Por Ángel E. Lejarriaga
He ido esta mañana a visitar a mi padre al hospital. Está totalmente desinhibido, con una autoestima que ya la quisiera yo para mí. No quiere que le den el alta, le gustaría estar una semana más. Ha tenido un desvarío que no sé si es producto de la sordera u onírico, o que ha tenido una alucinación. Decía que en la habitación de al lado había un niño. No hay habitación, sino un armario empotrado. He hecho una prueba de realidad y se ha quedado asombrado. Tras constatar su error me ha dicho que él ha visto entrar a un hombre por esa puerta.
El domingo hay elecciones en Andalucía. Me da asco esta parafernalia propagandística. Todas las luchas se han suspendido en pro de un asalto a las instituciones que nunca ha funcionado. Este es un país degenerado con una historia degenerada.
21-3-15
Primavera. Dice el abuelo (mi padre) que el teléfono ha sufrido un accidente laboral porque se le ha caído al suelo.
Primavera. Dice el abuelo (mi padre) que el teléfono ha sufrido un accidente laboral porque se le ha caído al suelo.
Anécdota sobre mi padre y mi madre. Mi padre besó a mi madre, cuando eran novios, en la puerta de su casa y esta le pegó una hostia monumental. Me lo dice y se ríe. "¡Cómo era!", dice.
Hoy está parlanchín. Me cuenta historias de sus hermanas y de su cuñado Víctor, un tipo al que no quería mucho.
¿Cómo lograr que la cultura sobreviva a este pozo de basura en el que vivimos? No importa que nosotros desaparezcamos pero todo lo positivo que hemos logrado debería perdurar para futuras generaciones: arte, música, literatura, ciencia, ingeniería, filosofía…
23-3-15
Mi padre sigue en el hospital. Le han puesto hoy una transfusión de sangre porque le han descubierto anémia.
28-3-15
Extraño día. He llevado a mi padre a una improvisada comida en la finca de Josemi, en la que estaban incluidos sus padres. Han participado doce personas de distintas edades. La velada ha sido muy agradable.
29-3-15
Estoy en la residencia, con mi padre. Ha venido a verle su prima Maruja y su hija María Jesús. Hemos hablado de la saga Lejarriaga, que se extingue. Me ha entristecido el ambiente. No hay más novedades. Podría decir que el día es tranquilo pero no es cierto; las sombras pululan amenazantes, ni la luminosidad del día puede alejarlas. Supongo que vivo un proceso de síntesis. La resolución de las tensiones me produce esta sensación.
1-4-15
Mi padre no mejora y se encuentra en actitud negativa. Le han puesto oxígeno todo el día y le he sugerido que se mueva en silla de ruedas. Supongo que a pesar de lo que funcione mal en su organismo, su hipocondría le provoca mucho malestar emocional.
2-4-15
Jueves Santo. Residencia. El abuelo decaído. Se desplaza en silla de ruedas. Muy dependiente. Cree que el personal sanitario le oculta información. No le veo bien. No obstante, si le distraigo se encuentra mejor. Tiene pensamiento catastrofistas, no es para menos. Siempre ha sido negativo. Ahora que se encuentra indefenso es peor.
Hoy he imaginado que me tocaba la lotería y me compraba un chalet. Yo vivía en él con mi padre. Estaría acompañado todo el día por una o dos personas, sin importar el coste. Los sueños sueños son.
4-4-15
El abuelo vuelve a estar bajo de moral, se ahoga. Cuando he llegado tenía puesto el oxígeno y estaba aburrido. Le he traído unas berenjenas de Almagro que le gustan mucho, y un buen vino, pero no ha mostrado mucho entusiasmo. Ha comido una berenjena y bebido un chupito de vino.
Me encanta la luz de la primavera, me llena de energía. Si no tuviera sombras pululando, hasta es posible que me sintiera bien. Sin las sombras la vida sería más fácil, pero, ¿cuándo no hay sombras?
Hay muchas cosas a nuestro alrededor que con su sencillez y proximidad podrían llenar nuestras vidas. La primera de todasw sería la confraternización, compartir afectos. Luego estarían las derivadas de la creatividad, la música, el contacto con paisajes nuevos, estimulantes en sí mismo; el teatro, el cine, la admiración ante el hecho mismo de estar vivos, de poseer la capacidad de gozar de sensaciones tan viejas y tan nuevas como el perfume del campo. Aún hay tiempo de reconducir nuestras vidas.
