8 dic 2020

El americano impasible


Graham Greene (1904-1991). Este escritor británico nació en Berkhamsted, Hertfodshire, en el seno de una familia adinerada compuesta por industriales y banqueros. Su madre era prima del escritor Robert Louis Stevenson. A pesar de que estos orígenes pronosticaban una buena infancia, no lo fue tanto debido a que sufrió acoso escolar, siendo Charles Green, su padre, director del colegio al que iba; toda una paradoja. Precisamente, le maltrataron por ser quien era. Esta experiencia le llevó a la depresión y a intentar suicidarse en varias ocasiones, por ese motivo a los diecisiete años recibió terapia psicológica durante seis meses. Después del tratamiento recuperó sus estudios pero no regresó al internado. Según sus biógrafos, Graham Greene nunca llegó a recuperarse del todo del trauma vivido. Se licenció en Historia en Oxford, sin que se impregnara nunca del ambiente universitario. En 1925 publicó su primer libro, en esta ocasión de poesía, Babbling April.

Una vez terminó sus estudios, Greene se incorporó de inmediato al mundo laboral. Primero trabajo como periodista en Nottingham. Más tarde fue subeditor en The Times. Su primera novela se publicó en 1929, Historia de una cobardía. Los resultados editoriales fueron buenos hasta el punto de dejar de trabajar en The Times. Pero su optimismo literario no fue recompensado en los dos libros que publicó después. Tuvo que esperar a 1932 para volver a tener una buena acogida de público con El tren de Estambul. Greene quería vivir de la escritura pero no era nada fácil así que tuvo que seguir trabajando de periodista, como crítico literario y de cine para The Spectator. Fue coeditor de la revista Night and Day que tuvo que cerrar en 1937 debido a una demanda por difamación que le fue interpuesta por una crítica que realizó a la película "Wee Willie Winkie". Aunque la revista perdió la demanda, el trasfondo de la crítica era acertada. Acusaron a la dirección de la película de sexualizar el personaje representado por una niña de nueve años, representado por Shirley Temple.

En esas fechas, es de sobra conocido, que Graham Greene trabajó para la inteligencia británica en el MI6. Con este discreto “oficio” recorrió todo el mundo, presentándose como escritor, por supuesto. Como anécdota reseñable diré que en 1957, en Cuba, Greene ayudó a los “castristas” que luchaban contra el régimen de Batista, transportando ropa de invierno para los guerrilleros que luchaban en Sierra Maestra. Castro le caía bien pero consideraba que era desmesuradamente autoritario y desconfiaba del fin que podía tener la revolución en ciernes.

