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28 jul 2025

¡Matadnos, por favor!



Por Ángel E. Lejarriaga


Trabajamos —de una manera o de otra— desde temprana edad, es un hecho innegable para la mayoría de la humanidad. Nos formamos laboralmente, porque así lo exigen los usos y costumbres de nuestro tiempo. Nos educan —familia, colegio, iglesia, Estado, ejército— para ser productoras y dóciles y obedientes ciudadanas; tardíamente descubrimos que no tenemos nada ganado de antemano por haber nacido sin que nadie nos consultara, salvo un inapelable sufrimiento derivado de las relaciones de dominación a que somos sometidas.

Nos vemos obligadas a aprender rápido a ganarnos la vida, porque no se nos va a regalar nada, sobre todo si asumimos el hecho de que no haber nacido en un entorno adinerado supone una condena perpetua a trabajos forzados. Aprendemos sobre la marcha a vendernos al mejor postor en el mercado laboral; somos pura y simple mercancía.

Durante este proceso, necesariamente, tenemos que cobijarnos bajo un techo, alimentarnos, vestirnos, curarnos de nuestros males naturales o no, educar a nuestra progenie si la hubiere, y consumir lo que no necesitamos, porque ese es el tótem de nuestros días para sentirnos bien y dotarnos de sentido existencial.

En este deambular presuroso, alienante y vertiginoso, van pasando los años y —si tenemos “suerte” y la salud nos ha acompañado— llegamos a la “tercera edad”, 65 años o más. En ese punto crucial somos plenamente conscientes de que después de tanto esfuerzo, sacrificio y dolor acumulado, poseemos muy pocos bienes materiales a los que aferrarnos: tal vez un modesto techo, un coche viejo, electrodomésticos antiguos a punto de estropearse, algunos achaques y la certera sensación de que la sociedad nos abandona en la última etapa de nuestra vida, después de haber estado "produciendo" gran parte de ella.

Da un poco de grima hablar de “suerte” por lograr traspasar la barrera de los 65 años, porque la etapa que nos espera a continuación puede ser aún peor, un calvario que sólo concluye con la muerte. La sanidad no nos rechaza del todo pero nos aturde con su burocracia, por momentos incomprensible, minimiza nuestros males y menosprecia el dolor que arrastramos, sobre todo psicológico, debido a una sensación de indefensión provocada por el simple hecho de ser hombres y mujeres viejas.

Desde el momento en que nos jubilamos parece que necesitamos gastar menos porque nuestras pagas se reducen de manera significativa, se nos ningunean servicios que nos serían imprescindibles —gafas, audífonos, prótesis, medicamentos, fisioterapia—, se desoyen, en general, nuestras quejas y necesidades. Lo cierto es que los precios de los productos de primera necesidad son iguales o más altos que antes de nuestra jubilación; sin embargo, nuestros ingresos son menores, no deja de ser asombroso. Como ha demostrado la indiferencia de gran parte de la casta política, de la casta sanitaria, por supuesto de la casta judicial y gran parte de la ciudadanía autocomplaciente —ante las miles de muertes de ancianos, hombres y mujeres, en las residencias durante la pandemia—, las personas mayores somos sacrificables, prescindibles, olvidables, y en última instancia invisibles.

Si el Estado —ese omnipotente engendro todo poderoso salva patrias— fuera coherente y piadoso, nos daría a las mayores la posibilidad de suicidarnos cuanto antes, nos ayudaría a disfrutar de una muerte digna ya que no hemos podido tener una vida digna, antes de que nos volvamos dependientes. Todo serían parabienes para los poderes públicos, para las instituciones del Estado, cuadrarían las cuentas, el gasto social disminuiría de manera significativa: se ahorrarían nuestras pagas, los gastos sanitarios, la subvención de los servicios miserables que nos conceden. Si se piensa fríamente, somos más rentables muertos que vivos. Además, para las generaciones más jóvenes no existimos, no tenemos nada que aportar, el conocimiento que hemos acumulado a lo largo de muchos años de existencia, no sirve; si necesitan saber algo se lo preguntan a la Wikipedia, a Google o a ChatGPT; las viejas somos personas trasnochadas, caducas, quejosas, molestas, conservadoras, y encima, en una inmensa mayoría en el umbral de la pobreza. No me olvido de citar a las familias que se sentirían aliviadas pues no tendrían que sacrificarse en cuidarnos.