4-4-15
Ella, no sé quién es, está esperando siempre que llego en la puerta de la residencia para escaparse a su casa, con el argumento de que tiene muchas cosas que hacer porque “Mi padre viene a comer”.
5-4-15
Estoy en la residencia. Los ancianos comen. Pronto voy a cumplir 59 años y me aproximaré a la sesentena. “This is the end”. La cuenta atrás definitiva. Llevo apagado emocionalmente desde hace muchos años. Recuerdo una vaga sensación de bienestar perdido, que añoro. Sentarme en paz en un banco de la calle, bajo un sol primaveral, y fundirme con el entorno; convirtiendo en gozoso ese instante. A veces, cuando voy con el coche hay detalles que me abren ventanas a esa sensación. Luego se pierde. Continuamente la busco y no la encuentro. Paso el tiempo distraído, mas cuando me detengo y me auto observo, noto como me falta esa caricia. Ahora pienso que casi siempre he vivido con tensión y es precisamente esa tensión la que hace que mis horas sean intersticios que hay que rellenar a toda costa. ¡Ojalá algún día consiga la paz!
“Hombres somos y, por tanto, el dolor físico y moral nos acecha de continuo. Sin contar con el tiempo, el terrible e inexorable enemigo de la vida.” (Ramón y Cajal).
8-4-15
Mi padre no se adapta a la residencia. Se quiere morir. Se lo ha dicho abiertamente a Carmen esta tarde; aparte del hecho mismo de que no está bien físicamente. Temo que en cualquier momento se muera o decida no levantarse de la cama. Mañana le iré a visitar. Se siente solo, sin familia, perdido, desvalido. Entiendo que no quiera seguir viviendo. No sé cómo agradarle.
9-4-15
He ido a ver a mi padre, estaba como es él, agrio, no valora las atenciones que recibe, aunque sean pocas. No me gusta su forma de ser. Dice que está muy solo.
¿Cómo lograr que la cultura sobreviva a este pozo de basura en el que vivimos? No importa que nosotros desaparezcamos pero todo lo positivo que hemos logrado debería perdurar para futuras generaciones: arte, música, literatura, ciencia, ingeniería, filosofía…
23-3-15
Mi padre sigue en el hospital. Le han puesto hoy una transfusión de sangre porque le han descubierto anémia.
28-3-15
Extraño día. He llevado a mi padre a una improvisada comida en la finca de Josemi, en la que estaban incluidos sus padres. Han participado doce personas de distintas edades. La velada ha sido muy agradable.
29-3-15
Estoy en la residencia, con mi padre. Ha venido a verle su prima Maruja y su hija María Jesús. Hemos hablado de la saga Lejarriaga, que se extingue. Me ha entristecido el ambiente. No hay más novedades. Podría decir que el día es tranquilo pero no es cierto; las sombras pululan amenazantes, ni la luminosidad del día puede alejarlas. Supongo que vivo un proceso de síntesis. La resolución de las tensiones me produce esta sensación.
1-4-15
Mi padre no mejora y se encuentra en actitud negativa. Le han puesto oxígeno todo el día y le he sugerido que se mueva en silla de ruedas. Supongo que a pesar de lo que funcione mal en su organismo, su hipocondría le provoca mucho malestar emocional.
2-4-15
Jueves Santo. Residencia. El abuelo decaído. Se desplaza en silla de ruedas. Muy dependiente. Cree que el personal sanitario le oculta información. No le veo bien. No obstante, si le distraigo se encuentra mejor. Tiene pensamiento catastrofistas, no es para menos. Siempre ha sido negativo. Ahora que se encuentra indefenso es peor.
Hoy he imaginado que me tocaba la lotería y me compraba un chalet. Yo vivía en él con mi padre. Estaría acompañado todo el día por una o dos personas, sin importar el coste. Los sueños sueños son.
