17 jul 2018

Samarkanda

Por Ángel E. Lejarriaga



Esta obra de Antonio Gala (1930) fue estrenada en el teatro Príncipe de Madrid el 6 de septiembre de 1985, dirigida por María Ruiz y protagonizada por Juan Gea (Bruno), Joan Miralles (Diego) y Alicia Sánchez (Sally).

El relato se conforma alrededor de esa idea de «refugio» existencial con la que jugamos con frecuencia. Como animales arrojados al mundo que somos, vagabundeamos por la existencia en busca de un lugar que nos acoja, en el que poder desprendernos de las sombras que nos tapan la luz del sol. Los tres personajes, Diego, Bruno (estos dos son hermanos) y Sally encuentran ese refugio temporalmente, Diego quizá por vocación (es guarda forestal), Bruno como última salida a un pasado y presente marcado por el infortunio; Sally no tiene nada que perder porque nada posee (es prostituta sometida a un proxeneta), quizá su juventud. ¿Existe en realidad un lugar en el mundo en el que sentirnos seguros y en paz? Diego y Bruno así lo creen, ese lugar es Samarkanda, una ciudad mítica situada en la actualidad en Uzbekistán y en el pasado en la Ruta de la seda. Pero en realidad, para ellos dos, Samarkanda no tiene unas coordenadas geográficas que se puedan situar en un mapa, esta ciudad se encuentra en el interior de los dos hermanos, un lugar que les ha salvado en los momentos más difíciles de sus vidas, cuando pensaban que no podían soportar más dolor, cuando su madre les abandona, cuando se suicida, cuando se quedan solos y desprotegidos (arrojados al mundo por segunda vez).
  
Diego siempre ha sido el protector de Bruno hasta que en un momento dado sus vidas se separan. El primero encuentra su lugar en el mundo en una cabaña perdida en una montaña rodeada de bosques. La naturaleza que le circunda es su familia, su razón para seguir levantándose cada mañana. Un buen día se presenta Bruno en la cabaña, inesperadamente, le ha buscado con empecinamiento y le ha encontrado. Samarkanda vuelve a tomar protagonismo en su vida, Bruno la necesita porque sigue extraviado, siempre lo ha estado, quizá todas lo estamos porque no existe un camino trazado en nuestro presente por el que transitar sino un mar agitado que pretende devorarnos a cada paso, y no caminamos sobre las aguas, en última instancia flotamos. Bruno tiene una historia turbia que le sigue los pasos, no solo ha querido reencontrarse con su hermano sino también escapar de los que le buscan para ajustar cuentas. La vida de Diego se ve alterada pero acepta la presencia de Bruno como algo natural, su casa está abierta para él, y también para la bella Sally, que Bruno ha conocido en una whiskería y que presenta a Diego. Bruno y Sally se hacen amantes, Sally se enamora de Diego, representa la madurez y el confort; los tres se aman, de manera serena y a la vez desesperada, con el conocimiento certero de que esa armonía no puede durar mucho porque los tres buscan respuestas; Sally quiero que su refugio sea permanente, todavía no sabe que nuestras vidas están en permanente construcción y que no hay nada seguro. Diego y Bruno ocultan un secreto que solo pueden resolver en Samarkanda, su ciudad interior donde todo es posible, donde el amor alza su bandera sin consideraciones morales ni convencionalismos sociales. Sally se va porque tiene que irse porque allí solo ha encontrado un esbozo de lo que busca; Diego le explica que tiene que correr riesgos, tomar decisiones, experimentar en otros lugares, con otras personas, vivir a fin de cuentas, sin ataduras, con la libertad como bandera. Cuando Diego y Bruno se quedan solos una incógnita flota sobre los dos hermanos, ¿qué buscan ellos, qué tienen, qué quieren? En una arrebato de pasión Samarkanda les abre sus puertas para liberarlos; un largo beso les dice que por fin han encontrado su refugio, ese que les ha acompañado toda su vida, que en sus consciencias permanecía acurrucado, temeroso de tomar forma: su amor de hermanos, su amor de hombres, su amor. ¿Por fin han encontrado la paz?…
«El amor es una amistad con momentos eróticos.» Antonio Gala

1 comentario:

  1. Muy interesante. Lo he conseguido en pdf. Ya te comentaré.

    ResponderEliminar