En fin, o producimos o morimos, ya no somos provechosas, al contrario, somos material prescindible. En consecuencia, ya que estamos en un época en la que los poderes fácticos —derecha política, mundo empresarial, banca, iglesia, ejército, policía, judicatura, funcionariado obediente— se han quitado la máscara humanitaria y dejan ver su verdadera faz autoritaria, filo fascista, filo nazi, racista y genocida; es decir, se muestran como siempre han sido, así las cosas, les rogamos que actúen, que sean consecuentes, que sean generosos con nosotras, que se apiaden de nuestro malestar y nos maten sin contemplaciones. La sociedad del consumo, del turismo y de la huida hacia adelante —¡sálvese el que pueda!—, quedará satisfecha con nuestra decisión, nadie tendrá que invertir ni tiempo ni dinero en escucharnos, ni en cuidarnos, ni en soportarnos. Ser una persona pobre es un delito; ser una persona vieja y pobre una fatalidad. Se me olvidaba, podemos añadir más desgracias a la serie: ser mujer, vieja y pobre es una catástrofe. Que cada lectora vaya añadiendo calificativos desastrosos, por ejemplo: ser mujer, racializada, lesbiana, vieja, pobre…


7 jul 2025

Nuevos estudios sobre la salud mental en España


Por Ángel E. Lejarriaga


Este año se ha publicado un Estudio Internacional del Grupo AXA sobre Salud y Bienestar Mental, presentado por la Fundación AXA, que se ha realizado en 8 países de Europa, con muestras representativas de población con edades comprendidas entre los 18 y los 75 años. Los países estudiados han sido España, Reino Unido, Francia, Italia, Bélgica, Suiza, Alemania e Irlanda.

En la presentación del estudio estuvo el presidente del Consejo General de la Psicología en España, Francisco Santolaya, quien destacó la gravedad de la situación en nuestro país, haciendo hincapié en el hecho de que la salud mental en los últimos años no hace más que empeorar, a pesar de la palabrería de los voceros políticos que dicen estar estudiando el tema y mejorando los recursos: el porcentaje de personas que manifestaron tener problemas psicológicos en 2022 fue del 26% mientras que en 2023 el porcentaje ascendió al 34%.

El estudio que se cita pone el acento en la depresión, el trastorno por estrés postraumático y los problemas de ansiedad en general; estos trastornos serían los que más afectan a la población española, estadísticamente hablando.

Cuando se pregunta a las personas encuestadas en España por el estrés que padecen en su vida cotidiana, el 62% responde que está bastante estresada, frente al 54% de los franceses, por ejemplo. Cuando se las pregunta por las causas de su malestar, también a la población española, el 34% lo achacan al sufrimiento psicológico, el 28% a problemas económicos y el 25% al aislamiento social (soledad).

Este malestar emocional supone directamente un aumento significativo del consumo de antidepresivos, somníferos y ansiolíticos, que ahora el Gobierno quiere reducir a toda costa sin intervenir sobre las causas que lo provocan. El consumo de estos fármacos no es continuo, si exceptuamos los antidepresivos. Sobre este tema, un 16% responde que consume los psicofármacos una vez a la semana, el 27% afirma que los consume una vez al mes. En cualquier caso, lo que constata el estudio es que los datos que ofrece España, en lo que se refiere al consumo de psicofármacos, son los más elevados de los países encuestados.

Otro dato relevante es que los españoles (hombres y mujeres) acudimos al especialista con más frecuencia que el resto de los países participantes en el estudio. Un 65% afirma haber visitado a un médico en el último año para describirle su malestar emocional; y un 32% haber acudido a asistencia psiquiátrica o psicológica.

