20 dic 2022

El horror de Hopetown

EL ENVIADO (2021)

Miguel Babiano



Por Ángel E. Lejarriaga


De este autor sabemos que nació en 1998 en Madrid, y poco más. En el libro hay una pequeña autobiografía que cito literal:
“Comencé a escribir después de una mala racha. En clase me animaron a seguir con ello. Parecía que se me daba bien. Empecé a hacer guiones poco más tarde, adentrándome de lleno en el mundo del comic y el cine. Durante este último año he estado trabajando en El enviado, en tanto escribía los guiones de los cómics Al oeste del sol naciente y Kotor: Exorcismo vikingo. También me encargo de coordinar la Comic Jam, evento anual donde varios equipos creativos realizamos una antología de cómics cortos en tan solo 24 horas.”
Con 21 años, Miguel Babiano ha escrito una narración de impacto. Quien le dijo que tenía talento para la escritura acertó, al menos este texto, El enviado, lo evidencia. Desde el momento que posas tus ojos en la primera página sientes cómo la tensión se adueña de ti y un hormigueo en la nuca te provoca un escalofrío, al principio indefinido, luego siniestro. Clancy y John son dos vaqueros comunes dentro del universo de los cowboys; sin embargo, nada presagia, de antemano, lo que le espera al lector a través de estos dos individuos anodinos y sin historia. Es en su presente donde entramos en contacto con otra dimensión, que nada tiene que ver con el mundo real y sí tiene que ver; lo que digo no es ni una incongruencia ni una paradoja, como se puede reflexionar tras su lectura. Ambos vaqueros realizan un simple viaje para comprar vacas a Hopetown, encargados por el dueño del rancho para el que trabajan, de nombre Declan. Su presente se presume cargado de peligros comunes, esperados, como que unos bandidos les asalten, les disparen, y ellos se desangren en medio de la nada. Mas el camino hasta entrar en Hopetown ha sido llevadero; no obstante, una vez dentro del pueblo, el aire se enrarece, se densa, la luz parece cambiar, las formas humanas se trastocan y de un estado inicial inquietante o cargado de misterio, se pasa a otro grotesco, sangriento, brutal, horrible, fantasmagórico, infernal.

Cuando he comentado que el relato era real y no lo era, hacía referencia a que, generalmente no nos encontramos con el tipo de escenarios descritos; pero por otro lado, ha historia y la literatura han registrado eventos tan crueles y sanguinarios como el que Miguel Babiano nos presenta. La historia de la humanidad está escrita con sangre, la del patriarcado se escribe día a día con la misma tinta. Quizá la moraleja de la historia es que si permanecemos indiferentes ante la opresión y la injusticia que sufren otras personas, al final nos podemos convertir también en verdugos.

Mientras leía me han venido a la cabeza las masacres realizadas por los colonizadores españoles en Latinoamérica o las que ejecutaron los cruzados en Tierra Santa; podríamos citar al respecto una infinidad de registros históricos en los que el asesinato, el ensañamiento con las víctimas y las violaciones de mujeres, fueron las variables que les definieron. También la ficción literaria ha proporcionado algunos ejemplos que he recordado, por ejemplo, el universo onírico de H. P. Lovecraft, el terror referido por Clive Barker en The Hellbound Heart, las matanzas de indios en la frontera norteamericana con México descritas por Cormac McCarthy en Meridiano de sangre o el horror de la colonización africana por parte del hombre blanco contada en El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad. La lista podría ser interminable.


Esta novela corta la ha publicado la editorial 2Cabezas, www.2kbzas.com. ¿Quiénes son? Transcribo su autodefinición:
“Es un proyecto amateur de edición cuántica, basado en la horizontalidad y en los valores libertarios del apoyo mutuo. En este universo todavía no hemos hecho nada, pero en otros lo estamos petando con la literatura popular y de género. Libros como misiles cargados de altas dosis de contenido político y social.”
“No vendemos libros ni queremos manuscritos. Tenemos lanzallamas y queremos misiles. A veces solo queremos ver el mundo arder.”

 

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