LA FAMILIA
Sara Mesa (2022)
Por Ángel E. Lejarriaga
Sara Mesa, madrileña de nacimiento (1976) y sevillana de adopción, estudió Periodismo y Filología Hispánica. Desde muy joven sintió el impulso de escribir como consecuencia de una ebullición interior que no tenía otra forma de expresarse. Como suele suceder en los primeros años de nuestra salida al mundo, si nuestra sensibilidad así lo predispone, Sara se inició en la poesía, género literario que abandonó en un momento dado; eso sí, tras obtener el Premio Nacional de Poesía “Fundación Cultural Miguel Hernández”, con su libro Este jilguero agenda (2007). A partir de esta fecha su obra narrativa se ha ido abriendo paso, año tras año, con un reconocimiento de la crítica que la ha llevado a obtener diversos galardones: Premio XI Edición de Cuentos Ilustrados de la Diputación de Badajoz (2008), por La sobriedad del galápago; Premio Málaga de Novela (2011), por Un incendio invisible; Premio Ojo Crítico de Narrativa (2015), por Cicatriz; Premio Literario Arzobispo Juan de San Clemente, por Cicatriz; Premios de los libreros en la categoría de ficción (2021), por Un amor; también fue finalista en 2012 del Premio Herralde de Novela, por Cuatro por cuatro.
Silencio administrativo es un ensayo salido de su pluma en 2019 que tuvo una gran relevancia, en él se plasma con toda crudeza el burocratismo al que se enfrentan las personas más precarias de la sociedad, esas que viven en la más absoluta pobreza, sin hogar, y sin ningún tipo de apoyo institucional.
Su última novela, La familia (2022), es un relato crudo del interior de una familia, valga la redundancia. Cada una de nosotras hemos nacido y crecido en una de ellas. Con esa representación grupal inigualable somos capaces de hacer ciertas consideraciones sobre las ventajas e inconvenientes de tal institución, imprescindible en nuestra sociedad para desarrollar la crianza y recibir una educación-programación, en la que, desde luego, nadie nos pregunta.
Con los años miramos atrás y recordamos ciertas escenas familiares con ternura, otras muchas no nos gustaría volver a repetirlas; incluso nos interrogamos con desazón si podríamos llegar a ser capaces de reproducir las relaciones que en nuestra familia se establecieron y que sufrimos.
De todo esto habla Sara Mesa en su narración. Es una especie de “ven y mira”. Lo haces, y te dices que tú has podido vivir situaciones parecidas o peores, y que has sobrevivido en el empeño. ¿A costa de qué?, buena pregunta. La idea que te surge de inmediato es que es necesario realizar una inevitable transgresión ante tanta norma y encorsetamiento de la vida cotidiana. ¿Cómo podemos desarrollar nuestra individualidad en ese contexto? En los espacios opresivos que crean padre y madre (Damián y Laura) no hay lugar para la expresión emocional. Sus hijos son un proyecto educativo elaborado por un progenitor que se cree en posesión de la verdad, autoritario y dogmático, y una madre invisible pero que refuerza la voluntad férrea del primero. La progenie indefensa, Martina (adoptada), Rosa, Aquilino y Damián (hijo), vive en una continua incertidumbre, pendientes de las reacciones del despótico padre, que discursea de continuo, pretendiendo hacerles cómplices de su personal visión del mundo, en sí, una monomanía.
¿A dónde lleva semejante microuniverso? Evidentemente a ser individuos desdichados que en el futuro tendrán que enfrentarse a los fantasmas que les acosarán desde el pasado; con la sensación permanente de haber navegado en un barco a la deriva que los dirigía a un abismo del que no sabían cómo podrían salir; de continuo tapando los conflictos o vistiéndolos de aparente racionalidad; atrapados en una soledad abrumadora difícil de digerir.
Es obvio que cada uno de los personajes vive y recuerda el pasado con perspectivas diferentes aunque todos, también, confluyen en el mismo nodo alienante y represivo.
Sara Mesa realiza la narración dando saltos en el tiempo de atrás hacia adelante y vuelta a empezar, para describirnos lo vivido antes y lo que se vive en el presente, así como la forma de digerirlo desde la edad adulta. Esto lo hace sin hipérboles, de una manera llana, diseccionando los escenarios con una frialdad de cirujano.
