16 feb 2016

La chica danesa


Por Ángel E. Lejarriaga


Al empezar a escribir el artículo sobre esta película me ha venido a la cabeza una frase definitoria de la misma que he descartado de inmediato: «Me ha parecido maravillosa». ¿Por qué la he descartado? Porque me ha hecho sufrir mucho. Me he puesto en la piel de las personas que son acosadas por aspectos diferenciadores de su biología, irrelevantes si tuviéramos el respeto y la tolerancia suficiente como para comprender que todo lo que existe forma parte de la misma familia y que o sobrevivimos todos o nos hundimos todos. Cada vez que alguien agrede a una persona por ser pobre, por su sexo, por su condición sexual, por su raza, por su religión o por su forma de pensar, contribuye un poco más a nuestra autodestrucción colectiva.

Centrándonos en el tema, La chica danesa, «The Danish Girl» me ha encantado por muchas cosas que iré desgranando poco a poco para paladearla como se merece.

La película la ha dirigido el inglés Tom Hooper y está protagonizada en los dos papeles principales por Eddie Redmaye y Alicia Vikander. Este director se hizo famoso con su película El discurso del rey (2010) con la que ganó un premio Oscar y un Globo de Oro al mejor director. Su currículum es bastante variado, es un creador polifacético: director de cine, escritor y productor de cine y televisión. También tiene en su haber la película Los miserables (2012). La chica danesa fue presentada al público en septiembre de 2015 en el Festival Internacional de Cine de Venecia.

El guion está basado en una novela escrita por David Ebershoff, en la que cuenta la historia de la pintora danesa Lili Elbe, nacida con el nombre de Einar Mogens Wegener, y su suplicio hasta que consiguió someterse a una cirugía de reasignación de sexo.

De David Evershoff (1969) sabemos que es californiano, trabaja de profesor de Literatura en la Universidad de Columbia, en Nueva York; escribe y también es editor. La chica danesa (2000) le ha lanzado a la fama. Su carrera como escritor cumple justamente dieciséis años. Su primera novela es de la que estamos hablando. No se puede negar que es un tipo con suerte pues con ella ganó el premio de la Fundación Rosenthal de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras, y el premio Lambda para una obra de ficción transgénero. Además, ha escrito otras dos novelas que también han tenido un gran éxito editorial: Pasadena (2002), inspirada en su ciudad de nacimiento; y La 19ª mujer (2008) que vendió más de un millón de ejemplares, con un tema que fue polémico en EEUU: la poligamia.

Sobre los actores principales se puede contar mucho y bueno. Edward John David «Eddie» Redmayne (Lili Elbe) nació en 1982, es londinense y tiene 34 años. Para ser tan joven su carrera está siendo meteórica. Aunque se graduó en Historia del Arte en el Trinity College de Cambridge en 2003, ha sido obvio desde su más tierna juventud que tenía madera de actor. En 1998 hizo sus pinitos en la televisión con Animal Ark, contaba entonces 16 años. Su primera incursión dramática llegaría cuatro años después en el Teatro Shakespeare’s Globe con Twelfth Night, or What You Will (Noche de Reyes), obra de William Shakespeare. En lo que respecta al cine su primera aparición sería en el año 2006 en la película Like Minds (Mentes criminales). Desde entonces su vida artística ha sido un no parar, ha hecho 17 películas, la última en 2016, Animales fantásticos y dónde encontrarlos; ha trabajado en 6 series de televisión y participado en 7 obras de teatro, la última en 2012 con el papel de Ricardo II en la obra del mismo nombre Richard II, en el Donmar Warehouse de Londres.

Veamos algunos de los premios recibidos. En 2010 Premio Laurence Olivier por Red. El Critics’ Circle Theatre Award en 2011 por Richard II. En 2012 recibió el Washington DC. Area Film Critics Association y el National Board of Review por su participación en Los Miserables. En los años 2014 y 2015 los premios se multiplicaron con su interpretación en La teoría del todo: Tallina Pimedate Oode Filfestival, Hollywood Film Awards, Oscar al mejor actor, Globo de Oro, Sindicato de Actores y Bafta. Con La chica danesa está nominado en los mismos premios.

