4 may 2012

Utopía (III)

¿Y si no pagamos ?



Por Ángel E. Lejarriaga



—¿Estamos de acuerdo? —preguntó Miguel a la asamblea de vecinos.
Con el apoyo mayoritario de los asistentes concluyó una larga reunión llena de tensiones. Esa tarde le había tocado a Miguel, a Inés y a Margarita conducir la asamblea. En cada reunión la mesa de la asamblea está compuesta por tres personas: una modera las discusiones, otra toma actas y la tercera, los turnos de palabra. Las propuestas, tras ser debatidas son votadas a mano alzada. Se aprueban por mayoría absoluta de los presentes. Si no existe mayoría absoluta se abre un nuevo debate. Así se actúa hasta en tres ocasiones. En la última se toman los acuerdos por mayoría simple. Generalmente no es necesario tardar tanto pero han existido debates en los que la asamblea se ha pospuesto hasta otra fecha. Es preferible tomar una decisión lo más vinculante y representativa posible que hacerlo rápido y que una parte del colectivo se inhiba de su cumplimiento. La cosa cambia cuando la decisión es urgente, en ese caso nadie se marcha sin que se haya elaborado un acuerdo.
La velada había sido agotadora pero productiva. La primera convocatoria se hizo para las veinte horas sin embargo, tal y como es la idiosincrasia española, no se presentó casi nadie, apenas un diez por ciento de las personas citadas. Una hora después el resultado fue diferente: prácticamente la totalidad del colectivo del edificio ocupaba el local comercial en que solemos reunirnos.
Eran las doce de la noche cuando se llegó al acuerdo definitivo, habían transcurrido tres horas de debates encontrados pero por fin teníamos en nuestras manos compromisos importantes. El tema sobre el que reflexionamos era complejo, aunque la palabra «complejo» ha dejado de tener relevancia en nuestro lenguaje dada la cantidad de problemas angustiosos a los que nos enfrentamos a diario. Ya no sabemos que es más o menos grave o arduo o cómo lo queramos llamar. La decisión fue difícil porque significaba un esfuerzo adicional a los que ya realizamos cotidianamente para sacar adelante nuestras vidas. Sumar tensiones significa desasosiego, fatiga y extenuación, física y mental. Aún así, aceptamos el reto.
El problema tratado surgió hace unos meses cuando unos inquilinos de nuestra comunidad dejaron de pagar los recibos de la luz porque están en paro y no tienen dinero. Si bien reciben un subsidio, la cantidad es tan ridícula que apenas les da para mal comer, a ellos dos y a su hijo de dos años. No pagan alquiler porque el piso es de un familiar que les deja vivir sin cobrarles mientras no tengan ingresos. Ni que decir tiene que la compañía eléctrica les cortó enseguida el suministro. Un vecino, José Miguel, que es electricista, les enseñó cómo volver a conectar la luz. Esa decisión tenía ventajas e inconvenientes. Lo positivo fue que volvieron a tener agua caliente, podían cocinar y utilizar otros aparatos eléctricos. La parte adversa fue la esperada: en cuanto la compañía se enteró de la situación volvió a cortar el suministro sin miramientos. Así volvimos a empezar de nuevo y conectamos la luz. Después de eso la compañía ha acudido a los tribunales de justicia. No entiendo por qué. El juicio les va a resultar más caro que el impago del consumo. Supongo que lo hacen para dar una lección, para enseñarnos al resto de la ciudadanía lo que puede suceder si nos revelamos ante sus leyes injustas.
Costó decidirse pero después de mucho debate concluimos mandar una carta a la empresa suministradora de energía, anunciándoles nuestra decisión de dejar de pagar las facturas de luz colectivamente, salvo que accedieran a restablecer el servicio a las personas sin recursos y les dieran una moratoria de pago, al menos mientras se mantenga su situación de precariedad. No tenemos muchas esperanzas de que nuestra exigencia tenga éxito por ello propusimos entonces crear una comisión que se encargara de extender la iniciativa entre las organizaciones ciudadanas.
De momento nos han cortado la luz a todos los vecinos de la comunidad pero en cuanto se han ido los técnicos hemos roto los precintos y vuelto a conectarla. En el pueblo varios vecindarios afectados por situaciones semejantes a las nuestras nos han imitado. Los afectados hemos creado una plataforma de coordinación para dirigirnos a la Administración y a las compañías eléctricas con más fuerza.
Empezamos siendo una veintena de vecinos y al día de hoy son cientos las comunidades de personas alquiladas y propietarias que nos han secundado, dejando de pagar en solidaridad.
Pero nuestro proyecto está llegando más lejos de lo que esperábamos. Una cooperativa que trabaja en energías alternativas nos está ayudando a planificar soluciones integrales para nuestros edificios, a través de pequeños molinos de viento y paneles de energía solar. Todos estos cambios nos dan mucho miedo porque suponen una ruptura con el modelo actual de consumo energético: si queremos ser autosuficientes tenemos que vivir de otra manera y, por supuesto, gastar menos energía.
Las semanas pasan y seguimos aguantando pero somos conscientes de que salvo que la insumisión de pago se generalice, tarde o temprano nos cortarán la luz desde fuera de los edificios y ahí va a ser difícil oponernos, si no queremos llegar a un enfrentamiento violento con las fuerzas de seguridad. Han llegado a amenazarnos con la intervención del ejército si el movimiento se extiende. Parece irresponsable e increíble que en una sociedad aparentemente moderna los militares intervengan en problemas civiles pero no es descartable, la Historia así lo ha enseñado. Prefiero imaginar que seremos capaces de auto generar nuestra propia energía y dejar de depender de los monopolios empresariales que la gestionan.
Evidentemente, la instalación de recursos alternativos de generación de electricidad es cara y no disponemos de ahorros suficientes para afrontar el gasto, sin embargo pensamos que no hay nada irrealizable. Vamos a ir paso a paso, sin desmayo. Una vez tengamos hecho el proyecto técnico y el consiguiente presupuesto para nuestra comunidad, la pionera, la «Plataforma» buscará donaciones, venderá bonos solidarios y hará lo que sea necesario para conseguir la financiación. Los vecinos tendrán que hacer un esfuerzo y aportar lo que puedan. Lo que falte, después de todas la iniciativas citadas, lo intentaremos conseguir mediante pequeños créditos personales.
El plan es bueno y sé que va a funcionar. Lo que en un primer momento simplemente fue un ejercicio de resistencia hoy se ha convertido en un movimiento transformador que nos dotará de independencia y nos librará de la usura de las compañías de energía.
Este es solo el principio, sabemos que otro mundo es posible porque tenemos imaginación, porque estamos unidos y porque poseemos la voluntad inquebrantable de conseguirlo.


