4 nov 2016

Chico

Por Ángel E. Lejarriaga



Me voy a la playa, es el día perfecto para ello. Resulta estúpido quedarme. Génova está llena de maderos de todo tipo, policías y militares. El Foro Social ha montado un buen recibimiento al G-8. A los líderes del mundo se la suda, desde luego, se reúnen sin ocultarse por pura arrogancia; las decisiones vienen tomadas de antemano… Sí, mejor vete, no tientes la suerte. Acabas de cumplir 23 años, no hoy ni ayer, el 14 de marzo. Eres un adulto díscolo hijo de padres díscolos pero institucionalistas, eso sí: ¡Todo el poder para las instituciones! Qué lejos queda aquel 1978 en que naciste. Tu madre, Haidi, te adora, eres ese retoño que los proletarios deben tener para que continúe la lucha de clases; eso dijo en su momento, eso dice todavía, tal vez se lo cree. La futura senadora de Refundación Comunista es impenetrable en todo lo que se salga de la política de su partido; tiene una imagen que mantener impoluta, le van en ello los votos y por tanto su sueldo. Ella te ha dicho que te mantengas al margen. Los chicos y chicas del Foro no saben de qué va la sociedad y todavía piensan que en la calle se puede cambiar la historia. ¡Ilusos!... La canalla antisistema ha provocado estos disturbios, ellos son los únicos responsables de lo que ha sucedido y pueda suceder en un futuro próximo. Organizados por quién sabe qué oscuros patrocinadores, instigan el caos y el enfrentamiento entre la ciudadanía, con la intención de desestabilizar y acabar con la paz social… No paso de la gente del Foro pero es que siempre es la misma historia: vamos, nos manifestamos, gritamos, movemos banderas y pancartas, y la policía viene y nos apalea, nos detiene, nos juzga, nos condena; y vuelta a empezar. Llenamos las arcas del Estado con las multas que pagamos, eso cuando no vamos a la cárcel. Mi padre, ¡el gran sindicalista!, don Giuliano Giuliani, un personaje reconocido dentro del sindicato Confederación General Italiana de Trabajadores, me da la charla sobre la necesidad de asumir la responsabilidad histórica que corresponde a nuestra generación, como futuros artífices de un nuevo orden más igualitario y democrático. ¡Madre mía! Me lo cuenta una y otra vez, y se supone que yo tengo que escucharle y creérmelo. Vivo con ellos en Righi porque no me queda más remedio pero… Son como son, tienen su vida y su credo… Déjalo ya y márchate, no esperes más. Recoge lo que necesitas y vete. Es lo más sensato. Este 20 de julio de 2001 no es seguro en el centro de Génova. La ciudad está dividida en zonas: roja, naranja y verde. Parece un semáforo. No es necesario que te explique lo que sucede en cada zona. Es inútil que te plantees acudir a la manifestación, ya has ido a muchas y sabes de qué van. Por faltar a una nadie te va a condenar. Es una más. Habrá otras. La injusticia es universal y siempre habrá una causa por la que protestar… El Estado ha garantizado en todo momento la seguridad de los ciudadanos decentes. Pero los antisistema, los anarquistas camuflados entre esos que se dicen pacifistas, han acudido de todo el mundo para provocar a las fuerzas del orden público. Son un cáncer que tendríamos que extirpar. Se escudan en las leyes democráticas para alterar la vida cotidiana y sembrar la discordia. No, nosotros no somos responsables de sus manejos violentos… Vale. Lo tengo todo. Me voy. Oiré la radio por el camino a ver qué pasa. No me gusta quedarme al margen pero no soy perfecto. El teléfono suena. Paso. Espera. Puede ser importante. ¿Hola? Sí, soy Carlo. Ya me iba. A la playa. ¿Te vienes? No te pases. Es una mierda de manifestación más. Yo no soy nadie. No te pongas así. ¡Joder! Bueno. Voy. Quedamos en corso Torino, hacia las dos. Voy para allá… Error, chico. Error. Te estas equivocando. Te vas a meter en la boca del lobo. Eres muy joven para complicarte la vida de esta manera. No le debes nada a nadie, ni a la sociedad que te desprecia, ni al Foro, ni a la Historia. Eres solo un muchacho grande con conciencia de clase sin embargo eso no es suficiente para que te sacrifiques. Espera, no te precipites. No salgas. Piénsalo un momento, después ya será tarde, muy tarde… Por mucho que nos condenen internacionalmente hemos hecho lo correcto, hemos defendido el orden establecido. Nadie nos va a dar lecciones hoy sobre lo que está bien y lo que está mal. Es necesario que la opinión pública distinga