6 mar 2019

El ángel Esmeralda


Por Ángel E. Lejarriaga



Don DeLillo (Donald Richard DeLillo) nació en Nueva York el 20 de noviembre de 1936, en concreto en el Bronx, en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Su vida de entonces era la propia de las oleadas de personas que acudían a los EEUU a buscarse la vida, lo que significa que vivían hacinadas once personas en una habitación, situación que no facilitaba precisamente la convivencia, convirtiendo así su experiencia infantil en un trotar incesante por las calles del barrio neoyorquino. A pesar de un origen tan difícil, DeLillo logró estudiar en la Universidad de Fordham, situada en el Bronx, y concluyó sus estudios en 1958. Su afición a la escritura surgió a partir de un trabajo de guarda en un aparcamiento, el tiempo libre que este le permitía lo empleaba en escribir y en leer. DeLillo amaba lo que hacía y procuraba que sus trabajos estuvieran relacionados con la literatura o al menos le dejaran un margen para poder ejercitarla. La agencia literaria Ogilvy & Mather le facilitó esa simbiosis. Dos años después de salir de la universidad publicó en la revista Epoch, perteneciente a la prestigiosa Universidad de Cornell (Ithaca, Nueva York),el relato The River Jordan. En 1971 fue editada su primera novela, Americana, con escaso éxito. Tras vivir unos años en Grecia, en la década de los 70, regresó a los EEUU. White Noise (Ruido blanco, traducida en España como Ruido de fondo), aparecida en 1985, le lanzó a la fama. A esta le sucederían otras que confirmaron su buen hacer como escritor. Doce años después, en 1997, publicó la que se considera como su obra más sobresaliente: Submundo. A partir de este momento, DeLillo comenzó a escribir de otra manera, sus analistas definen su escritura emergente como más “reflexiva o meditativa”. En esa línea surgen de su pluma Cosmopolisen (2003), adaptada al cine en 2012 por David Cronenberg, y Punto Omega (2010), sobre la guerra de Iraq. En 2011 se publicó El ángel Esmeralda.

Otras novelas importantes en su trayectoria literaria han sido: End Zone (1972), Great Jones Street (1973), Ratner's Star (1976), Players (1977), Running Dog (1978), Amazons (1980), The Names (1982), Libra (1988), Mao II (1991), Underworld (1997), Body Art (2001), Falling Man (2007), Zero K (2016). También escribió ensayos de relevancia como In the Ruins of the Future (2001); y teatro: The Day Room (1986), Valparaíso (1999), Love-Lies-Bleeding (2005), The Word for Snow (2007). Tres de sus novelas han sido adaptadas al cine: Game 6 (2005, guionista), End Zone (2009) y Cosmópolis (2012).

Ha recibido quince galardones, nacionales e internacionales, que le han hecho ocupar un puesto relevante en la literatura de los EEUU.

El ángel Esmeralda (2011) es una recopilación de cuentos que se publicaron originalmente en diversas publicaciones de habla inglesa: “Creación” (primavera 1979), en Antaneus 33; “Momentos humanos de la Tercera guerra Mundial” (julio 1983), publicado en Esquire; “El corredor” (septiembre 1988), en Harper’s; “La acróbata de marfil” (otoño 1988), en Granta 25; “El ángel Esmeralda” (mayo 1994), en Esquire; “Baader Meinhof” (1 abril 2002), en The New Yorker; “Medianoche en Dostoievski” (30 noviembre 2009), en The New Yorker; “La hoz y el martillo” (diciembre 2010), en Harper’s; y “La Hambrienta” (otoño 2011), en Granta 117.

Este conjunto de relatos se puede decir que constituye casi su obra completa en cuanto a formato se refiere. Están datados entre los años 1979 y 2011.

Son relatos inquietantes que nos sitúan en contextos espacio temporales en los que es difícil manejar la situación, como si los protagonistas tuvieran escasas posibilidades de intervención. Empezamos por el primero, Creación, varias personas se encuentran atrapadas en una isla paradisíaca, un lugar de turismo al estilo de Ibiza, muy cerca del continente, pero en el momento de marcharse, la cuestión en sí se convierte en un laberinto de angustia e incertidumbre. Momentos de la Tercera Guerra Mundial nos presenta a dos astronautas que flotan alrededor de la tierra, expectantes ante la conflagración mundial que se ha desatado. El corredor nos plantea el reto que supone el miedo escénico a lo desconocido, a todas esas catástrofes probables que se pueden desencadenar en un momento u otro sin que tengamos ninguna capacidad para preverlas. La acróbata de marfil también toca el tema de lo imprevisto hasta que se produce y los individuos se adaptan a su propia vulnerabilidad. El ángel Esmeralda es un retrato del horror, una niña de doce años es asesinada de manera terrible; ¿en qué nos convierte ese crimen deleznable? Baader-Meinhof es una reflexión sobre la guerra cruenta entre esas personas que deciden combatir al Estado con las armas en la mano y la reacción del Estado, que vulnera, sin contemplaciones, sus propias leyes, y ejecuta a los terroristas en las celdas en las que están encerrados. Pero el relato va más allá, y encara la violencia cotidiana, esa que puede surgir en cualquier momento de un modo trivial. Medianoche en Dostoievski nos sitúa en un viaje alucinante a través de los ojos de dos jóvenes estudiantes que trabajan ocasionalmente en el peaje de una autopista. La hoz y el martillo nos habla de una manera humorística sobre la justicia, las penas carcelarias, el capitalismo salvaje y sus consecuencias sobre nuestras pretendidamente acomodadas vidas. Por último La Hambrienta es un relato que habla de la obsesividad como herramienta cognitiva para superar la falta de sentido de nuestras vidas.

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