La literatura que salió de su pluma y que le caracterizó desde entonces se dividió en dos géneros bien diferenciados, uno caracterizado por la intriga y el otro de corte más existencia o “trascendente”. En cualquiera de esos dos enfoques consiguió éxito y por consiguiente dinero. A parte de novelas, también escribió relatos, teatro y literatura infantil. Greene dejó patente en sus obras su catolicismo, en un sentido reflexivo moral, con un discurso que emanaba de sus personajes. También intentó ofrecer una imagen progresista en sus enfoques sobre los temas sociopolíticos que trató aunque sin comprometerse demasiado. Muchas de sus novelas han sido llevadas a la gran pantalla, El americano impasible, entre ellas.
“Siempre el doble juego, entre la vida y la muerte, la política y la religión, el amor y el odio, el sufrimiento y la compasión, la inocencia y la presencia del mal desarrollados en ambientes cargados de calor húmedo y de lujuria pegajosa que llevan al protagonista hacia un destino trágico de tener que apurar el cáliz del perdedor. Graham Greene, como buen católico, se excitaba en los prostíbulos más espesos. A uno de ellos, en París, llevó a su nueva amante Yvonne. La dejó en la barra frente a una copa y él se adentró en el laberinto abrazado a una prostituta. Su amante era una mujer casada a la que había rescatado de un marido ejecutivo en la selva del Camerún, una francesa ordenada, con cada pasión en su sitio, pero después de aquella aventura comenzó a pensar que el alma de Graham era más oscura de lo que aparentaba su diseño de apacible burgués. Se enamoró de aquel hombre hasta el fondo donde nadan los peces negros que nunca ven la luz. La mayor parte de sus novelas fueron llevadas al cine, pero sólo dos, El tercer hombre y El americano impasible, pertenecen a la imaginación colectiva. Los sótanos de Viena dividida en la posguerra mundial y el Vietnam a punto de ser abandonado por los colonialistas franceses están ya unidos para siempre al poderío de Graham Greene de contar historias duras, sin adjetivos, aparentemente ligeras, pero llenas de misteriosos laberintos que son los del alma humana.” (Manuel Vincent)
Entre sus obras literarias más importantes se encuentran las siguientes, ordenadas por géneros: 
  • Poesía: Babbling April (1925). 
  • Ensayo: Caminos sin ley (1950). 
  • Novela: Historia de una cobardía (1929); The Name of Action (1930); Rumour at Nightfall (1932); El tren de Estambul (1932); Campo de Batalla (1934); Inglaterra y yo (1935); Una pistola en venta (1936); Viaje sin mapas (1936); Brighton rock (1938); Los caminos sin ley (1939); El agente confidencial (1939); El poder y la gloria (1940); El ministerio del miedo (1943); El revés de la trama (1948); El tercer hombre (1950); El fin de la aventura (1951); El americano impasible (1955); El perdedor gana (1955); The Potting Shed (1956); El libro de cabecera del espía (1957); Nuestro hombre en La Habana (1958); Un caso acabado (1961); Los comediantes (1967); Viajes con mi tía (1969); El Cónsul Honorario (1973); El factor humano (1978); El Dr. Fischer de Ginebra (1980); Monseñor Quijote (1982); El décimo hombre (1985); El capitán y el enemigo, (1988) y En tierra de nadie (1993). 
  • Cuentos: El espía (1948); Veintiún cuentos (1954); ¿Puede Ud. prestarme a su marido? (1967); El final de la fiesta (1968) y La última palabra (1991). 
  • Autobiografía: Una especie de vida (1971); Vías de escape (1980); A World of My Own (1992) y Getting to Know the General (1984). 
  • Literatura infantil: The Little Train (1946); The Little Fire Engine (1950); The Little Horse Bus (1952) y The Little Steamroller (1955). 
  • Teatro: The living room (1953); Thepottingshed (1957); The complaisant lover (1959) y Carving a statue (1964) y The return of A Rafles (1975).

El Americano impasible
se publicó en 1955. Se encuentra ambientada geográficamente en la Indochina francesa en la primera mitad de los años cincuenta, básicamente en la ciudad de Saigón. Greene comienza contándonos cómo aplican el colonialismo los franceses que en ese momento son los responsables del mismo en el país. Describe la encarnizada lucha que Francia mantiene con el movimiento comunista vietnamita que poco a poco les va ganando terreno. También narra cómo los norteamericanos se introducen sinuosamente en el terreno para convertirse en una alternativa política a los propios franceses. Estamos en los inicios de esa penetración, nada discreta, que alcanzará su culmen con la guerra de Vietnam de tan trágicas consecuencias  para el pueblo vietnamita que perdió millones de vidas sacrificadas en el altar del imperialismo estadounidense.

El personaje central de la novela es un periodista británico llamado Thomas Fowler, un corresponsal de guerra experimentado que lleva varios años escribiendo sobre el conflicto indochino. Al principio de la narración conoce a un norteamericano, Alden Pyle, por más señas agente de la CIA. Este joven y entusiasta espía sigue las ideas de York Harding, que ha elaborado una teoría, a la que nombra como “Tercera fuerza”, según la cual “ni el comunismo ni el colonialismo son sistemas adecuados para gestionar países en desarrollo”, sino que es necesario que intervenga una tercera fuerza que estabilice o cree un equilibrio entre los distintos elementos en tensión. La pretensión de Pyle es que los EEUU  protagonicen ese papel. Naturalmente, los EEUU no quieren aplicar las teorías de Harding, sino ocupar un posición geoestratégica en la zona que frene el avance del comunismo en el mundo.