Las recomendaciones para afrontar el malestar social que ofrece Francisco Santolaya no tienen desperdicio: dormir bien, una alimentación saludable, hacer ejercicio físico, realizar actividades gratificantes, compartir nuestras emociones, pensar de manera optimista, mantener relaciones positivas, condiciones saludables en el trabajo y reforzamiento de recursos en salud mental en el sistema sanitario público. Para lograr esto en la hostil sociedad en la que vivimos habrá que darle la vuelta a la “tortilla”, es decir, realizar una transformación radical de la vida cotidiana. Si no es así, las recetas no sirven.

La depresión llega a causar el 20% de las bajas laborales (España); y lo que es más trascendente, 3.900 personas, también en España, se suicidaron en 2020, 4.003 en 2021, 4097 en 2022; todavía no hay datos oficiales del año 2023, pero por la secuencia descrita observamos que las cifras de muerte autoinducida aumentan año tras año.

Las personas entrevistadas consideran que en la mayoría de las áreas de su vida falta bienestar, no llegan a alcanzar unos mínimos de calidad, lo cual conlleva un predecible deterioro psicosocial. También expresan que se sienten estancadas, que ven pocos aspectos positivos en sus vidas, lo que las desmotiva significativamente.

Mucho me temo que Santolaya no se ha enterado en qué sistema socio-económico vivimos. Enfermamos porque nuestra calidad de vida se va empobreciendo año tras año. Estamos sometidos a condiciones opresivas a nivel de vivienda, de acceso a la sanidad, a la enseñanza, a una alimentación sana debido a la subida desproporcionada de los productos de primera necesidad. Nos expulsan de las ciudades a las periferias, nos desarraigan. Nuestros puestos de trabajo son precarios, de duración incierta, con salarios insuficientes para afrontar los costes básicos de subsistencia. A esto se suman la desconexión familiar, la carencia de redes de apoyo en las que sustentar y desahogar nuestro dolor, relaciones superficiales e insatisfactorias. En sí, vidas precarias que correlacionan con una salud física y mental precaria. Y lo que es peor, sin un horizonte de cambio en perspectiva, sin esperanza. Quizá, en gran parte, ésta sea la clave del profundo malestar que nos domina: estamos enfermos de desesperanza, desconsolados porque no poseemos una perspectiva novedosa que nos induzca a ilusionarnos con un futuro mejor a corto plazo.

El estudio presenta, finalmente, una pirámide que de cumplirse nos conduciría a la estabilidad emocional. Dicha pirámide posee un problema de partida, en su base se encuentran la “seguridad laboral y las relaciones sociales”. Ambos aspectos son nuestros puntos débiles en estos momentos históricos. Les suceden la seguridad financiera y un trabajo satisfactorio, habilidades de adaptación, salud física, el autoconocimiento; de cumplir todo lo anterior alcanzaríamos la autoaceptación. Esta última parte no es más que un discurso falaz, retórico, que nos presenta un bienestar ambiguo que no sabemos qué significa. Sí, sabemos que el punto de partida de su proyección es fallido, ni tenemos seguridad financiera, ni un trabajo decente, ni condiciones de vida con un mínimo exigible de calidad. Como siempre, la psicología oficial analiza bien los datos pero se pierde en las soluciones, que necesariamente pasarían por el compromiso crítico con las víctimas de una sociedad injusta y decadente.

Publicado en el periódico Rojo y Negro, número 391, de Julio de 2024

23 jun 2025

Recapitulación

Recapitulación
(2025) es el quinto poemario de Ángel E. Lejarriaga: El viajero de Orión (2011), La segunda Transición (2017), El circo de los necios (2018) e Imogen (2023). El contenido de esta recopilación nada casual es variado; se podría decir que la conciencia del autor se expande desde una posición distante, como él dice, de farero de la existencia, de observador de la vida social, del devenir del mundo, que no adivina, desde luego. En ese marco brotan visiones poco halagüeñas; de los 84 poemas que componen el libro, 28 hablan de la vida que se acaba, con frialdad pero con un atisbo de frustración, quizá porque no ha tenido suficiente tiempo para explotar con ansia siempre insatisfecha todas las posibilidades de los sentidos. En un momento dado incluso se pregunta cuál es su lugar en el mundo, si es que realmente existe tal lugar. Tal vez sí, pero es probable que geográficamente esté situado en un rincón de su mente, en una habitación recóndita, en ese universo inaprensible en el que se gestan las imágenes oníricas.

