12 oct 2019

Las guerras correctas

Por Ángel E. Lejarriaga



Gabriel Ochoa (Valencia, 1976) es guionista, escribe teatro, enseña y dirige en la Escuela del Actor en Valencia, aparte de otros proyectos relacionados con la creación y la enseñanza dramática.

Él es el autor y director de Las guerras correctas (2015). Licenciado en Filología hispánica y con formación posterior en talleres de dramaturgia, ha escrito y dirigido también Mi camiseta, sus zapatillas, tus vaqueros (2010), Den Haag (2011), Papilas gustativas (2011), Deseo y placer (2013) y Sebastián Coen (2014). Esto en el terreno dramático. En el audiovisual ha coescrito con Ada Hernández y Rafael Cobos, y dirigido, la película El amor no es lo que era.

La obra es una ficción sobre un suceso que aconteció el 9 de enero de 1995, fecha en la que Iñaki Gabilondo entrevistó al que era el presidente del gobierno, Felipe González Márquez. La entrevista fue dura y la amistad entre ellos cambió radicalmente a partir de ese instante inolvidable. 


Las guerras correctas es una historia dramatizada de una entrevista televisada en hora de máxima audiencia en la televisión pública, en un momento histórico en el que el GAL y el señor X pululaban por las mentes de una gran parte de la ciudadanía española. El autor dice que lo que ha contado y cómo lo ha contado es pura ficción, pero que los hechos en sí son una descripción precisa de lo que realmente sucedió. 

Según cuenta Fran Llorente (Periodista y director de Informativos de TVE durante el periodo 2004-2012): 
“Era enero, era 1995. En aquella histórica entrevista en TVE en la que Iñaki Gabilondo le preguntó al presidente del Gobierno si era el señor X de los GAL, si ordenó, condenó o toleró el terrorismo de Estado contra ETA, convergen muchos elementos de una tragedia clásica: el de un personaje golpeado y, como se verá en esta obra, atormentado por la duda, y el de un periodista que se resiste a los cantos de las sirenas de la docilidad y sigue navegando hacia la verdad”.
A estas alturas, tantos años después, se cubre un estúpido velo sobre lo acontecido durante aquellos años de miedo, por un lado y por otro, y no lo digo por ser equidistante, la guerra entre ETA y el Estado la pagamos todas. Sabemos lo que hicieron los patriotas del Movimiento de Liberación Nacional Vasco, pero también sabemos que el PSOE, su gobierno, el Gobierno de la nación, el de toda la ciudadanía española, practicó el terrorismo de Estado entre 1983 y 1987. Y esto no se hizo desde grupúsculos aislados y oscuros, sino que se organizó desde arriba, como se demostró en el juicio por el secuestro de Segundo Marey, juicio en el que se condenó al ministro del Interior José Barrionuevo y a Rafael Vera, secretario de Estado para la Seguridad. En la sentencia, el juez consideró que las pruebas presentadas durante el juicio demostraban que el Gobierno de Felipe González había financiado los GAL, grupo terrorista que asesinó a veintisiete personas, entre ellas dos militantes nacionalistas vascos vinculados a la lucha armada, Lasa y Zabala, que fueron torturados salvajemente, rematados a tiros y enterrados en cal viva.

Esta es la historia que nos presenta Gabriel Ochoa, más bien los hechos, él lo cuenta o lo dramatiza de otro modo, de una manera más política, porque la vida diaria se desenvuelve por derroteros más correctos que los que puedan expresar los hechos fríos descritos en la sentencia de un juez.

Esta obra fue producida en Madrid por el Teatro del Barrio tras el impresionante recorrido por Autorretrato de un joven capitalista español y Ruz-Bárcenas. Siempre será mejor verla interpretada que solo leerla; esperemos que el Teatro del Barrio, en su momento recupere estos textos inolvidables que le han convertido en un referente de la escena dramática madrileña.



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