Escritos relacionados:

21 comentarios:

  1. Muy interesante. En Grecia ya se han producido infinidad de situaciones como la que describes y a la gente no le ha quedado otra alternativa que organizarse para sobrevivir. Allí han hecho algo parecido con la energía a lo que se ha hecho aquí con las Plataformas de afectados por las hipotecas. Me gusta, además, la opción de autogestionar nuestras fuentes de energía, aunque tendremos que gastar mucho menos de lo que gastamos.

    ResponderEliminar
  2. ¿Realmente creéis que es posible que dentro del Sistema podamos crear modos de vida alternativos?

    ResponderEliminar
  3. Sugiero leer el periódico "¡Rebelaos!". Lo podéis encontrar en www.rebelaos.net. En él se ofrecen un repaso general al Sistema y posibles alternativas. Es muy interesante.

    ResponderEliminar
  4. Cuando teníamos muy poco nos buscábamos la vida y sobrevivíamos sin deudas. De hecho no comprábamos nada si no teníamos dinero porque directamente no nos daban crédito. Si no teníamos libros, los sacábamos de las bibliotecas o los compartíamos. Íbamos a lo que no costaba: teatro, cine, música, etc. (O costaba barato). Compartíamos casa y no teníamos tv, escuchábamos la radio o cintas casetes. Consumíamos lo mínimo y puedo asegurar que éramos felices. Hemos perdido el norte de la felicidad. Tenemos que reflexionar sobre lo que es prescindible y buscar alternativas fuera del Sistema.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Absolutamente cierto. En mi pueblo hay una familia de cuatro componentes que vive con 300 euros al mes y es feliz, porque asume lo que tiene y a lo que aspira, pero vive con arreglo a sus medios. Bien es cierto que viven en un pueblo, no pagan comunidad de vecinos, ni parking, ni cuotas abusivas, no les multan los guardias constantemente, no saben lo que es un atasco, el agua y la basura de mi pueblo cuesta ¡¡ojo!! 70 EUROS CADA 6 MESES. Del huerto sacan muchas cosas... En fin, es otro mundo, pero sobre todo, yo los veo totalmente felices y en paz.

      Eliminar
  5. Circula un vídeo de un chico africano que con material de la basura construyó un molino de viento pequeño con el que generaba la suficiente energía como para que cargaran el teléfono todos los de su aldea. Sirva de ejemplo. El sistema nos quiere cobrar por todo sin darnos opciones para conseguir dinero, en estas circunstancias ya no le necesitamos.