Y qué decir de la sueca Alicia Amanda Vikander (Gerda Wegener). Nació en Gotemburgo el 3 de octubre de 1988 lo que significa que este año cumplirá 28. Es más joven que Eddie Redmayne y su lista de papeles en el cine y televisión es larga: 20 películas de cine, 1 telefilme y cinco series de televisión. Teatro no ha hecho de momento. Se la cita mucho por su papel secundario en la adaptación de Anna Karenina (2012), en el papel de Kitty; yo la he descubierto en la obra de ciencia ficción Ex Machina (2015), haciendo el papel de la humanoide cibernética Ava. En cuanto a premios se refiere, en 2010 ganó el Guldbagge Awards a la mejor actriz con Pure; también fue premiada el mismo año y por la misma película en el Berlin International Film Festival y en el Stockolm Film Festival. En 2012 recibió un premio por su papel en Anna Karenina en el Hamptons International Film Festival. En 2013 con la película Hotell en el Festival Internacional de Cine de Marrakech. Y en 2015 Ex Machina le produjo dos premios más, el Ischia Film Festival y el Gérardmer Film Festival. Todavía quedan por ahí más premios pero lo dejamos aquí. Ha tenido numerosas nominaciones y está pendiente del Oscar, los Globos de Oro y el Bafta por La chica danesa. Con estos datos expuestos, es palpable la excepcional trayectoria artística de Redmayne y Vikander.

La narración se desarrolla en Dinamarca en los «felices años veinte». Einar y Gerda son dos artistas plásticos dedicados a la pintura, felizmente casados, yo diría que apasionadamente. Lo comparten todo, lo que se dice todo. Se pasan el día juntos, creando, cada uno en su estilo. Él pinta paisajes, siempre relacionados con su infancia, y tiene bastante reconocimiento, lo que les permite vivir holgadamente. Ella pinta retratos y figuras humanas aunque no ha alcanzado el éxito, y trata de abrirse camino a la sombra de Einar. En un contexto de fiesta casi constante disfrutan de veladas ricas en contactos humanos e intercambios culturales. Si tuviéramos que utilizar un adjetivo para definir sus vidas podríamos usar las palabras «intensidad» y «pasión», pasión por amar, pasión por gozar, por aprender, por conocer, por compartir, por trascender. El ambiente es abierto, libre, o liberal si lo queremos llamar así. Son gente guapa, de vida acomodada, burguesa, que se relaciona con gente como ellos, muy alejada de los problemas derivados de la inestabilidad política europea, la guerra y las carencias económicas de su tiempo. Su día a día es un juego divertido e interminable. La fotografía urbana que refleja el entorno en que se mueven es espléndida y refuerza la belleza de una existencia casi perfecta. En ese cosmos sin sombras, un día Einar al posar para Gerda se cubre con ropas femeninas, en ese instante algo se despierta en su interior: se empieza a gestar Lili. El resto del film representa la lucha de Lili por abrirse paso a la resistencia de Einar a dejarla salir, y la confusión solidaria de Gerda que a toda costa no quiere perder a Einar.

La película me ha parecido hermosa y estremecedora porque la relación en la pareja es así, excepcional y cautivadora. Sobre todo el apoyo incondicional de Gerda y la comprensión de una pequeña parte de la sociedad de su tiempo. En nuestro país y en la mayoría de los del mundo de hoy, todavía este tipo de acontecimientos de «renacimiento» personal, de auto transformación, suponen rechazo, risas, discriminación, cuando no agresiones y asesinato. Me ha impresionado el sufrimiento de Gerda que ve paulatinamente cómo pierde al compañero que ama, quedando desconcertada ante la nueva persona que ocupa su lugar, a la que no acaba de reconocer. Ni qué decir tiene, que Einar vive otro drama. Su estructura mental de ser la de una persona del sexo masculino se convierte en otra del sexo femenino que siempre ha existido pero que antes no era ni reconocida ni aceptada. Lili nace empotrada en el cuerpo de Einar, limitada, y necesita ser libre. Ahí comienza la última parte de la película, su proceso quirúrgico para poseer verdaderamente el cuerpo que desea tener, acorde con su nueva identidad de género.

La historia que cuenta tanto la novela de David Ebershoff como la película se aproxima bastante a la realidad de los dos artistas.