No todos los poemas persiguen esta indagación, sino que viajan por diferentes senderos, algunos buscan una paz interior que parece posible a pesar de las turbulencias de la vida. Sobre esto el autor tiene mucho que decir, aunque se exprese por momentos con cierto fatalismo. No es para menos. Intuye el advenimiento de un nuevo orden mundial autoritario, sin disfraz, alimentado por la barbarie de la época en que vivimos y la ignorancia y sumisión que la define. La capacidad destructiva humana le sobrecoge, con su máxima representación sangrienta en el genocidio palestino por parte del estado de Israel. A pesar de este inmenso dolor y rabia impotente, no existe resignación en Ángel, más bien al contrario, impera un espíritu de rebelión ante la injusticia y de añoranza de los elevados ideales que hicieron creer a muchas generaciones durante el siglo XIX y XX que un mundo solidario estaba por llegar.

El viaje poético no concluye ahí, en el libro se manifiestan los ecos de personajes que en un momento dado han impactado al autor como Pablo Picasso, Alejandra Pizarnik, Putin o Hafsa Bint al-Hayy.

Al final, se repliega sobre sí mismo, se refugia en ese mentado universo de los sueños, para desde él cantar a la vida, a la voluptuosidad de la noche, al deseo de una eterna primavera, a la exaltación del amor universal, y todavía tiene fuerzas para recordar a las compañeras que ya no están.

El recorrido por este poemario no es alegre, tal vez resulte descarnado por momentos, mas en cualquier caso, supone una «recapitulación» de un recorrido existencial vivido con intensidad.

En el anexo final hay cuatro poemas y un dibujo realizados por Ángel Lejarriaga Peña, padre de Ángel, encontrados entre sus papeles después de su muerte acaecida en el mes de julio de 2015. También se incluyen 3 poemas fechados en el año 1978, escritos durante el servicio militar del autor.

Maimouna León



EL VIAJERO DE ORIÓN (2011)


LA SEGUNDA TRANSICIÓN (2017) (Ilustrado)


LA SEGUNDA TRANSICIÓN (2017)


EL CIRCO DE LOS NECIOS (2018)


IMOGEN (2023) (Ilustrado)


IMOGEN (2023)



15 jun 2025

Sueños


Por Ángel E. Lejarriaga



Este poema forma parte del libro La segunda Transición (2017)

Sueños

I

Sueño con otro tiempo,
un tiempo de pólvora y consignas
    donde nadie pueda amordazar al viento,
        donde los gemidos de los muertos
        sean sustituidos por memorias;
una edad en la que no nos darán miedo
    los crepúsculos sangrientos
porque la sangre es vida,
nacemos y morimos
transportados por su hirviente curso.

II

Cuando descanse en mi última morada
deseo que ésta sea serena,
que las luces perdidas del techo celeste
me hablen lúbricas de amor y goces,
que me digan
    que el ácido de la rebelión
        ha corroído los barrotes
            que nos encarcelaban.

III

Esa noche soñaré también con el sol
aunque sepa que duermo
y que ya no me acariciará más;
ese sol lamerá los rostros demudados
de las gentes enfurecidas,
cauterizará desmayos de dolor,
nutrirá simientes
que poblarán los días
    con una era de paz y justicia.

IV

Anhelo muchas cosas
    que quizá nunca conoceré,
mas mi corazón galopa
sobre los surcos de la tierra,
escribe sobre ella
    versos y amaneceres
        que tiñen el negro de rojo
y el rojo de negro.

V

Sueño entre flores silvestres
y pupilas llameantes
con miradas conocidas
que se unen
    en una fraternidad indisoluble,
con compromisos honestos
    que la aurora rubrica
        con guiños de fuego y miel.

VI

Te saludo luna de Iberia
ya no me oculto bajo tu manto sombrío,
ocupo osadamente la calle
con esas otras manos
y esas otras voces
que asaltan los palacios
de los antiguos señores,
entre resonancias de dioses muertos
podridos por la herrumbre
de misterios herméticos
que la razón denuncia.

