Antonio Skármeta
Por Ángel E. Lejarriaga
El chileno-croata Skármeta (1940-2024) tuvo que competir duro en aquellos tiempos en las librerías de su país, a pesar de su éxito con El cartero de Neruda (1994), con otros compatriotas como Bolaños o Isabel Allende. Esta novela aparecida en el año 2001 causó expectación y desde luego no defraudó a nadie incluso a los que comenzaron a leerla con escepticismo. La obra está definida por una búsqueda constante de Magdalena, la protagonista, de su identidad en un mundo anodino, violento, cargado de incertidumbres y también de ilusiones. Hasta tal punto busca y rebusca que asume, como si fuera una inmejorable actriz, el nombre de su abuela, Alia Emar Coppeta. Escudriña el pasado con avidez pero en él no encuentra respuestas que asienten sus pies en el suelo; dichas respuestas las va a descubrir en su entorno inmediato; por ejemplo, en su hipotético abuelo Esteban Coppeta, un personaje importante en la novela, y también en su vida porque siendo muy niña la recogió en el puerto de Antofagasta nada más desembarcar, después de realizar una larga travesía desde una Europa desangrada por la guerra. Se la entregó Pachuco Yaschic en persona, un trombonista.
Toda la historia está aderezada con cine en blanco y negro, con un «King Kong» totémico que la ilumina a través de los años como un faro. En la novela está presente como personaje el que fue presidente por poco tiempo de Chile, Salvador Allende, al que Magdalena conoce cuando hacía campaña para ganar las elecciones.
Nuestra querida Magdalena (Alia) pasa de ser niña a ser mujer sin casi sentirlo, quiere ser actriz en Nueva York aunque se conformaría con encontrar a su tío-abuelo Reino Coppeta, del que se dice que fue el artífice del muñeco de King Kong. Persigue esta idea como si estuviera buscando el Santo Grial. Tal vez sea una quimera, quién lo duda, pera le ayuda a seguir viviendo con ilusión. En ese trayecto personal ella crece y Chile cambia con ella, se retuerce y se desangra de la mano de los militares golpistas y su sanguinario jefe, Augusto Pinochet. En ese viaje la acompaña Pedro y el amor que comparten que él desea nunca tenga fin.
Magdalena y la generación que representa se resisten como pueden al tortuoso tiempo que les toca vivir. Por las páginas de la novela quedan registradas, como si se tratara de un documental, las claves socioculturales de la época —años 60 y 70—, el ambiente de fiesta en el que los más jóvenes vivían, la música que les hacía elevarse por encima de la mediocridad de su día a día, sin imaginar lo que les venía encima. Generalmente siempre es así.
Entradas de este autor en el blog:
- El cartero de Neruda
Magdalena y la generación que representa se resisten como pueden al tortuoso tiempo que les toca vivir. Por las páginas de la novela quedan registradas, como si se tratara de un documental, las claves socioculturales de la época —años 60 y 70—, el ambiente de fiesta en el que los más jóvenes vivían, la música que les hacía elevarse por encima de la mediocridad de su día a día, sin imaginar lo que les venía encima. Generalmente siempre es así.
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- El cartero de Neruda
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