    ResponderEliminar
  6. Este es un ejemplo en el que las personas que participan lo hacen con buena voluntad -en principio-, pero a veces si nos ponemos a escarbar un poquito, podemos darnos cuenta de que hay otras maneras más inteligentes de ayudar a los demás, resolver problemas concretos y construir un mundo mejor sin tensiones... Y tal vez, con mucha mejor buena voluntad...
    Porque yo me pregunto: ¿no hubiera sido mejor ponerse de acuerdo para pagar a esa pobre familia entre todos los vecinos la luz? ¿¿O es que cuando hay que contribuir con dinero propio se es menos solidario??
    Por otro lado, hay que tener en cuenta de que en la compañía eléctrica hay muchas personas empleadas, que dependen de que la compañía siga existiendo para mantener sus empleos y atender las necesidades de sus familias... ¿¿Realmente pensamos que no respetar las reglas básicas de convivencia resolverá algo??
    Me parece muy buena idea intentar encontrar mecanismos para generar energías alternativas, pero eso no se puede hacer a costa de no pagar. Si se quiere protestar, estupendo, pero por favor, que la protesta NO SE BASE EN EL ROBO, que es lo que se hace al NO PAGAR....
    Busquemos ALTERNATIVAS ASUMIENDO LOS COSTES, NO ASUMIENDO que las cosas SON GRATIS. Para cambiar el mundo, primero tenemos que SER REALISTAS y DARNOS cuenta del GRAN SACRIFICIO PERSONAL que va a suponer. NO CARGAR a los demas con NUESTROS DESEOS DE CAMBIO...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con todos mis respetos. Las compañías explotan generalmente unos recursos que son de la ciudadanía y luego nos cobran más de lo que cuesta la energía. La crisis no la hemoscrado el pueblo y por tanto no tenemos por qué pagarla. El argumento de que hay trabajadores dentro de las compañías no sirve. Por supuesto que las compañías funcionarán igual, con los mismos trabajadores o más si estuvieran auto gestinadas es decir, gestionadas por el pueblo. La idea de pagar sirve para una persona y se hace a diario pero no sirve cuando son muchos los recibos sin pagar. El Estado ha financiado a los bancos y tiene todo tipo de prevendas sobre clase política, militares, policías, casa real e iglesia, pero ninguna consideración con los que sufren la crisis por la rapacidad del Sistema. La única alternativa que veo es funcionar, en lo posible, al margen del Sistema y por supuesto ante su autoritarismo intransigente, practivar la Desobediencia Civil, hasta donde lleguemos, si es que nos dejan llegar a alún sitio.

      Eliminar
    2. Los parches sirven de manera temporal pero pienso que tarde o temprano hay que actuar sobre la raíz del problema. De todas formas me gustaría que nos centráramos en el debate, sobre todo, en las alternativas: casas sostenibles, autonomía energética, nuevas formas de vida...

      Eliminar
    3. A las cuevas otra vez... A veces pienso que seraíamos mas felices si volvieramos al Neolítico.

      Eliminar
  7. Me pregunto porqué siempre cuando pensamos en solucionar un problema, lo hacemos pidiendo sacrificios a los que menos tienen y oviamos a los que más tienen.

    ResponderEliminar
  8. A mí me interesa mucho el tema de la auto suficiencia energética. Donde puedo informarme?

    ResponderEliminar
  9. Puedes entrar en esta página, hay mucha información: www.ecocosas.com

    ResponderEliminar
  10. La utopía es posible y extensible al resto de los ciudadan@s.
    La idea de que entre tod@s se “salve” la deuda de estas personas, con una aportación económica de cada vecin@, es solidaria y buena…pero no practica, y seguiría la espiral y el problema sin solución. Si se hace así una y otra vez a la larga no se produce el cambio, y seguimos sometidos a su sistema, la “Empresa de Energía” seguiría con sus beneficios y los/as consumidores/as sumis@s a esta, el robo no es a la empresa, es a l@s ciudadan@s, esto sería una protesta constructiva, así se buscarían alternativas beneficiosas para la mayoría.
    Tenemos ejemplos de cambios, como en la Revolución Industrial que trajo transformaciones socioeconómicas y culturales, la economía basada en el trabajo manual se reemplazo por la industria y la manufactura, así las ocupaciones laborales sufrieron un cambio…Sería posible que con otra transformación los empleados y empleadas de esta “Empresa de Energía” (y de otras) puedan desempeñar otra ocupación? hay que buscar alternativas útiles y favorables para tod@s.
    Andamos sumergid@s en una vorágine de locura…trabajamos más para consumir más…y si consumiéramos menos y trabajáramos menos? Seríamos quizá mas felices? Estaríamos más tranquil@s?
    Siendo realistas…el sistema no funciona, hay que buscar un cambio por la mejoría de tod@s, solamente nos hace falta abrir los ojos para ver lo que sucede alrededor y como va a terminar todo esto.
    El cambio es posible, la utopía (esta u otra) puede ser una realidad.
    Me quedo con el final del texto “Este es solo el principio, sabemos que otro mundo es posible porque tenemos imaginación, porque estamos unidos y porque poseemos la voluntad inquebrantable de conseguirlo”
    Oso Panda

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me has quitado las palabras de la boca, Oso Panda. Estoy contigo. No basta con seguir poniendo parches. Ya vemos a quién apoya el Sistema (Bankia). Si hemos de sacrificarnos que sea por un "Nuevo mundo".