OBRAS
· La sobriedad del galápago (2008, Diputación Provincial de Badajoz)
· No es fácil ser verde (2009, Everest)
· El trepanador de cerebros (2010, Tropo Editores)
· Un incendio invisible (2011, Fundación José Manuel Lara; 2017, Editorial Anagrama)
· Cuatro por cuatro (2012, Editorial Anagrama)
· Cicatriz (2015, Editorial Anagrama)
· Mala letra (2016, Editorial Anagrama)
· Cara de pan (2018, Editorial Anagrama)
· Un amor (2020, Editorial Anagrama)
Silencio administrativo es un ensayo salido de su pluma en 2019 que tuvo una gran relevancia, en él se plasma con toda crudeza el burocratismo al que se enfrentan las personas más precarias de la sociedad, esas que viven en la más absoluta pobreza, sin hogar, y sin ningún tipo de apoyo institucional.
Con los años miramos atrás y recordamos ciertas escenas familiares con ternura, otras muchas no nos gustaría volver a repetirlas; incluso nos interrogamos con desazón si podríamos llegar a ser capaces de reproducir las relaciones que en nuestra familia se establecieron y que sufrimos.
De todo esto habla Sara Mesa en su narración. Es una especie de “ven y mira”. Lo haces, y te dices que tú has podido vivir situaciones parecidas o peores, y que has sobrevivido en el empeño. ¿A costa de qué?, buena pregunta. La idea que te surge de inmediato es que es necesario realizar una inevitable transgresión ante tanta norma y encorsetamiento de la vida cotidiana. ¿Cómo podemos desarrollar nuestra individualidad en ese contexto? En los espacios opresivos que crean padre y madre (Damián y Laura) no hay lugar para la expresión emocional. Sus hijos son un proyecto educativo elaborado por un progenitor que se cree en posesión de la verdad, autoritario y dogmático, y una madre invisible pero que refuerza la voluntad férrea del primero. La progenie indefensa, Martina (adoptada), Rosa, Aquilino y Damián (hijo), vive en una continua incertidumbre, pendientes de las reacciones del despótico padre, que discursea de continuo, pretendiendo hacerles cómplices de su personal visión del mundo, en sí, una monomanía.
¿A dónde lleva semejante microuniverso? Evidentemente a ser individuos desdichados que en el futuro tendrán que enfrentarse a los fantasmas que les acosarán desde el pasado; con la sensación permanente de haber navegado en un barco a la deriva que los dirigía a un abismo del que no sabían cómo podrían salir; de continuo tapando los conflictos o vistiéndolos de aparente racionalidad; atrapados en una soledad abrumadora difícil de digerir.
Es obvio que cada uno de los personajes vive y recuerda el pasado con perspectivas diferentes aunque todos, también, confluyen en el mismo nodo alienante y represivo.
Sara Mesa realiza la narración dando saltos en el tiempo de atrás hacia adelante y vuelta a empezar, para describirnos lo vivido antes y lo que se vive en el presente, así como la forma de digerirlo desde la edad adulta. Esto lo hace sin hipérboles, de una manera llana, diseccionando los escenarios con una frialdad de cirujano.
OBRAS
Narrativa
· La sobriedad del galápago (2008, Diputación Provincial de Badajoz)
· No es fácil ser verde (2009, Everest)
· El trepanador de cerebros (2010, Tropo Editores)
· Un incendio invisible (2011, Fundación José Manuel Lara; 2017, Editorial Anagrama)
· Cuatro por cuatro (2012, Editorial Anagrama)
· Cicatriz (2015, Editorial Anagrama)
· Mala letra (2016, Editorial Anagrama)
· Cara de pan (2018, Editorial Anagrama)
· Un amor (2020, Editorial Anagrama)
. Perrita country (2021, Páginas de espuma)
· La Familia (2022, Editorial Anagrama
Ensayo
· Silencio administrativo (Anagrama, 2019)
· Perder el miedo. Un manual para la vida (Providence/Books, 2020)
Poesía
· Este jilguero agenda (2007, Devenir)
· Este jilguero agenda (2007, Devenir)
Ensayo
· Silencio administrativo (Anagrama, 2019)
· Perder el miedo. Un manual para la vida (Providence/Books, 2020)
No hay comentarios:
Publicar un comentario