los corruptos que determinan nuestras vidas.
—¡Ya está bien! No estoy aquí para que nadie me insulte.
—Lo lamento, pero es lo único que me queda. No obstante le pido perdón por mi descortesía. Disculpe que le hayamos molestado con nuestros problemas. Supongo que habrá otras personas que también querrán contarle los suyos y que necesita incluir en su estadística.
Acabada la conversación me levante y tomé de la mano a Antonia para que me acompañara. Ella me miró con los ojos muy abiertos. Sus pupilas me preguntaban si no había esperanza. «No, mi amor. No tenemos esperanza». Salimos de la oficina municipal erguidos, con orgullo, no estábamos mendigando, solo reivindicábamos nuestro derecho a la vida.
El sol repunta en el Este, sembrando un mar de llamas que dibujan destellos en mis lágrimas, en una despedida dolorosa de este mundo azul, maravilloso, del que no hemos podido gozar plenamente. Es inútil seguir lamentándose. La ayuda que necesitamos no llega y lo que nos espera es peor: vivir separados. Hemos estado juntos en la ventura y también lo vamos a estar en el infortunio. Nadie, ni la miseria, va a romper esta unión que trascenderá a la muerte.
Nos sumergimos en el pozo del olvido definitivo con un grito impotente que esperamos que tenga eco en los oídos de los desgraciados de nuestro tiempo. Ellos son los únicos que escuchan aunque su miedo les lleve a permanecer adormecidos ante la injusticia que marca nuestro destino. Nuestra dignidad es su dignidad. Deseamos que este gesto prenda una llama que haga explotar la furia de esos millones de conciencias que sueñan con un milagro de un dios que no existe.


Recursos consultados:

http://america.infobae.com/notas/41992-El-desgarrador-final-de-Salvatore-y-Antonia
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/12/internacional/1326372899.html
Salvatore y Antonia. Vídeo


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En memoria de Salvatore de Salvo y Antonia Azzolini

20 comentarios:

  1. Es terrible a lo que estamos llegando. Hoy he hablado con un compañero sobre lo que está sucediendo en el país y ambos nos extrañábamos de nuestras propias palabras. Era como si contáramos historias de tiempos pasados.

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  2. Hay que detener esta auto destrucción que nos domina, somos personas no estadísticas.

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  3. Conocía la noticia que saltó a los medios de comunicación. Hay muchos más casos que salen en la prensa con cuentagotas. Estamos verdaderamente enfermos cuando elegimos auto destruirnos antes que matar a nuestro enemigo.

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  4. Tenemos que apretar las mandíbulas y combatir, la mejor cura para la depresión es el combate. Si hemos de morir que sea con las armas en la mano y con la dignidad como bandera. Es mejor morir en la lucha que llevar una vida de mierda, sin futuro.

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  5. Estamos en guerra y no lo sabemos. Ellos están preparados para someternos y nosotros esperamos no sé el qué.

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  6. José,lo que me parece totalmente de nfermo es hablar de matar al enemigo. Hay muchas formas de acabar con las injusticias.la historia nos debería haber enseñado que ni la guerra ni matar ni hablar de enemigos permiten construir nada ni llegar a nada bueno. Escuchémonos...angel pon un poco de cordura,esta bien ser críticos,pero la violencia es el recurso de los torpes o de los que no pueden aportar nada

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    1. Parece que asumimos de manera muy ligera que solo el poder tiene libertad para ejercer la violencia. Tendríamos que hablar de qué violencia hablamos cada uno. La violencia de los ricos es injusta, la violencia de los pobres se basa en la autodefensa, en pura supervivencia. A través de la historia ningún rico, ni poderoso, ha cedido ni su riqueza ni su poder si no ha sido porque se ha usado la violencia. Yo soy pacífico, quiero la paz, pero sé que es inviable sin acabar antes con la injusticia y las desigualdades sociales. Es mi punto de vista.

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  7. No está pasando nada que no haya sucedido antes. La relación de clases es la que es y por tanto las crisis del Capital las pagamos los de abajo. Mientras no cambie la correlación de fuerzas esto seguirá sucediendo. Ahora bien, quiero añadir que hay alternativas. Dentro de nuestras posibilidades podemos hacer cosas. Lo primero es organizarnos y debatir ideas, sin dejar de lado la solidaridad con las personas que lo necesiten. Pero es necesario actuar ya. No voy a debatir si violencia sí o violencia no. Tenemos que centrarnos en la supervivencia más inmediata y para lograrlo tenemos que estar unidos. Salud

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    1. De acuerdo. ¿Por dónde empezamos?