VII

Qué la tierra sea leve a los caídos,
qué no ceda nuestro impulso,
qué nuestras ideas se fortifiquen,
qué la paz destruya todas las banderas,
qué nuestro amor por el presente y el futuro
escriba la historia más bella jamás contada,
qué sea un abrazo cálido
la herramienta que acabe con las guerras;
entonces estaré preparado
para fundirme en el limo con una sonrisa.

9-3-2017

19 may 2025

Campo de flores e ideas




Este poema forma parte del libro La segunda Transición (2017)

Por Ángel E. Lejarriaga


Quisiera plantar hermosas ideas,
una bella intención llena de sentido,
para así inspirar al futuro 
la posibilidad de que crezca una comunidad 
que atraiga una vida multicolor y polivalente
pletórica de canciones.

Semillas e ideas, fértiles,
un paralelismo tan próximo que sobrecoge;
ambas exigen premura,
la ecología del planeta así lo pide.

Cada árbol plantado
es un horizonte de esperanza y regeneración,
cada persona sometida que se libera
es un sumar de brazos,
de bocas e inteligencias y energía
que impulsará un renacimiento,
hasta que la cuantía de lo acumulado sea suficiente
para destruir el edificio siniestro
que mantenemos irresponsables;
en ese instante sublime se desmoronará frágil
en medio de un crujir de huidas
y abandonos cobardes.

Todavía no es el tiempo de la cosecha;
ahora, aquellas personas que siembran,
ejercen un saludable oficio,
en tanto reparten un germen
que gestará el nuevo mundo
cuando nuestros huesos se blanqueen
en el albur de la Historia.

Pisarán nuestras olvidadas cenizas,
abonaremos la ávida tierra con ellas
y empujaremos la unión irrefrenable
entre todo lo que existe
con un aullido de acero
porque sabemos que nos aguarda
el final de toda la tortura
que nuestros amos y dioses
han ejercido sobre nuestras cabezas.

No olvidamos,
no perdonamos,
no ponemos la otra mejilla,
solo aguardamos que llegue nuestra hora.

20-2-2017

 

 

 

21 abr 2025

Recuerdos de un libertario andaluz



RECUERDOS DE UN LIBERTARIO ANDALUZ
Manuel Temblador

Edición de Antonio Ortega Castillo y Alfonso Oñate Méndez
Fundación Anselmo Lorenzo (FAL), 2019 (MADRID)

Ángel E. Lejarriaga

Nos encontramos ante un libro memorialístico que entronca con el enfoque sociológico que defiende Raúl Ruano Bullido en su libro Sociología y anarquismo, editado por la Fundación Anselmo Lorenzo en 2009, según el cual la sociología y la historia hay que entenderlas no sólo por sus datos estrictos, sino que hay que construirlas «desde abajo», dando a conocer los puntos de vista de sus protagonistas más activos. Así, la historia del anarquismo y del anarcosindicalismo es la historia de las mujeres y hombres que los difundieron en su tiempo, los organizaron y lucharon con el más absoluto de los sacrificios, por la justicia social y la solidaridad universal, transmitiendo su ideario, además, a las generaciones futuras. El libro de Manuel Temblador está enmarcado en esta tesis.

La edición de este libro ha corrido a cargo de dos estudiosos comprometidos con la memoria histórica de su tierra: Antonio Ortega Castillo y Alfonso Oñate Méndez. En el prólogo destacan varios aspectos que magnifican la relevancia del libro de Temblador. En primer lugar, el texto saca a la luz la «memoria silenciada» de todo un pueblo, su resistencia y el trato sangriento a que fue sometido; algo que la tan aclamada Transición intentó tapar, y que ha provocado en el país una «amnesia interesada». Temblador nos habla de su querido pueblo Arcos de la Frontera, situado en la provincia de Cádiz. En segundo lugar, el autor también es «memoria del anarcosindicalismo», nos describe sus inicios en la región, sus logros y la feroz represión a que fue sometido, no sólo en Cádiz sino en toda la Península Ibérica. Arcos de la Frontera padeció cerca de un centenar de fusilados, una tercera parte libertarios. El libro ofrece una lista de las víctimas que el autor identificó. En tercer lugar, aparte de la experiencia personal de Temblador, esta edición quiere «reivindicar sobre todo lo que él y tantos ciudadanos de Arcos representaron, la historia de la “Fraternidad Obrera”, ejemplo de dignidad y motor de las luchas jornaleras en el municipio hasta el verano de 1936».

