27 dic 2022

La pasión por los libros


84, Charing Cross Road (1970)

Helene Hanff

Por Ángel E. Lejarriaga

Independientemente del libro que comentamos, la figura de Helene Hanff es magnética, despierta la curiosidad. Es posible que sin la publicación exitosa de esta colección de cartas, no la hubiéramos conocido nunca. Se puede decir que perteneció a ese privilegiado club de las personas perdedoras que poseen un inmenso talento, pero que a lo largo de sus vidas son reconocidas por la sociedad de su tiempo. En su caso, sí tuvo su momento de gloria, pero que, de seguro, le resultó frustrante e insuficiente, pues le llegó por donde menos se esperaba.

Nuestra autora nació en 1916 en el seno de una familia de emigrantes con muy pocos recursos económicos. Este último aspecto la marcó toda su vida, hasta su muerte estuvo acuciada por la escasez de dinero. De hecho, tuvo que abandonar sus estudios durante la Gran Depresión porque no podía costeárselos. A pesar de ello, su padre, gran aficionado al teatro, cambiaba camisas ―era camisero― por entradas a los mejores espectáculos su tiempo. La joven Helene quedó prendada de la dramaturgia y decidió dedicarse a escribir teatro. Ese fue un sueño que mantuvo durante toda su carrera literaria. Con veinte años se instaló en New York, en Manhattan, y escribió furiosamente obras que nadie quiso producir. En una entrevista que le hizo el New York Times en 1982 declaró: “Era buena inventando diálogos, pero no conseguía dar con la historia que hubiera podido salvarme”. En 1949 decidió formarse de manera autodidacta en cultura clásica y literatura inglesa, entonces inició una intensa búsqueda por las bibliotecas y librerías de New York hasta dar con el académico inglés Arthur Quiller-Couch. A través de sus obras encontró una larga lista de libros por él recomendados que cumplían su objetivo de educación. Hasta tal punto se obsesionó con este escritor británico que le dedicó un libro en 1986: Q’s Legacy.

Una vez conseguida la lista, el siguiente paso a dar por Helene era encontrar los libros. La cuestión no era fácil, y sobre todo muy cara. En esas estuvo hasta que en la revista Saturday Review of Literature descubrió un anuncio de Marks & Co en el que una librería ubicada en Londres ofrecía libros de segunda mano a buen precio. A partir de ese día se inició la correspondencia con el 84, de Charing Cross Road, dirección en la que estaba ubicada la librería. A través de Marks & Co consiguió satisfacer su insaciable hambre de conocimiento. El contacto se mantuvo durante veinte años, y las cartas se acumularon en un cajón.

¿Cómo pagó sus facturas en ese tiempo? Durante unos años trabajó en la oficina de prensa del Gremio de Teatro. Al finalizar este empleo se dedicó a escribir resúmenes de obras de teatro y novelas para la productora Paramunt Pictures. Muchos de esos guiones estuvieron inspirados en los libros adquiridos en Marks & Co. Su serie de televisión más famosa fue “Las aventura de Ellery Queen”. También escribió adaptaciones para programas infantiles.

En el año 69, tras enterarse de la muerte de Frank Doel, se le ocurrió que para homenajearle podía escribir algo sobre la correspondencia que había mantenido con él, y publicar extractos en alguna revista. Sin embargo, el proyecto no fraguó. Un tanto desanimada le dio las cartas a un amigo para que las leyera. Este se las pasó, a su vez, a un editor que quedó entusiasmado con las mismas. De hecho, el mismo día que las recibió se puso en contacto con Helene. En la conversación que mantuvieron le propuso editar las cartas tal y como estaban, bajo el título 84,Charing Cross Road (se publicaría en 1970). Ella se quedó sorprendida de que ese material se publicara en formato libro, y, sobre todo, que pudiera interesar al público norteamericano. “Está usted loco”, le respondió ella, incrédula. Puesta en marcha la edición, entró en contacto con la viuda de Frank Doel para explicarle el formato del libro y pedirle el material que pudiera poseer, para así completar la obra.