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    2. Creo que debemos constituir grupos de afinidad, con iguales con los que tengamos mucha confianza y luego actuar sobre nuestro entorno inmediato. Más adelante podemos coordinar los diferentes grupos.

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  8. Necesitamos ser fuertes. No podemos entrar en su juego de autodestrucción, el que ellos tengan las armas no quiere decir que no podamos joderles la vida. Estamos metidos en todos los sitios. Conducimos sus coches, hacemos su comida, enseñamos a sus hijos, les vendemos el periódico. Sabemos mucho de ellos. Llegado el momento podemos vengar el daño que hacen al pueblo.

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  9. Es muy importante que a nuestro alrededor observemos las bolsas de pobreza y creemos redes de solidaridad.

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  10. estais fatal, menos mal que la mayoria de la gente que vive en este pais es sensata y trabaja para qie las cosas mejoren, no hace estos comentarios tan... no se como calificarlos...

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  11. Tú debes de vivir muy bien pues parece que ves las cosas de una manera muy fácil. Espero que tengas suerte y no caigas en las situaciones de miseria en las que está cayendo mucha gente en este país. ¿No te has enterado del hombre que se ha quemado vivo en Valencia cuando le han despedido del trabajo?

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    1. A ver yo creo q ese tipo d comportamientos son resultado d la desesperación, y reflejan todos los errores de la sociedad q hemos construido, y deberían movlizarnos xa cambiar las cosas. Otra cosa muy distinta es que los que tenemos problemas superables jaleemos esto y hablemos de matar.por otro lado,no pensar q la solución tiene q ser la violencia hacia 1 mismo o los demás,no tiene porqué implicar q me vaya bien...muy al contrario Jon,lo que pasa que para mi el concepto de lucha va ligado a la supervivencia y aquí para muchos parece estar ligado a la violencia.

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    2. Me confundes. La supervivencia implica necesariamente superar una situación que puede ser límite y ello te empujar a enfrentarte, en el caso que vivimos,a los causantes de esa situación límite. Precisamente el que el mundo financiero y sus colaboradores sobrevivan significa para una parte importante de la población precariedad. Me gustaría imaginar formas de lucha que convencieran mediante la razón a los maltratadores de que dejen de hacerlo. ¿Es posible? Ellos o no son conscientes del daño que hace (lo dudo)o simplemente lo consideran un derecho natural. ¿Qué hacemos ante eso? Por favor, aporta ideas. Todos las necesitamos.

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  12. Jon,
    Tienes razon en una cosa: a veces la razon no es suficiente, con los maltratadores, con los estafadores, con los asesinos, con los políticos corruptos... Entonces es cuando se deben usar normas y aplicar la ley con toda su dureza.

    Se que me diras que las normas estan hechas por los poderosos para los poderosos, pero no es asi. Cada vez hay mas opciones para participar de forma activa en la reforma de las leyes que nos gobiernan o incluso para hacerlas: el sistema esta quebrado y nadie sabe que hacer, por eso ahora hay mas opciones de que se nos escuche.

    Si la gente fuera capaz de organizarse por causas realizables, el sistema podria irse cambiando poco a poco. O movilizarse a traves de la politica. Lo que no creo que tenga sentido es intentar luchar fuera del sistema. NO ES LA MANERA.

    Hay que perseguir pequeñas metas y resolverlas de forma concreta desde los mecanismos del propio sistema. Irlo cambiando desde dentro. No todo es malo... Solo asi se resuelven las cosas y se ayuda a los debiles.

    Dejarse morir, suicidarse o matar, no cambian nada. Solo unas cuantas vidas dejan de existir..

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  13. Me gustaría creer en lo que dices, de verdad. Estoy cansado de ver la vida como una continua amenaza a mis derechos que tengo que defender sin descanso. Es agotador y frustrante. El problema que veo es que la historia no proporciona un relate diferente de cómo se producen los cambios sociales. El Sistema deja resquicios para que pensemos que podemos hacer algo sin correr riesgos, asume ciertas confrontaciones legales pero solo hasta un punto. En un momento dado defiende su seguridad y arremete contra todo lo que le cuestiona. Cuando tengas tiempo puedes ver "La doctrina del Shock", es fácil de encontrar en Internet.

