23 mar 2020

Sin entrañas

Por Ángel E. Lejarriaga



Novela negra de Maruja Torres (1943) del año 2012. Esta fue la segunda en la que utilizó el mismo personaje protagonista, Diana Dial, “alter ego de Maruja Torres

Tras la presentación de los personajes comienza la narración propiamente dicha, en la que un magnate de la construcción, que también controla o dirige, que no sé si es lo mismo, un equipo de fútbol, muere durante un crucero por el Nilo en compañía de amigos. La hermana del magnate le dice en un aparte a Diana que sospecha que Oriol, el potentado catalán, ha sido asesinado. En ese punto comienza la trama, que no es ni más ni menos que una investigación al viejo estilo de Agatha Christie. Entre los sospechosos hipotéticos, todos lo son, se encuentra un cantante egipcio, su familia, un ministro del presidente Mubarak, un amigo de la investigadora, el policía libanés Fattush, una sirvienta filipina… Un elenco de personajes exótico como el ambiente que pretende recrear en el texto.

La novela es un reconocido homenaje a Muerte en el Nilo (1937), una de las obras emblemáticas de Agatha Christie. Como no podía ser de otro modo, lo ha hecho en otras ocasiones, Maruja Torres se mofa, con su estilo socarrón e irónico inteligente de los catalanes adinerados. No se olvida de presentar a un Egipto gobernado por una oligarquía corrupta que le impide progresar y de paso lo mantiene en la miseria.
"Es un homenaje a la sufrida clase media baja de Egipto, tan maltratada, que impulsó la revuelta de Tahrir y que espero que no se haya sentido defraudada por la revolución." 
Maruja Torres ha cubierto muchas guerras en Oriente Medio, en esos territorios olvidados y desangrados por los intereses económicos o geoestratégicos de Occidente. Ella ama al Líbano, ama a Egipto y ama a El Cairo. 
"En 2009, cuando yo sitúo la novela, todavía estaba Mubarak, y de hecho hay varios componentes de esa época en el libro.” 
Maruja Torres es una apasionada de estas tierras devastadas y se emociona con la denominada Primavera Árabe que tan poco lejos llegó, aunque nunca se sabe si su poso todavía sigue vivo: 
"Los motivos para los que vino la revolución después, existían —continúa—. Yo me preguntaba antes por qué los jóvenes, que estaban sin trabajo, parados en la calle, no se unían y se rebelaban, y ocurrió, pero el resultado es dudoso, faltan años, una asignatura pendiente que es el laicismo, como en todo el mundo árabe, y un cambio en el concepto de familia como cédula inexorable.” 
En sí es una novela que bajo una apariencia ligera, humorística, irónica y frívola, contiene homenajes y también es memoria de las buenas gentes que pueblan esas tierras que solo parecen interesar al Norte opulento por el turismo y por el Canal de Suez.

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