11 abr 2022

El orden del mundo


Al sistema social vigente le importa poco la consecuencia última de sus maquinaciones, y maldades, realizadas para sostener el peso de su estructura en permanente movimiento. Les resulta irrelevante lo que piensen los sujetos que soportan dolorosamente el funcionamiento de su maquinaria, como servidores fieles y condescendientes que son, que trabajan sin desmayo si se lo mandan, matan si también se lo mandan, se sacrifican hasta extremos ignominiosos, inmolan a sus hijos en el altar de la guerra, carecen de memoria y danzan al ritmo de los himnos patrióticos, por muy estúpidos e infantiles que estos puedan resultar.

A los oligarcas detentadores del poder absoluto del mundo les son indiferentes las razas y los credos religiosos, pero utilizarán el racismo y el fanatismo mesiánico, si les es beneficioso, para restaurar un equilibrio táctico de fuerzas en un momento histórico concreto. Aparentemente carecen de dios. Hay quien afirma que sí, lo tienen; tan pagados están de sí mismos que se autoproclaman miembros selectos de ese monte legendario, el Olimpo, su territorio de oro, mármol rosa y jardines exuberantes, construido en puntos ignotos, lejanos de nuestras ciudades hormiguero.

Desde esa altura inalcanzable, nos observan con curiosidad; en unas ocasiones les damos pena, otras les inspiramos repugnancia, tanta que les gustaría aplastarnos, exterminarnos, que desapareciéramos de la faz de la que consideran su tierra, para dejar límpida la superficie del tablero en el que juegan. Son eternos, no porque no mueran, sino porque se perpetúan a través de sus insaciables vástagos. Poseen una inextinguible “voluntad de poder”; la masa de desgraciados que les sostiene la “voluntad de obedecer”. Es esta obediencia ciega la que nos conduce a un abismo de brutalidad e ignorancia abyecta, que se mantendrá incólume hasta que el corazón de cada individuo se detenga, tras un último latido que marcará el instante en el que el telón del teatro individual de cada uno descenderá apacible; así es de desear. Entonces podremos descansar.

1 comentario:

  1. 36.000 millones de euros aproximadamente, gastados en presupuesto para ejército y cuerpos represivos del estado en 2021. UHP.

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