entre los manifestantes pacíficos y esos grupos de guerrilleros que recorren el mundo para poner a los gobiernos en la picota. La época de los Guevaras ha pasado. Ahora estamos en otro punto histórico… Ya está. Hola. Esto parece que se va a poner duro. Lo veo. Los del Black Block son muchos y llevan preparando esta reunión meses. Siempre tienen que venir a joder. Ya sé que es inevitable, hay muchas formas de ver la cuestión, ellos no creen en la democracia participativa, ni en sindicatos, ni en partidos, ni en Dios. ¡Son la hostia! Demasiado radicales para mi gusto. La van a liar. La policía les espera encantada. Tienen ganas de romper la manifestación y dar, de paso, una lección a propios y extraños, sobre cómo se resuelven este tipo de eventos… Estás a tiempo, Carlo. Vete. Los botes de humo empiezan a caer, las balas de goma cruzan el espacio como un enjambre de insectos asesinos. Van a cargar. Vete… Las fuerzas de seguridad han sido provocadas por los de siempre, a saber qué tipo de plan tenían preparado para herir y quizá asesinar a nuestros muchachos, que solo cumplían con su deber. Tenían y tienen todo nuestro apoyo… No puedo respirar. No veo. La policía está por todos lados. Nos golpean, nos detienen. No son humanos. Su esencia moral ha desaparecido, se han convertido en un protocolo criminal, con el único criterio de acabar con cualquier resistencia. No sé hacia dónde correr. Me pegan. ¡Malditos mercenarios! ¡A por ellos! ¡Somos más!... ¡No, Carlo! ¡Escapa! Llevan armas de fuego, tú solo una camiseta blanca, un pasamontañas, que te protege de las cámaras acusadoras, y unos gastados pantalones. Eso no es nada contra las balas. Escapa de la Vía Tolemaide. Deja de tirarles piedras, de nada sirven contra los coches blindados. Son carabinieri, capaces de cualquier cosa. Se ha dicho que les han autorizado a disparar… ¿Qué podían hacer nuestras fuerzas? ¿Acaso resignarse a ser masacradas? En prensa se han publicado muchas noticias sobre lo que pretendían los terroristas: causar bajas. Se ha dicho incluso que les iban a arrojar sangre contagiada con SIDA. ¿Por qué no? El terrorismo es despiadado… ¡A por ese coche! ¡Está aislado! ¡Destrocémoslo!... ¡No! ¡Deja el extintor! ¡No te acerques al vehículo! ¡No!... La furia irracional de los manifestantes ha sido contenida con benevolencia por los agentes de la autoridad. La fatalidad ha provocado un muerto pero es muy poco para lo que podría haber ocurrido… (Dolor intenso.)… ¡Carlo!... Los actos delictivos no pueden quedar impunes… (Inconsciencia.)… ¡Carlo! Tenías que haberte ido a la playa. El sol habría acariciado tu piel como tantas otras veces. Hoy era un buen día para sentir el verano desde la sencillez de lo inmediato. También era un día para morir, innecesario. ¡Carlo! De acuerdo, viniste para estar con tus compañeros y compañeras, porque no eres una persona de retaguardia, porque tienes tu orgullo, tu dignidad, ¡tan cara! La pistola del carabinieri ha disparado dos veces, tu cabeza ha recibido un impacto, tal vez mortal, tal vez no. Pero el vehículo policial no ha tenido piedad de tu cuerpo y te ha pasado por encima en dos ocasiones. No sé qué has sentido, si todavía has padecido dolor o ya estabas lejos, en ese mundo de sueños felices que te iluminaban el rostro cuando los exponías en público… Fatalidad. Deber. Democracia. Terrorismo… (Silencio.)… Adiós y hasta siempre, Carlo Giuliani. No eras un héroe, ni un político, ni querías ser protagonista de nada, solo consecuente con tus ideas; deseabas aportar tu granito de arena a la resistencia activa contra un mundo global descarnado y cruel. No te vamos a olvidar. No puedes saberlo pero es así. No sé si tu ejemplo servirá para algo, mas en la memoria de muchas personas luchadoras siempre habrá una sonrisa, un abrazo fraternal y unas flores con tu nombre. Tu fuerza y abnegación son un símbolo a imitar. En ello estamos. Serán tu voz atronadora, tu mirada impulsiva, tu determinación, las variables sobre las que apoyarnos en los momentos de desánimo. Tu crimen va a quedar impune, como todos los que comete el Estado pero el juicio de la Historia les condenará. Quizá en el futuro, no se sabe cuándo, haya un tribunal popular universal que analice, juzgue y castigue todos los crímenes impunes. Entonces, el nombre de Carlo Giuliani se elevará entre otros, vindicando no solo memoria sino también expiación.