 Einar Wegner (1882-1931) nació en Dinamarca y reconocido como varón. Conoció a Gerda en la Escuela de Arte de Copenhague. Se casaron muy jóvenes, en 1904 (Einar tenía 22 años y Gerda 19). Trabajaron como ilustradores; Einar se especializó en paisajes y Gerda en temas relacionados con la moda y la figuración femenina. Einar se interesó por la ropa de mujer a partir de hacer de modelo para Gerda. Viajaron por Italia y Francia, y en 1912 se instalaron en París donde la sociedad era más tolerante y Einar podía vestir como mujer sin escandalizar. Gerda cogió fama por sus pinturas en las que reflejaba a una mujer muy atractiva, se trataba de Lili. En la década de los años veinte Einar dejó libre a Lili Elbe, incorporándose esta a la vida cotidiana del matrimonio. La sociedad la reconoció como mujer sin saber su condición transexual. Gerda la presentaba en público como la prima de Einar. En 1930 Lili Elbe viajó a Alemania para afrontar la cirugía que la transformaría físicamente en mujer. La intervenciones estuvieron a cargo de los doctores Magnus Hirschfel (Berlín) y Kurt Warnekros (Dresde). Según las referencias que han llegado a nuestros días, Lili «tenía un cuerpo femenino y rasgos faciales que la hacían verse como una joven mujer, mejor incluso de lo que se veía como varón. Cuando se presentaba en público como varón, generalmente, se la tomaba por una mujer vestida con pantalón de varón». Lili Elbe dejó de pintar porque consideró que esta era una actividad que le correspondía a Einar.

A Gerda Wegener (Gerda Marie Fredrikke Gottlieb), nacida en Copenhague en 1889 y fallecida en 1940, se la conoce en su país como pintora e ilustradora. Fue en París donde se la reconoció su trabajo pictórico. Publicó ilustraciones en Vogue y en La Vie Parisienne, entre otras revistas. Hizo exposiciones tanto en París como en Dinamarca donde era admirada por su talento y originalidad. Después de la desaparición de Lili se casó de nuevo (1931) y se fue a vivir a Marruecos, manteniendo su actividad pictórica pero ya sin éxito. Tras su divorcio en 1936 regresó a Dinamarca e hizo la que sería su última exposición en 1939; moriría un año después.

Einar Wegener o Lili Elbe fue la primera persona transexual conocida en someterse a una intervención de cambio de sexo o cirugía de reasignación de sexo (En la literatura se citan otros casos anteriores como el de una tal Dora pero sin identificar). Este procedimiento quirúrgico modifica los genitales de nacimiento de un individuo para que sean acordes con su identidad de género. La transexualidad está definida por el deseo de una persona en convertirse en su sexo biológico opuesto, es decir, poseer el cuerpo que le corresponde a su identidad sexual y, por supuesto, ser aceptada como tal. En síntesis, la transexualidad sería «una discordancia entre la identidad de género y el sexo biológico» (Leticia Glocer Fiorini, 2010).

Sin querer extenderme sobre el tema «trans», al que considero complejo, deseo hacer algunos apuntes que apoyan una reflexión más amplia sobre la película. Es imprescindible citar que la transexualidad es considerada en muchos ámbitos psiquiátricos como una patología y se trata como tal a los que se definen en esa condición. Aunque hoy en día es posible modificar la apariencia física del cuerpo humano, muchas personas «trans» se preguntan si para desarrollarse plenamente es imprescindible someterse a la manipulación del cuerpo: ¿Qué sucedería si la sociedad se limitara a aceptar que existen condiciones sexuales diferentes? ¿No estaremos contribuyendo más que al desarrollo de las personas al culto al cuerpo como mediador de nuestra autorrealización? No tengo la contestación a estas preguntas. Pienso que son las personas transexuales las que tienen que buscarlas.
 
Mucho me temo que existen variados elementos discordantes en nuestro entorno que no están por esa labor facilitadora e integradora. Mientras escribía este artículo me llegó una noticia (12 febrero 2016) publicada en www.andaluces.es, en la que se contaba que un joven de 21 años había recibido una paliza por parte de otros dos jóvenes por su condición «trans», en la ciudad de Granada.

Pienso que esta película es una buena oportunidad para disfrutar de la belleza expresada estéticamente en ella desde muchos puntos de vista, y para debatir con las personas que nos rodean sobre una realidad más de esas que se quieren esconder bajo el felpudo de los prejuicios, la hipocresía, la intolerancia y, sobre todo, la ignorancia, una realidad que deberíamos tener presente, muy presente, porque detrás de ella hay, sobre todo, mucho dolor


3 comentarios:

  1. Creo que la voy a ver.

    Gracias.

    Abrazos.

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  2. La peli está muy bien aunque, es solo un apunte de lo que verdaderamente sufren las personas trans

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  3. La película tiene una factura excelente aunque está un poco ajena a su tiempo histórico, los difíciles primeros treinta años del siglo XX, supongo que el ser artista y tener fortuna te permite mantenerte al margen de los acontecimientos. En cualquier caso, no tenemos datos de cómo los protagonistas vivieron esos años al margen de su arte y sus problemas íntimos.

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