4-4-15
El abuelo vuelve a estar bajo de moral, se ahoga. Cuando he llegado tenía puesto el oxígeno y estaba aburrido. Le he traído unas berenjenas de Almagro que le gustan mucho, y un buen vino, pero no ha mostrado mucho entusiasmo. Ha comido una berenjena y bebido un chupito de vino.
Me encanta la luz de la primavera, me llena de energía. Si no tuviera sombras pululando, hasta es posible que me sintiera bien. Sin las sombras la vida sería más fácil, pero, ¿cuándo no hay sombras?
Hay muchas cosas a nuestro alrededor que con su sencillez y proximidad podrían llenar nuestras vidas. La primera de todasw sería la confraternización, compartir afectos. Luego estarían las derivadas de la creatividad, la música, el contacto con paisajes nuevos, estimulantes en sí mismo; el teatro, el cine, la admiración ante el hecho mismo de estar vivos, de poseer la capacidad de gozar de sensaciones tan viejas y tan nuevas como el perfume del campo. Aún hay tiempo de reconducir nuestras vidas.
4-4-15
Ella, no sé quién es, está esperando siempre que llego en la puerta de la residencia para escaparse a su casa, con el argumento de que tiene muchas cosas que hacer porque “Mi padre viene a comer”.
5-4-15
Estoy en la residencia. Los ancianos comen. Pronto voy a cumplir 59 años y me aproximaré a la sesentena. “This is the end”. La cuenta atrás definitiva. Llevo apagado emocionalmente desde hace muchos años. Recuerdo una vaga sensación de bienestar perdido, que añoro. Sentarme en paz en un banco de la calle, bajo un sol primaveral, y fundirme con el entorno; convirtiendo en gozoso ese instante. A veces, cuando voy con el coche hay detalles que me abren ventanas a esa sensación. Luego se pierde. Continuamente la busco y no la encuentro. Paso el tiempo distraído, mas cuando me detengo y me auto observo, noto como me falta esa caricia. Ahora pienso que casi siempre he vivido con tensión y es precisamente esa tensión la que hace que mis horas sean intersticios que hay que rellenar a toda costa. ¡Ojalá algún día consiga la paz!
“Hombres somos y, por tanto, el dolor físico y moral nos acecha de continuo. Sin contar con el tiempo, el terrible e inexorable enemigo de la vida.” (Ramón y Cajal).
8-4-15
Mi padre no se adapta a la residencia. Se quiere morir. Se lo ha dicho abiertamente a Carmen esta tarde; aparte del hecho mismo de que no está bien físicamente. Temo que en cualquier momento se muera o decida no levantarse de la cama. Mañana le iré a visitar. Se siente solo, sin familia, perdido, desvalido. Entiendo que no quiera seguir viviendo. No sé cómo agradarle.
9-4-15
He ido a ver a mi padre, estaba como es él, agrio, no valora las atenciones que recibe, aunque sean pocas. No me gusta su forma de ser. Dice que está muy solo.
Trabajo en la nueva otra de teatro que todavía no tiene título.
10-4-15
Hoy no he comunicado con mi padre; según me ha informado su compañero de habitación se le ha caído el téléfono, y se le ha roto.
11-4-15
He encontrado a mi padre muy irritado. El aparato del oído no le funciona. No puedo hacer nada hoy. Me llevaré el aparato mañana y el lunes intentaré pedir hora para que que se lo arreglen. Le he hecho un dibujo de un cuadro de Picasso para que lo pinte.
12/4/15
Mi padre ha desconectado el oxígeno esta noche porque se ha enfadado al no dormir. Mañana intentaré solucionar el problema del audífono.
13/4/15
Nuestra civilización, tal y como la conocemos, debe desaparecer. Me resulta repugnante la inhumanidad en la que vivimos. Hoy he ido a la residencia, mi padre estaba con la cabeza apoyada sobre la mesa. Tenía el oxígeno desconectado y no se había dado cuenta. Se apaga lentamente. Le veo deteriorarse por momentos. Le he llevado el audífono arreglado pero eso no le ha hecho encontrarse mejor, se siente desamparado. Le ha preguntado a una de las ancianas si quiere ser su amiga y esta le ha respondido con desprecio y distancia… Tanta evolución para llegar hasta aquí, a la más absoluta soledad y abandono.
No hay comentarios:
Publicar un comentario