A Luis García Montero
cuando el poeta espera cristalino
en una mesa tan pequeña
que no acoge su cuerpo de fauno.
La tarde está abierta,
que no acoge su cuerpo de fauno.
La tarde está abierta,
herida por el frío,
con los ojos destemplados
con los ojos destemplados
de un sol de febrero,
apretamos los dientes
hasta casi romperlos,
y abandonamos nuestras calaveras
y abandonamos nuestras calaveras
sobre asientos lacerados por el tiempo,
incómodos pero suficientes.
Suspiramos satisfechos,
este atardecer que podría ser madrugada,
Suspiramos satisfechos,
este atardecer que podría ser madrugada,
con apetito de las palabras sabias
del hombre sencillo
cuya sonrisa abriga las almas heladas
del hombre sencillo
cuya sonrisa abriga las almas heladas
por la necesidad de saber y compartir.
Su mirada alegre nos redime
Su mirada alegre nos redime
de nuestro devenir gimiente
colmado de cloacas sucias,
calles desoladas
y astros asesinados.
Él habla atrayente
en tanto soñamos con Granada
y astros asesinados.
Él habla atrayente
en tanto soñamos con Granada
y con el Darro
y con la sierra vigilante,
y ponemos alas a la imaginación
y con la sierra vigilante,
y ponemos alas a la imaginación
para embriagarnos de literatura
y de la vida de ese otro poeta amado,
patrón de poetas,
perdido en una de las cunetas de la Historia.
Cierro los ojos
y el corazón me late descompuesto
ante la imagen firme de la torre de la Vela,
y de la vida de ese otro poeta amado,
patrón de poetas,
perdido en una de las cunetas de la Historia.
Cierro los ojos
y el corazón me late descompuesto
ante la imagen firme de la torre de la Vela,
señora de la Alhambra,
iluminada por las pupilas de fuego de Federico,
iluminada por las pupilas de fuego de Federico,
que armado con pluma y papel,
escribe un poema universal.
Al despertar del ensueño
me encuentro con el poeta vivo
escribe un poema universal.
Al despertar del ensueño
me encuentro con el poeta vivo
que no es Federico,
que se llama Luis,
que se llama Luis,
dulce y amargo,
que con su hambre de sentimientos
que con su hambre de sentimientos
me invita a cambiar el mundo
con el embeleso de sus versos.
con el embeleso de sus versos.
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