En memoria de Carlo Giuliani, asesinado el 20 de julio de 2001 en Génova durante el transcurso de una manifestación antiglobalización contra una reunión del G-8 que se desarrollaba en esa ciudad.



Manifestación contra el capitalismo con motivo de la Cumbre del G-8 en Génova


El asesinato de Carlo Giuliani
Génova, Italia, viernes 20 de julio de 2001, calle Caffa
(cerca de la Plaza Tommasseo)

"Yo viví en la ciudad en tiempos
del desorden, viví en medio de
mi gente en tiempos de rebelión.
Así pasé los años que me tocó vivir."
Daniel Viglietti
1
El joven activista antiglobalización Carlo Giuliani, de 23 años, se dirige al land rover de los carabineros y hace ademán de amenazarlos con un extintor. Un carabiniere le apunta a la cabeza con su arma reglamentaria y hace fuego.
2
El manifestante es abatido como consecuencia de los disparos cayendo detrás de la rueda trasera izquierda del todoterreno con matrícula CC AE-217. Otro activista intenta socorrerlo.
3
El land rover de la policía da marcha atrás y hace retroceder despavoridos a los compañeros del abatido.
4
El todoterreno pasa por encima del cuerpo de Carlo.
5
El vehículo policial se retira apresuradamente del lugar del crimen pasando por segunda vez por encima del cuerpo de Carlo mientras una dotación de antidisturbios se acerca.
6
Un camarada intenta socorrer a Carlo inutilmente, de cuya cabeza mana gran cantidad de sangre.
7
Los antidisturbios efectúan una violenta carga con el objetivo de alejar de la zona a manifestantes y posibles testigos.
8
Los servicios de atención médica de urgencia llegan al lugar. Rodeada por un cordon policial, la doctora Valerio intenta reanimar a Carlo pero constata que tiene al menos una herida de bala en la parte frontal de la cabeza incompatible con la vida.
9
Los mandatarios prosiguen el orden del día de la Cumbre del G-8 con absoluta normalidad. En el Palacio Ducal de Génova Silvio Berlusconi se congratula de los objetivos del cónclave por su "alma humanitaria" y "corazón generoso"mientras Carlo Giuliani, activista antiglobalización de 23 años, yace muerto en una calle cercana. Entre las docenas de detenidos en la manifestación no se encuentra su asesino.


FUENTE: nodo50


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