La historia de Manuel Temblador es una historia moral, quizá la mejor forma de propagar la «Idea» en un momento en el que el campo andaluz hervía de ansias de cambio, que consiguió con la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), y que con el advenimiento de la II República en 1931 eclosionó, asumiendo las ideas libertarias como una alternativa firme para lograr dicho cambio. También es una historia de la CNT pues él formó parte de ella la durante casi toda su vida.

Su vida es la común entre la clase trabajadora de su época y de todos los tiempos. Nació en 1911 en Arcos de la Frontera, en una familia humilde que apenas podía alimentar a sus seis hijos —él era el segundo—; por supuesto, no fueron escolarizados. A los 14 años ya estaba trabajando en el campo. Sus primeras letras se las enseñó un compañero durante las horas de descanso de las labores agrícolas. Muy joven formó parte de una sociedad de resistencia llamada «Fraternidad Obrera» de la que fue nombrado secretario. En 1931 dicha sociedad se unió a la CNT. Andalucía estaba impregnada de las ideas de Fermín Salvochea y de otros libertarios de la zona. La llegada de la II República, cargada de promesas, les insufló cierta ilusión de que sus vidas mejorarían, mas dicha ilusión desapareció enseguida, la reforma agraria nunca llegó, los terratenientes paralizaron la producción en sus propiedades y los jornaleros quedaron en paro, sin un subsidio que pudiera paliar su hambre. En 1933 el campo andaluz explotó; en Cádiz se produjeron los sucesos de Casas Viejas que supusieron los asesinatos de 22 personas de la clase trabajadora. Los prolegómenos de la guerra civil estuvieron caracterizados por el hambre y una gran agitación social. En vísperas del alzamiento fascista, en mayo de 1936, los obreros de Arcos de la Frontera afiliados a la CNT declararon la huelga; hubo muchos detenidos, entre ellos Manuel Temblador.

Finalizada la huelga a comienzos de julio de 1936, los pueblos afectados por la misma padecieron hambre, la cosecha estaba sin recoger; se iniciaron los trabajos pero no hubo empleo para todos. Algunos jornaleros intentaron tomar las tierras y trabajarlas pero la represión no se hizo esperar, la única salida que se vio posible fue la colectivización libertaria del campo, pero ésta no lo iba a impulsar el gobierno republicano. Cuando se produjo el levantamiento rebelde Temblador tenía 25 años, estaba enfermo y no tenía fuerzas ni para escapar; así que permaneció escondido durante un mes mientras en su pueblo los falangistas provocaban un baño de sangre. Durante un tiempo tuvo confianza en que el gobierno controlara la situación pero pronto se desengañó. Gracias a dos compañeros, Antonio Valle Rodríguez y Antonio Gutiérrez Gómez, que habían escapado a Ronda y decidieron volver a Arcos a por sus familiares, consiguió huir.
 

Pero su huida no fue fácil, su estado de salud era deplorable; además tuvieron que recorrer a pie casi sin comida ni agua, unos 90 kilómetros. A lo que se sumaba la amenaza constante que pesaba sobre el grupo de ser descubierto por los fascistas que campaban a su antojo por la provincia. La debilidad y el cansancio no arredraron a los huidos. Cuenta Temblador: «No parecía sino que el verme libre y los aires puros de las montañas, me habían mejorado considerablemente». Mientras tanto, la progresión del ejército rebelde parecía imparable, ocupaba las principales ciudades de la provincia de Cádiz y Sevilla, desencadenando un baño de sangre por donde pasaba. Al llegar a Jimena el Comité Local de CNT les acogió calurosamente. Tres días después cogían el tren para Ronda.

