2 nov 2022

La maldición del Temple


IACOBUS

Matilde Asensi (2000)

Por Ángel E. Lejarriaga



Matilde Asensi nació en Alicante en 1962. A pesar de haber comenzado a escribir desde joven, tardó muchos años en publicar. Una característica muy suya, que nunca la ha abandonado y que la caracterizó desde la infancia, es su avidez por la lectura. Después de cursar el correspondiente bachiller, estudió Periodismo en Barcelona. En cuanto concluyó la carrera durante tres años trabajó en los informativos de la Cadena Ser en Alicante; terminado este periplo pasó a formar parte de la plantilla de Radio Nacional de España, esta vez de responsable de informativos locales y provinciales. Además, fue corresponsal de la agencia EFE y escribió en los diarios La Verdad e Información. Es obvio que su trabajo periodístico la entusiasmaba pero ella quería, fundamentalmente, escribir ficción, y para realizar ese deseo acuciante necesitaba tiempo libre, algo que el periodismo le restaba. Así, se presentó a una plaza de administrativa en el Servicio Valenciano de Salud, que aprobó, lo que le permitió mantener un cierto nivel de ingresos, suficientes para ser independiente económicamente, y al mismo tiempo gozar de tiempo para escribir.

En 1999 publicó su primera novela El salón de ámbar, contaba con treinta y siete años. Evidentemente, su puesta de largo en la escena editorial fue tardía pero segura. Desde entonces es raro el año que una de sus novelas no ocupe los escaparates de las librerías. Hasta el año 2019 ha publicado diez libros más, siempre con gran éxito de público, recibiendo diversos galardones, siendo traducida a numerosos idiomas. Ella siempre ha trabajado el mismo género de aventuras enmarcado en un contexto histórico bien trazado. Su novela El origen perdido (2003) sufrió una gran polémica con acusación de plagio incluida, algo que la Editorial Planeta y ella misma negaron con rotundidad.


Iacobus (2000) es una novela entretenida, que se lee con fluidez, y recuerda, vagamente, a otra novela, “El nombre de la rosa” de Humberto Eco. Estamos en una época oscura situada en la Edad media, en el siglo XIV, en un contexto histórico de bruscos cambios políticos, los reinos europeos se van consolidando a base de guerras, todavía no le ha llegado el turno a España, aunque el Reino de León, Castilla, Aragón y Cataluña son fuertes y poderosos.

El rey de Francia se encuentra en el centro de la polémica. El papa reside en Aviñón. El conjunto escénico narrativo esta definido por la crueldad, la ambición, la corrupción, las órdenes militares y el Camino de Santiago, en el que se desarrolla gran parte de la obra, de ahí el nombre de la novela. En sus páginas nos vamos a encontrar con el lenguaje hermético utilizado por los defenestrados templarios, con la Cábala de Salomón, con el Arca de la Alianza, con oscuras conspiraciones, con judíos, cristianos y musulmanes. La aventura en sí misma es un viaje iniciático, de investigación, desde luego, pero también de crecimiento de los personajes viajeros; hay reencuentros, sanaciones espirituales, amor, esperanza y una apuesta clara por el mal menor. En sí, es una buena lectura al nivel de “Los pilares de la tierra” de Ken Follet, pero en versión española.

El protagonista principal es un monje perteneciente a una orden militar, la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, de nombre Galcerán de Born. Su labor fundamental dentro de la Orden es la de médico, aunque es muy reconocido por sus dotes deductivas. La historia comienza cuando viaja a la península ibérica con la misión oficial de traducir unos libros de importancia para la Orden, y la menos oficial de encontrar a un niño de nombre García, abandonado en una institución religiosa en el momento de su nacimiento. En esas está cuando es llamado por el Papa Juan XXII para que investigue las muertes de Clemente V y el rey Felipe IV de Francia, inmediatamente después de la ejecución del Gran Maestre de la Orden del Temple Jacques de Molay. Las vicisitudes que genera la investigación para Galcerán de Born, para García ―el bebé perdido ya adolescente― y para Sara, la hechicera judía que se cruza en su camino, van a ser extremas; sin embargo, a pesar de ellas, seguirán su camino hacia un horizonte caracterizado por la incertidumbre.

Veamos algunas pinceladas sobre los personajes históricos de la novela. En primer lugar hay que citar a la Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como la de los Caballeros Hospitalarios o Caballeros de San Juan (Galceran de Born pertenece a ella). Fue fundada en Jerusalén en el siglo XI, en el contexto de las cruzadas. Su actividad no fue solo hospitalaria sino también militar contra árabes y turcos. Esta Orden llegó a ser tan poderosa como la Orden Templaria.

