Quisiera plantar ideas,
una bella intención llena de sentido,
para así infundir la posibilidad
de que crezca una comunidad
que atraiga una vida multicolor y polivalente
de que crezca una comunidad
que atraiga una vida multicolor y polivalente
pletórica de canciones.
Semillas e ideas,
un paralelismo tan próximo,
Semillas e ideas,
un paralelismo tan próximo,
tan evidente,
que sobrecoge,
ambas exigen premura,
la ecología del planeta así lo pide.
Cada árbol plantado
es un atisbo de esperanza
que sobrecoge,
ambas exigen premura,
la ecología del planeta así lo pide.
Cada árbol plantado
es un atisbo de esperanza
y regeneración,
cada persona sometida que se libera
es un sumar de brazos y de bocas,
y de inteligencia,
es un sumar de brazos y de bocas,
y de inteligencia,
y de energía,
que impulsa un renacimiento,
hasta que la cuantía de lo acumulado sea suficiente
para destruir el edificio siniestro
que mantenemos de manera irresponsable;
que impulsa un renacimiento,
hasta que la cuantía de lo acumulado sea suficiente
para destruir el edificio siniestro
que mantenemos de manera irresponsable;
en ese tiempo sublime
se desmoronará frágil
en medio de un crujir de huidas
se desmoronará frágil
en medio de un crujir de huidas
y abandonos cobardes.
Todavía no es el momento de la cosecha;
Todavía no es el momento de la cosecha;
en el día de hoy,
aquellas personas que siembran,
aquellas personas que siembran,
ejercen un saludable oficio,
en tanto esparcen un germen
en tanto esparcen un germen
que gestará el nuevo mundo
cuando nuestros huesos se blanqueen
cuando nuestros huesos se blanqueen
en el albur de la Historia.
Pisarán nuestras cenizas,
Pisarán nuestras cenizas,
abonaremos con ellas la ávida tierra
y estimularemos la unión
entre todo lo que existe
entre todo lo que existe
con un aullido de acero
porque sabemos
porque sabemos
que nos aguarda el final de la tortura
que nuestros amos y dioses
han ejercido sobre nuestras cabezas.
No olvidamos,
que nuestros amos y dioses
han ejercido sobre nuestras cabezas.
No olvidamos,
no perdonamos,
no ponemos la otra mejilla,
solo aguardamos,
sosegados y firmes,
que llegue nuestra hora.
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