Llegados a Ronda, fueron recibidos «admirablemente». Allí se encontraron con gentes de todo tipo que habían escapado del genocidio enemigo, tras intentar defender su tierra con las pocas armas que tenían a mano. En Arcos de la Frontera fueron asesinadas cerca de un centenar de personas según cifras del autor. «Aquellos hombres carecían de instrucción militar alguna, y apenas sabían cómo utilizar las armas de las que se habían apoderado». Se habían organizado en milicias, centurias y columnas «bajo el mando de combatientes más expertos». De inmediato, Temblador tuvo que ser ingresado en un hospital. Una semana después las tropas enemigas se aproximaban. En ese momento la población empezó a desplazarse hacia territorios más seguros. Él también huyó, pasó por diversas localidades, y acabo primero en el Hospital de Marbella y después en el Hospital Provincial de Málaga donde permaneció un mes para ser tratado de una «afección pulmonar aguda con principio de pleuresía».


«En la capital malagueña se organizaron refugios para ancianos, mujeres y niños, donde les daban comida y cama». Los jóvenes combatían en el frente de Estepona o Antequera para intentar detener el avance enemigo; pero sin armas era difícil luchar. El 8 de febrero de 1937 los fascistas ocuparon Málaga. Se ha escrito que Largo Caballero —presidente del Consejo de Ministros de la II República— negó mandar armas a los malagueños por su condición revolucionaria. Temblador ni lo afirma ni lo niega, comenta que en aquellos momentos la situación era muy confusa en todo el país.

En ese contexto se inició «la desbandá», miles de personas se pusieron en marcha por la única salida posible que tenían, la carretera de Málaga a Almería. El autor la recorrió y fue testigo de la matanza que en ella se produjo. En este recorrido coincidió con Anita Gutiérrez que había conocido durante el viaje a Ronda, y surgió el amor entre ellos, amor que duró hasta el fin de sus días. Una vez en Almería entró en contacto con gentes provenientes de las provincias de Cádiz, Sevilla y, por supuesto, de Málaga. Almería estaba desbordada y se improvisó un campamento en Viator donde concentraron a los milicianos que habían conseguido escapar del avance rebelde, para organizarlos.


De Viator salieron para el frente varios batallones confederales, entre ellos el 2º Batallón «Ascaso» del que formaría parte Temblador más adelante. Como la vida en Almería era difícil de manejar por las autoridades, se organizaron expediciones de refugiados hacia Valencia y Cataluña, principalmente, zonas cuya producción agrícola estaba colectivizada. Estas dos zonas prácticamente alimentaban al territorio que se encontraba bajo el orden republicano. Manuel Temblador partió en dirección a Barcelona para recuperar su dañada salud; una vez allí fue de inmediato hospitalizado y mejoró notablemente después de varios meses de tratamiento.


Lo que Temblador encuentra en Barcelona le resulta ilusionante y a la vez desalentador. Por un lado, observa el fervor popular y su gran apoyo a la a la causa de la revolución; pero por otro, ve claramente la labor de zapa que están haciendo contra la misma los representantes de la URSS: «una acción demoledora contra las organizaciones y partidos políticos que no se doblegaban a su directiva y mantenían firmes las conquistas revolucionarias». Las consignas de Moscú se habían impuesto «antes ganar la guerra, y después hacer la revolución». Su inmediata consecuencia fue la destrucción de las colectividades campesinas en Aragón; después llegó la creación del nuevo ejército republicano que supuso el desmantelamiento de las milicias. Estas tensiones entre anarcosindicalistas y pro soviéticos culminaron en las denominadas «jornadas de mayo» de 1937, un enfrentamiento armado que duró cinco días en las calles de Barcelona entre ambas fuerzas, con un saldo sangriento de quinientos muertos del lado libertario, entre ellos el anarquista italiano Camilo Berneri. El vencedor de ese enfrentamiento fue el «Partido Comunista». Manuel Temblador vivió estos sucesos en directo, aunque todavía se encontraba en el hospital, del que entraba y salía a voluntad. Temblador reflexiona sobre la militarización de las milicias, y considera que causó una gran desmoralización entre las fuerzas libertarias, según él, una de las causas de la pérdida de la guerra.