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    1. Tu visión de la historia me parece inexacta. Piensa por ejemplo en la revolución francesa, me dirás que todo ocurrió gracias a la revolución del pueblo contra la monarquía y el antiguo régimen. Para mí no es exacto esto: lo que ocurrió fue que la burguesía, que ya participaba en cierta manera en el sistema y en la toma de decisiones, quería tener pleno derecho a participar -sin ninguna diferencia con la nobleza-y aprovechó la situación económica y el malestar social, para agitar al pueblo y acelerarlo todo. Es decir se manipuló al pueblo haciéndole creer que con la lucha defendían sus intereses (los del pueblo), cuando en realidad lo único que hacían era facilitar el acceso al poder a la burguesía. Al final la cosa acabo como el rosario de la aurora, con "la época del Terror" y el pueblo bastante perjudicado y en algunos casos como en Vandea defendiendo la vuelta de la monarquía. Para poner un poco de orden, porque la cosa se les fue de las manos incluso a la burguesía que alentó la revolución -es lo malo de las masas sedientas de sangre que llegan a ser impredecibles- finalmente se instauró un gobierno autoritario, con el Primer Imperio de Napoleón (perdón por el simplismo pero las limitaciones de tiempo y espacio obligan...) Si, se ganó la Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano, pero a costa de muchas vidas humanas, solo porque a unos cuantos les interesaba que el proceso fuera más rápido de lo que hubiera sido si se hubiera permitido el cambio social progresivo, basado en la ciencia y la difusión del conocimiento ilustrado. Desde mi punto de vista, las filosofía y las ideas de los ilustrados franceses habían calado lo suficiente como para que la Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano hubiera surgido sin la necesidad de tanta sangre de por medio : con la Guerra de la Independencia de los EEUU hubiera sido suficiente (que ya en si misma fue sangrienta ¡!) si se hubieran canalizado de otra manera las demandas sociales... La historia reciente ofrece algunos ejemplos de revoluciones pacificas, es cierto que la mayoría de las veces, han sido urdidas en secreto dentro de los despachos y pasillos del poder, pese a lo que después se vea...
      Puede que mi visión de cómo debemos encauzar la historia de nuestro futuro sea un poco ingenua, pero me resisto a creer que siendo la generación de jóvenes mas preparada de la historia de España, no se nos ocurra hacer nada diferente de lo que hicieron nuestros abuelos, y somos tan fáciles de manipular... Vamos a aplicar lo que hemos aprendido, lo que hemos leído, lo que pensamos y el SENTIDO COMUN, porque las cosas si se pueden cambiar, mucho más de lo que MUCHOS NOS HACEN CREER... Podemos cambiar las cosas poco a poco, cada uno desde nuestros puestos de trabajo, los que los tenemos, desde las redacciones de los periodicos, los medios de comunicación, las empresas en las que trabajamos, desde nuestra situación de desempleados buscando alternativas que generen nuevos yacimientos de empleo y satisfagan necesidades sociales... Exigiendo a los políticos a que de verdad nos expliquen las cosas, a que sepan de lo que hablan, porque nosotros demandamos de verdad conocer que es lo que hacen... Esa es la forma de cambiar las cosas.
      NO MATAR, NO IMPROVISAR, NO PERDERSE EN PALABRAS, trabajar y construir nuevos futuros....

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  14. No se dónde leí esto que escribo a continuación:
    Lo realmente importante es construir sin esperar a lo que hagan desde el poder constituido: sindicatos, AMPAs, okupas, ateneos, economía social y alternativa... En definitiva asociarse, recuperar comunidad; lo que nos une como Pueblo.

    Pero en todo caso, no me ahogaré en mi mierda, no veré a mi hija y mi compañera pasar hambre, no me suicidaré....No soy una persona que aboga por la violencia como medio para solucionar conflictos, pero desde luego no estamos hablando de un conflicto entre iguales. Cuando tienes poder para invertir los recursos recursos colectivos en curar o conmbatir el cancer, pero lo que haces es no invertir esos recursos en ese fin y si en enriquecer a un banco, entonces, cada vez que a alguien como mi amigo, le tratas un cancer de colon con ANTIINFLAMATORIOS y mi amigo se muere por no haber recursos para atenderlo a tiempo (una resonancia magnética o una puta radiografía), tú has matado a mi amigo - se llamaba Fran - Y si defiendes que mi amigo ha muerto por un bien común, sí, entonces sí, eres el enemigo y estás enfermo. Por lo tanto si algún día la situación revienta, por si acaso, tu no te cruces en mi camino....

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