      Eliminar
  11. Dentro del sistema es muy difícil funcionar porque las reglas que establece no dejan demasiado margen. Además, nos van a exprimir como a limones. El gobierno neo liberal actual lo tiene muya claro, la crisi es su argumento mentiroso para ponernos las condiciones de vida más difíciles. Ahora bien, en este contexto, ejercer resistencia colectiva es vivificador, hace que recuperemos la autoestima y sobre todo, nos autodeterminamos. Pero hay que llegar más lejos, es decir, crear alternativas. Este artículo, en la parte final, incide en ello. No basta con resistir de manera numantina, hay que llegar más lejos. Mantener las organizaciones de base, no solo centradas en un problema concreto, sino como espacios permanentes de democracia directa, centrados en autogestionar nuestras vidas. Si podemos generar nuestra propia energía, debemos hacerlo, si podemos auto abastecernos de alimentos, debemos hacerlo y así hasta donde lleguemos.

    ResponderEliminar
  12. Desde hace muchos años hemos dejado de pensar por nosotr@s mismos y hemos estado flotando en una marea absurda de consumismo y endeudamiento que nos convertía en esclavos. Las alterantivas paralelas al Sistema siempre han estado ahí. Pongo un ejemplo. Much@s estamos en contra del maltrato animal y comemos carne. Es fácil de entender. Existen alternativas a la vivienda comprada, a la alimentaicón contaminada, al ocio consumista y mucho más. Solo tenemos que hacerlo.

    ResponderEliminar
  13. En este país hablamos mucho y hacemos poco. Propongo que estudiemos que podemos hacer en nuestras casas para ahorrar energía, para improvisar un huerto urbano, etc. En www.ecososas.com he visto que hay mucho material para estudiar.

    ResponderEliminar
  14. Pues a mi me parece que en este país estamos muy enfrentados, demasiado ocupados en discutir(no me refiero a los que respondemos en el foro, o si....)sobre si has votado a tal o a pascual. De verdad que la gente vota y se cree que las decisiones que se toman tienen que ver con ellos, que han intervenido de manera vinculante con su voto, de esa manera quien vota al contrario que yo tiene la culpa de lo que su gobierno me perjudica. Y esto pasa en todos los aspectos ¿robar a la compañía por no pagarla? ¿cuánto lleva robándome a mi?cambiar las formas de enrgía nodeja en el paro a la ente, cambia si su trabajo, el que montaba contadores para la red eléctrica convencional, lo tendrá que hacer para la red eléctrica alternativa, al igual que cuando cambiamos de carro y caballos por motor de vapor....no se un motín no tiene que ser por concepto negativo,mi intención no es aprovecharme para vivir mejor, si no vivir simplemente, algo a lo que tengo derecho por encima de los intereses económicos de una multinacional o un gobierno que al fin y al cabo son lo mismo, por lo que el motín no es un ataque si no una acto de defensa propia y legítima. En fin¡Viva la auto gestión!¡Viva la lucha obrera!

    ResponderEliminar
  15. Pienso que la única obligación que tengo es conmigo mismo y con aquellos con los que me asocie para compartir buenos momentos y proyectos comunes. Los acumuladores de los medios de producción nos los han arrebatado, son nuestros. Nosotros generamos la riqueza. Podemos hacer con ella lo que queramos. Si nos apetece volver a la Edad Media, como modo simple de vida, salvando las distancias, y sin explotadores, podemos hacerlo. La libertad es nuestra si la conquistamos. No nos creamos que somos libres, somos libres de morirnos de hambre...

    ResponderEliminar
  16. Tal y cómo van las cosas a nivel de represión policial, va a ser muy difícil actuar directamente contra el Estado y sus colaboradores. Pero podemos, simplemente, pasar de él. Actuar como si no existiera. Creando nuestros propios puestos de trabajo, naturalmente desde una economía basada en el decrecimiento; participando en redes alternativas de consumo, compartiendo viviendas, etc. Me gusta el artículo pero insisto, pasemos de ellos, su ideología de consumo y sus necesidades ficticias.

    ResponderEliminar