Al principio de salir el libro no tuvo mucho éxito pero el “boca a boca” funcionó y se convirtió en un éxito de ventas. De manera inesperada Helene Hanff había conseguido el reconocimiento deseado, aunque este estuviera alejado de su verdadera pasión: el teatro. En 1971, por fin, pudo viajar a Inglaterra, en concreto a Londres, país y ciudad que ella había rodeado de un aura de romanticismo. El problema fue que Frank Doel (había muerto en 1968 de una peritonitis) ya no estaba y tampoco la librería. El viaje no fue perfecto pero sí le produjo grandes satisfacciones. Este viaje lo contó en su libro The Duchess of Bloomsbury Street (1973).


Cuatro años después la BBC realizó una producción inspirada en el libro. A partir de ese momento surgieron muchas empresas interesadas en conseguir los derechos de explotación del mismo, tanto para el teatro como para el cine. En 1981 James Roose-Evans presentó su adaptación teatral en Londres en el Ambassadors Theatre. Le seguiría el Nederlander Theatre de Broadway, en New York, en 1982. En el momento del estreno en esta última ciudad Helene respondió a las preguntas que le hizo un periodista del New York Times referidas a sus sensaciones sobre la obra de teatro, ella respondió lacónica: “Me siento bastante ajena a este estreno; es, en cierto modo, como si lo que ocurre no tuviera nada que ver conmigo. Como no he participado en la adaptación, me cuesta creerlo”.

En 1961 había escrito una especie de memorias que llamó Underfoot in Show Business. En ellas contaba las dificultadas y penurias que tenía que pasar un escritor para abrirse camino en el mundo del teatro en New York.

Como su vida de freelancer era bastante difícil, escribía todo lo que podía y en donde podía con diverso éxito económico. Así, escribió, como ya se ha dicho, para la TV, para el cine y para revistas.

A pesar de sus vicisitudes ella siguió escribiendo sin cesar, fruto de esta constancia fueron Apple of My Eye (1977), una guía sobre New York; y A Letter from Ney York, aparecida en 1992. También, entre 1978 y 1985 tuvo en espacio de la BBC bajo el título La hora de las mujeres.

Tras la publicación de la novela y el éxito de la adaptación teatral, le tocó el turno al cine en 1987 con el mismo título de la obra, dirigida por David Hugy Jones e interpretada por Anne Bancroft en el papel de Helene y Anthony Hopkins en el de Frank Doel. Otras actrices que representaron a Helene Hanff en escena fueron Anne Jackson en 1975 para la televisión británica y Ellena Burstyn en la adaptación teatral.

Helene Hanff tenía en su casa de la calle 72 una estantería con los libros recibidos de Marks & Co. En el centro de su biblioteca estaba colocado el rótulo de la librería que un admirador le había regalado.

Su gran éxito literario no le sirvió para vivir con comodidad. Hasta el final de sus días subsistió con sus derechos de autora, que no eran muchos. Murió en una residencia para ancianos de New York, teniendo que recibir ayudas para satisfacer sus facturas médicas.

Hoy en día existe una placa de bronce que recuerda a Helene Hanff en la puerta principal del edificio en el que vivió, el 305 E de la calle 72, que fue bautizado como “Charing Cross House”.

Sobre 84, Charing Cross Road hay que decir que es mucho más que una simple recopilación de cartas. Helene Hanff llegó a tener, sin conocerles, una relación íntima tanto con Frank Doel como con su esposa y, también, con el personal de la librería; con todos ellos intercambió cartas en la que ambas partes describían aspectos de su vida y discusiones sobre libros o acontecimientos históricos del momento. Además, debido a las diferencias en el valor entre el dólar y la libra, Helene Hanff mandaba paquetes de comida a la librería, en una época de estrecheces para los británicos, que eran bien recibidos y agradecidos.

El libro es tan intenso que al leerlo tienes la impresión de que se trata de una novela pero no lo es, es una colección de cartas, sin más. Lo cierto es que la personalidad de Helene Hanff sobresale en todo momento, chispeante, sarcástica, irascible, bromista, corrosiva, tierna, romántica, egocéntrica, humilde. Su voz destaca sobre todas las demás y convierte una mera relación comercial en un canto al conocimiento, a la cultura, al amor a los libros, y a como estos pueden, en ciertos periodos de nuestra vida, constituirse en una buena compañía e incluso suponer un balón de oxígeno ante las inclemencias de la existencia.


OBRA

1961 Underfoot in Show business
1964 Terrible Thomas
1969 Movers and Shakers
1970 84, Charing Cross Road
1973 The Duchess of Bloomsbury Street
1977 Apple of my Eye
1986 Q’s legacy
1992 Letters from New York

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