A Folwer y a Pyle les acompaña en la trama una jovencísima Phuong, mujer vietnamita de tan solo veinte años de edad, que es amante de los dos según el momento de la novela. Además, pululan por el texto otros personajes relevantes como el Jefe de la Sureté en Saigón, Vigot; Bille Granger, norteamericano, y agregado comercial; Hei, hermana mayor de Phuong y el ayudante hindú de Fowler de nombre Domínguez.

Con estos personajes y en el contexto citado, Fowler y Pyle se entremezclan, cada uno siguiendo su senda, pero encontrándose una y otra vez con Phuong como objeto de deseo. Fowler no le ofrece futuro a ella salvo vivir en el presente, de hecho la comparte con el consumo de opio; sin embargo, Pyle, el americano impasible, que en el fondo busca una vida ordenada y tranquila, la quiere pero no solo para festejarse a sí mismo y vivir el momento, sino para casarse con ella. Sorprendente, dado el ambiente bélico en el que viven, con bombas que explotan por doquier y la guerra llamando a las puertas de Saigón, donde ningún lugar es seguro, y casi todo el mundo espía o colabora con alguna de las fuerzas en liza.

Un personaje histórico importante que aparece en la novela es el general Thé, un señor de la guerra que combate por igual a franceses y a comunistas, y que es apoyado descaradamente por los norteamericanos. El discurso de estos últimos es falaz y demagógico, justifican sus acciones militaristas y “terroristas” bajo el argumento de que las naciones demócratas de occidente tienen una responsabilidad en Asía que asumir; frenar el avance del comunismo supone hacer el bien y salvar al mundo de un sistema amenazante autoritario y alienante.

En todo este lío de teorías, guerra colonial y neo colonial, Fowler se desenvuelve como puede; su joven amante quiere casarse y escapar de Vietnam pero él no puede desposarse con ella porque su mujer no lo permite. Él la reitera por carta una petición de divorcio pero ella se lo vuelve a denegar. Pero como ya he comentado Pyle sí le pide matrimonio formal a Phuong. Esa tensión se resuelve, desde luego, quien lea la novela lo descubrirá en su momento. Por cierto, ascienden a Fowler en el periódico para el que trabaja pero este solicita que le dejen un tiempo más en Vietnam. Mientras tanto, Pyle proporciona armas y explosivos al general Thé para que siembre el terror por las principales ciudades de Vietnam del Sur; sus atentados sangrientos son adjudicados a los comunistas: atentados de falsa bandera. Esa es la nueva política norteamericana que va a salvar el país del desastre del colonialismo y el comunismo, pura ironía.

En fin, la novela se encuadra a la perfección en el género de intriga que tanto le gusta a Greene, sin extralimitarse con el romance que aunque da un toque sensual al escenario, resulta frío y por momentos reprobable ya que de amor hay poco en la novela, más bien se podría hablar de prostitución descarnada y de supervivencia económica. Digamos que el toque romántico lo proporciona el joven Pyle con su idea de familia cristina y su propuesta de matrimonio; sin duda es muy ingenuo e idealista, pero solo aparentemente, su trabajo como espía le sitúa en una posición criminal justificable solo por esa gran política que se hace en los despachos de los poderosos que nunca tiene en cuenta los efectos colaterales desastrosos que provocan sus decisiones. ¿Qué decir de Fowler? Pues que es un desgraciado que sabe que está envejeciendo, que todavía escribe buenas crónicas de guerra, y cuya vida carece de sentido lejos del conflicto bélico y las emociones que le proporciona el mismo. 




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