La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón, conocida como Orden del Temple y a sus miembros como Caballeros Templarios, ha sido la más poderosa de la Edad Media. Estuvo activa durante doscientos años. Fue fundada por nueve cruzados franceses en 1118, con Hugo de Payens a la cabeza. La primera cruzada había concluido y el objetivo de su asociación no fue otro que proteger a los peregrinos cristianos que acudían a Jerusalén. La Iglesia católica la reconoció en 1129 en el Concilio de Troyes. A partir de ese momento el crecimiento en tamaño y poder de la orden fue exponencial. Su indumentaria característica era un manto blanco con una cruz ancorada roja colocada en el hombro izquierdo, sobre el corazón. Se dice que a nivel militar sus componentes eran los más adiestrados y aguerridos de la cristiandad. A parte de las labores bélicas, generaron una imponente estructura económica dentro de la geografía cristiana. Su sistema financiero se anticipó a los bancos modernos. Además, construyeron castillos y fortificaciones por Tierra Santa y el mar Mediterráneo. La pérdida de Tierra Santa significó para el Temple que se le retiraran numerosos apoyos; a pesar de ello, siguió siendo poderosa. Felipe IV de Francia, endeudado con la orden, temiendo su poder e influencia creciente, presionó al papa Clemente V para que tomara medidas expeditivas contra esta. En el año 1307 se inició su persecución. Muchos caballeros templarios fueron detenidos, torturados y algunos, como su gran maestre, sacrificados en la hoguera.
“En la lista de cargos reunidos contra los templarios aparecen más de cien acusaciones.​ Las referentes a la idolatría son: adoración de un gato que se les aparecía en las asambleas, que en cada provincia había ídolos, a saber, cabezas, alguna con tres caras, otras con una, y otras era una calavera humana; que adoraban a esos ídolos, o a ese ídolo, y especialmente durante los grandes capítulos y asambleas, que las veneraban como a Dios, que decían que esa cabeza podía salvarlos o hacerlos ricos, que les dio la riqueza a la Orden, que hizo que los árboles florecieran o que la tierra germinase, que tocaban o rodeaban cada cabeza de los citados ídolos con pequeños cordones que luego se ceñían alrededor del cuerpo, cerca de la camisa o de la carne, y que actuaban así como veneración a un ídolo.” (Barber, Malcolm (2001). Templarios: la nueva caballería. Barcelona: Martínez Roca.)
En los archivos vaticanos está guardado el denominado “Pergamino de Chinon” (1308) en el que está reflejada la absolución de Clemente V a los Caballeros Templarios. Este documento nunca tuvo carácter oficial pero si demuestra la farsa de los juicios a que fueron sometidos y a las injustas sentencias a que fueron condenados. A partir de entonces, alrededor de estar orden se ha construido todo un mosaico de misterios y leyendas, en las que la novela Iacobus está inmersa. Al día de hoy, la orden sigue en activo.

Jacques de Molay fue el último gran maestre del Temple, ejecutado en la hoguera en 1314. Había nacido en el Franco Condado de Borgoña en 1245. Sus hazañas forman parte trascendental en la historia de la orden.

Clemente V (1264-1314) fue el papa de la Iglesia católica número 195, desempeñando el cargo entre los años 1305 y 1314. También fue el primer papa que fijo su residencia en Aviñón. Durante su pontificado estuvo sometido a la voluntad del rey de Francia, Felipe IV. Uno de los aspectos más trascendentales de su mandato fue la eliminación de la Orden del Temple. Falleció con solo cincuenta años. El ingente tesoro que acumuló en vida desapareció tras su muerte.
“Según la leyenda y la creencia popular, Jacques de Molay, maestre de la Orden del Temple, mientras era quemado vivo en la hoguera habría convocado al papa Clemente V y al rey de Francia —Felipe IV— para que se presentaran con él ante el tribunal divino antes de que finalizara el año. Curiosamente, ambos murieron el mismo año, 1314.” (Schaff, Philip. “Chapter I. The decline of the papacy and the Avignon exile (a.d. 1294-1377)”. History of the Christian Church, Volume VI: The Middle Ages. A.D. 1294-1517.)
Juan XXII (1244-1344) fue el papa número 196, sucesor de Clemente V, que igual que el anterior residió en Aviñón. Nació en Cahors, Francia, y murió en Aviñón. Tras dieciochos años de pontificado falleció por causas desconocidas. La novela de Umberto Eco El nombre de la rosa está ambientada, precisamente, durante el pontificado de Juan XXII, y pone en los diálogos de algunos personajes comentarios ofensivos contra este.

Por último, nos queda mencionar a otro protagonista de Iacobus, Felipe IV, rey de Francia y de Navarra. Nacido en Fontainebleau en el año 1268 y fallecido, lo mismo que Clemente V, el año en que fue ejecutado el maestre de los Templarios Jacques de Molay. Se le denominó, aparte de Felipe ”el hermoso”, como “el Rey de Hierro". Su reinado estuvo caracterizado por la severidad; fortaleció la monarquía y saneó sus finanzas, aunque para ello tuviera que acosar a lombardos, judíos y templarios. Clemente V se sometió a su voluntad hasta el punto de ordenar la persecución del Temple en 1307.  Felipe IV murió tras un accidente de caza.





OBRAS
  • El salón de ámbar (1999, Plaza &Janés, y reeditada en 2006 por Planeta).
  • Iacobus (2000, Plaza &Janés, y reeditada en 2006 por Planeta).
  • El último catón (2001, Plaza &Janés, y reeditada en 2008 por Planeta).
  • El origen perdido (2003, Planeta).
  • Peregrinatio (2004, Planeta). Guía novelada que recupera a los protagonistas de Iacobus para realizar un viaje por el Camino de Santiago.
  • Todo bajo el cielo (2006, Planeta).
  • Trilogía "Martín Ojo de Plata" (2007-2012, y compilación en 2013, Planeta), compuesta por:
    1. Tierra firme (2007, Planeta).
    2. Venganza en Sevilla (2010, Planeta).
    3. La conjura de Cortés (2012, Planeta).
  • El regreso del catón (2015, Planeta). Segunda parte de El último catón.
  • Sakura (2019, La Esfera de los Libros).​


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