I
Sueño con otro tiempo
Sueño con otro tiempo
aunque el mío sea corto,
un tiempo de pólvora y consignas
un tiempo de pólvora y consignas
donde nadie pueda amordazar al viento,
donde los gemidos de los muertos
sean sustituidos por memorias.
Una edad en la que no nos darán miedo
sean sustituidos por memorias.
Una edad en la que no nos darán miedo
los crepúsculos sangrientos
porque la sangre es vida,
porque la sangre es vida,
nacemos y morimos
transportados por su hirviente curso,
transportados por su hirviente curso,
sedientos y agónicos,
a veces valientes,
a veces valientes,
a veces terribles.
II
Cuando descanse herido
II
Cuando descanse herido
en mi última morada
deseo que esta sea serena,
que las luces perdidas del techo celeste
que las luces perdidas del techo celeste
me hablen lúbricas de amor y goces,
y me digan
que el ácido de la rebelión
ha corroído los desoladores barrotes
y me digan
que el ácido de la rebelión
ha corroído los desoladores barrotes
que nos encarcelaban
en una celda de silencio.
III
Esa noche soñaré también con el sol
en una celda de silencio.
III
Esa noche soñaré también con el sol
aunque sepa que duermo,
imaginaré que ya no me acariciará más;
imaginaré que ya no me acariciará más;
ese fuego impenitente
lamerá los rostros demudados
lamerá los rostros demudados
de las gentes enfurecidas,
cauterizará desmayos de dolor,
amamantará simientes
que poblarán los días futuros
que poblarán los días futuros
con una era de paz y justicia.
IV
Anhelo muchas cosas
que quizá nunca conoceré,
mas mi corazón galopa desnudo
Anhelo muchas cosas
que quizá nunca conoceré,
mas mi corazón galopa desnudo
sobre los surcos de la tierra,
escribiendo sobre ella secretos,
versos y amaneceres,
que tiñen el negro de rojo
que tiñen el negro de rojo
y el rojo de negro.
V
Sueño,
¡cómo no!,
entre el perfume de flores silvestres
Sueño,
¡cómo no!,
entre el perfume de flores silvestres
y pupilas ardientes,
con gestos conocidos que se unen
en una fraternidad indisoluble,
con gestos conocidos que se unen
en una fraternidad indisoluble,
con compromisos honestos
que la aurora rubrica
en guiños de leche y miel.
VI
Te saludo luna de Iberia
ya no me oculto bajo tu manto sombrío,
en guiños de leche y miel.
VI
Te saludo luna de Iberia
ya no me oculto bajo tu manto sombrío,
ocupo osadamente las plazas
con esas otras manos
y esas otras voces fraternales,
con esas otras manos
y esas otras voces fraternales,
asaltando los palacios
de los antiguos señores,
entre resonancias de dioses muertos,
de los antiguos señores,
entre resonancias de dioses muertos,
podridos por la herrumbre
de misterios siniestros
de misterios siniestros
que la razón denuncia.
VII
Qué la tierra sea leve a los caídos,
VII
Qué la tierra sea leve a los caídos,
qué no ceda nuestro impulso,
qué nuestras ideas se fortifiquen,
qué la paz destruya todas las banderas,
qué nuestro amor por el presente y el futuro
qué nuestras ideas se fortifiquen,
qué la paz destruya todas las banderas,
qué nuestro amor por el presente y el futuro
escriba la historia más bella jamás contada,
qué sea el abrazo más cálido
la herramienta que acabe con las guerras;
la herramienta que acabe con las guerras;
entonces estaré preparado
para fundirme en el limo con una sonrisa.
para fundirme en el limo con una sonrisa.
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