Cólera y miedo

Por Ángel E. Lejarriaga

Gota a gota
la sangre dibuja un mapa 

de cólera y miedo
sobre una calle todavía sin nombre

porque es la mía y la tuya,
la calle del crimen velado, 

de la criatura que crece 

que no llegará más lejos
porque el odio ha decidido por ella, 

ha cerrado sus párpados
con un fulgor de plomo

y un aliento vacío
ha dibujado un mensaje críptico 

que nadie recoge.

Las gotas rojas
repican campanas a muerte

como presagios consumados

que nada dicen de los asesinos;
el cuerpo se ensancha y se encoge

en un tiempo sin medida,
se esfuma
entre las grietas del asfalto negro, 

hasta que no queda nada
más que un huir de miradas temerosas

y un aleteo de silencios
que se volverán puñales
cuando las sombras de los jinetes mercenarios, 

pardos, azules o verdes,
busquen nuevas víctimas
que sacrificar en su altar irracional.

Puedo ser el siguiente, 

tal vez lo seas tú,
quizá ya se ha publicado 

la esquela mortuoria
de nuestro futuro asesinato.