LA TREGUA (1959)
Mario Benedetti
Por Ángel E. Lejarriaga
Mario Benedetti (1920-2009) nos sitúa en esta novela ante el muro, sí, el muro de la desesperación. Ese muro de la existencia que él describe como una especie de guerra sin esperanza de ser ganada porque el árbitro decisivo es la muerte, que nos espera paciente y en ocasiones nos coge por sorpresa.
La tregua la escribió en 1959, y se desarrolla en Montevideo. El formato narrativo es el de un diario. Hay una entrada tras otra y su autor, Martín Santomé, cuenta su vida presente, aunque habla del pasado cuando existen elementos en su día a día que se lo recuerdan. Hace muchas referencias al transcurrir inevitable del tiempo:
«Ahora tengo cincuenta años y soy “todavía joven”. Todavía quiere decir: se termina. […]Estoy en una edad en que el tiempo parece y es irrecuperable.»Teme al envejecimiento imparable que de algún modo le sorprende:
«[…] cuando el vigor se va, uno pasa a ser una decorosa pieza de museo, cuyo único valor es ser un recuerdo lo que se fue. […] Pero aquí había músculos, aquí había fuerza, aquí había una piel lisa, tirante. Y sobre todo no había tantas otras cosas que desgraciadamente ahora hay. Desde la calvicie desequilibrada, […] la nariz más ancha, la verruga del cuello, hasta el pecho con islas pelirrojas, el vientre retumbante, los tobillos varicosos, los pies con deprimente micosis. Frente a Avellaneda no me importa, ella me conoce así, no sabe cómo he sido. Pero me importa reconocerme como un fantasma de mi juventud, como una caricatura de mí mismo.»Pero también reflexiona con dureza sobre la condición laboral de sí mismo y de su entorno:
«El gran error de algunos empleados es tratar a sus patrones como si fueran personas.»Sobre la prensa uruguaya es sumamente cáustico:
«[…] todos se sirven del mismo mazo, todos se alimentan de la misma mentira. Y nosotros leemos, y, a partir de esa lectura, creemos, votamos, discutimos, perdemos la memoria, nos olvidamos generosa, cretinamente, de que hoy dicen lo contrario de ayer, que hoy defienden ardorosamente a alguien del que ayer dijeron pestes y, lo peor de todo, que hoy ese mismo sujeto acepta, orgulloso y ufano, esa defensa.»No se olvida de definir con un esbozo agrio la apatía en la que vive Uruguay:
«El día en que el uruguayo sienta asco de su propia pasividad, ese día se convertirá en algo útil.»
Para situar a Martin Santomé en contexto hay que mencionar que es viudo, tiene cuarenta y nueve años, se encuentra cerca de la jubilación, tiene una hija y dos hijos, y está enamorado de una compañera de trabajo, Laura Avellaneda, que cuenta veinticuatro años; en una época de su vida en la que el amor es sólo un recuerdo de un tiempo que tampoco fue mejor que el actual. La relación con sus hijos e hija no es muy próxima que se diga.
Si bien al principio la relación con Avellaneda, como él la llama a ella, es distante, como se suele decir, el roce hace el cariño, e inesperadamente se va produciendo una tensión entre los dos que les lleva a intimar, primero se ven en cafeterías, algo habitual, para luego hacerlo sexualmente, más adelante irán descubriendo cómo va creciendo entre ellos una atracción que trasciende lo puramente físico.
«“Pero si usted todavía es un hombre joven”. Todavía. ¿Cuántos años me quedan de “todavía”? Lo pienso y me entra el apuro, tengo la angustiante sensación de que la vida se me está escapando, como si mis venas se hubieran abierto y yo no pudiera detener mi sangre.»La historia a primera vista puede parecer bucólica, casi «pastoril», hombre maduro enamorado de mujer joven, suceso poco recomendable para ella y gozoso para él; pero Benedetti riza el rizo dramático y lleva el desarrollo del proceso amatorio por vericuetos que pasan de lo curioso a lo amable, y de lo sensual a lo dramático, sin respiro, «sin tregua». Aparentemente, Santomé parece que navega por aguas mansas pero el azar le aguarda, embozado cual delincuente, en una esquina para enseñarle que su esperanza de renacimiento había sido sólo una vana ilusión, una más. De existir un dios podríamos afirmar si temor a equivocarnos que se habría ensañado con nuestro desgraciado héroe de Montevideo.
Por la obra desfilan a través de la voz de Santomé su propio personaje que describe desde la soledad y el vacío interior, sus filias y sus fobias, entre ellas su homofobia vivida en la carne de su hijo Jaime. Laura Avellaneda, enamorada, nerviosa, audaz, dispuesta a vivir en tiempo presente a pesar de los inconvenientes de su relación con Santomé. La hija de éste, Blanca, joven de la misma edad que Avellaneda, siempre triste pero luchadora. Luego está Jaime, homosexual, enfrentado con su padre y con el mundo, que se aleja del seno familiar para poder llevar la vida que quiere. El otro hijo, Esteban, es distante, sin apego a su padre. Un personaje central que flota constante como un fantasma sobre las páginas del diario es Isabel la esposa de Martín, muerta tras el parto de Jaime.
La novela diario, comienza con un cierto tono intimista, por momentos tedioso, pero poco a poco va provocando en el lector un ansia de saber más, de conocer los entresijos de esa pasión que crece ante sus ojos, entre Avellaneda y Martin, para conducirnos al fin de la «tregua». Leyéndola recordé un título cinematográfico que venía a cuenta: «No hay paz para los malvados», que podríamos sintetizar en «No hay paz posible» o «No hay tregua»; a la vuelta de una esquina imprevisible a Martín Santomé le favoreció la esperanza, en otro le abandonó. La vida misma.
Existen dos versiones fílmicas, una de 1974, «La tregua» producida en Argentina con guion de Aída Bortnik y Sergio Renán, dirigida por el propio Sergio Renán y protagonizada por Héctor Alterio y Ana Marí Picchio. Esta película fue nominada al Oscar en 1975 en la categoría de mejor película de habla no inglesa. La segunda versión es de 2003, producida en México, dirigida por Alfonso Rosas Priego, teniendo como protagonistas a Gonzalo Vega y Adriana Fonseca.
OBRA
Cuento
· Esta mañana (1949)
· Montevideanos (1959)
· La muerte y otras sorpresas (1968)
· Con y sin nostalgia (1977)
· Geografías (cuentos y poemas, 1984)
· Despistes y franquezas (1989)
· Buzón de tiempo (1999)
· El porvenir de mi pasado (2003)
Novela
· Quién de nosotros (1953)
· La tregua (1960)
· Gracias por el fuego (1965)
· El cumpleaños de Juan Ángel (1971)
· Primavera con una esquina rota (1982)
· La borra del café (1992)
· Andamios (1996)
Poesía
· La víspera indeleble (1945)
· Sólo mientras tanto (1950)
· Poemas de la oficina (1956)
· cuando éramos niños (1964)
· Poemas del hoyporhoy (1961)
· Inventario uno (1963)
· Noción de patria (1963)
· Próximo prójimo (1965)
· Contra los puentes levadizos (1966)
· A ras de sueño (1967)
· Quemar las naves (1968)
· Letras de emergencia (1973)
· Poemas de otros (1974)
· La casa y el ladrillo (1977)
· Cotidianas (1979)
· Viento del exilio (1981)
· Antología poética (1984)
· Geografías (cuentos y poemas, 1984)
· Preguntas al azar (1986)
· Yesterday y mañana (1987)
· Despistes y franquezas (1989)
· Las soledades de Babel (1991)
· Inventario dos (1994)
· El olvido está lleno de memoria (1995)
· El amor, las mujeres y la vida (compilación de poemas de amor, 1995)
· Corazón coraza y otros poemas (compilación, 1997)
· La vida, ese paréntesis (1998)
· Rincón de haikus (1999)
· Acordes cotidianos (compilación de poemas y fragmentos de sus novelas, 2000)
· El mundo que respiro (2000)
· Inventario tres (2002)
· Insomnios y duermevelas (2002)
· Existir todavía (2003)
· Defensa propia (2004)
· 50 sonetos (2004)
· Adioses y bienvenidas (2005)
· Nuevo rincón de haikus (2006)
· Canciones del que no canta (2006)
· Testigo de uno mismo (2008)
· Biografía para encontrarme (ed. póstuma de la Fundación Benedetti, 010)
Ensayo
· Peripecia y novela (1948)
· Marcel Proust y otros ensayos (1951)
· El país de la cola de paja (1960)
· Literatura uruguaya siglo XX (1963)
· Genio y figura de José Enrique Rodó (1966)
· Letras del continente mestizo (1967)
· Sobre artes y oficios (1968)
· Crítica cómplice (1971)
· El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974)
· Daniel Viglietti (1974)
· Notas sobre algunas formas subsidiarias de la penetración cultural (1979)
· El recurso del supremo patriarca (1979)
· Cultura entre dos fuegos (1986)
· Subdesarrollo y letras de osadía (1987)
· La cultura, ese blanco móvil (1989)
· La realidad y la palabra (1991)
· 45 años de ensayos críticos (1994)
· Poetas de cercanías (1994)
· El ejercicio del criterio (1995)
· Poesía, alma del mundo (1999)
· Memoria y esperanza (2004)
· Vivir adrede (2007)
Periodismo
· Mejor es meneallo (1961)
· Cuaderno cubano (1969)
· África 69 (1969)
· Crónicas del 71 (1971)
· Los poetas comunicantes (1972)
· Terremoto y después (1973)
· El desexilio y otras conjeturas (1984)
· Escritos políticos (1971-1973) (1986)
· Perplejidades de fin de siglo (1993)
· Articulario desexilio y perplejidades (1994)
· Daniel Viglietti, desalambrando (2007)
Drama
· Pedro y el Capitán (1979)
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