Durante esta estancia en Barcelona se entrevistó con Soledad Gustavo, a la que entregó un escrito para su consideración, que fue publicado unas semanas después. «Si perdemos la guerra […] no podré sobrevivir a la derrota; mis días serán contados», le dijo Soledad, y así ocurrió en febrero de 1939. En el texto, Temblador hace hincapié en el ambiente de miedo que se respiraba en Barcelona en el ámbito libertario debido a la amenaza constante de los «agentes comunistas» que a la menor oportunidad, en cuanto no se acataba una directiva suya, «los encerraban en sus checas, sometiéndolos a interrogatorios acompañados de torturas». En octubre de 1937 Temblador recibió la noticia de la muerte de su hermano José en el frente de Guadarrama; una muerte más a sumar a las que ya conocía de buenos compañeros y vecinos de su tierra. Hasta el final de la guerra estuvo incorporado a la 149 Brigada Mixta ―compuesta en gran parte por militantes anarquistas―, más conocida como «brigada de la pana» porque todos sus componentes vestían pantalones de pana. Cuando el frente catalán se derrumbó tuvo que cruzar a Francia. Para él la guerra civil había terminado.


Antes de describir los sinsabores de Temblador en el exilio francés, nos presenta en el capítulo VII una «relación de los fusilados por los fascistas en Arcos de la Frontera, también una lista de compañeros muertos en los frentes de batalla».

En febrero de 1939 Manuel llegó a Francia. Nada más atravesar los Pirineos Orientales, los gendarmes les condujeron a los campos de concentración que el gobierno había predispuesto para ellos, entonces comenzó una pesadilla que costaría la vida a muchas de sus acompañantes, esta vez no les mataron las balas fascistas sino el frío, el hambre y la enfermedad. Tal era la situación, que algunas de las personas cautivas eligieron arriesgarse a volver a España, otras se alistaron a la Legión Extranjera, las demás resistieron como lo habían hecho hasta ese momento, con solidaridad y muchas ganas de luchar. Las autoridades también les invitaron a trabajar en las colonias africanas. La mayoría, sobre todo al principio, tenían esperanzas en poder escapar a algún país latinoamericano, pero estas esperanzas desaparecieron con el paso de los meses. La situación en Europa era convulsa, y cuando Polonia fue invadida por los alemanes se vio que la guerra europea era inminente. Luego llegó la invasión de Bélgica y Holanda. ¿Resistiría Francia? No, no resistió. ¿Qué iba a ser de ellos, de los antifascistas recluidos en los campos de concentración? «Generalmente los refugiados españoles se comportaron en Francia como hombres [y mujeres] que sabían estar a la altura de todos los momentos».

En el campo de concentración de Saint Cyprien estuvo aproximadamente un mes. De allí lo trasladaron al campo de Le Barcarés. Un compañero, Félix de la Hoz, tuvo la idea de escribir a mano un periódico, Temblador fue uno de los colaboradores. La publicación se llamó «La eterna lenteja», era lo que comían, básicamente. El contenido era crítico con lo que acontecía en el campo. Salieron dos números. En Barcarés recayó en su enfermedad y fue atendido por el doctor Serrano, también internado en el campo, que recomendó fuera evacuado. De allí lo llevaron a uno de los hospitales de Perpiñán donde estuvo dos meses. Volvió a ser trasladado, esta vez a Saint Jodard donde comenzó a trabajar para un agricultor francés en Saint-Bonnet-des-Quarts. Poco tiempo después de asentarse como obrero agrícola, que era su profesión, gracias al alcalde del pueblo, su compañera sentimental Anita Gutiérrez pudo reunirse con él. En esta propiedad permanecieron durante cuatro años, hasta 1943.

Sus vidas estaban pendientes de un hilo. Los refugiados españoles que no estaban encerrados en los campos si no se habían unido al maquis eran movilizados por el ejército alemán para hacer fortificaciones en bases marítimas y aéreas en el nordeste de Francia. En el caso de Temblador y otros compañeros su destino fue el Fuerte de Chapolit situado cerca de Lyon. A él lo mandaron a trabajar a una casa de campo perteneciente a Madame Jonrad. Nada más llegar, él le contó su historia, y que estaba separado de su compañera. La mujer le aconsejó que se fuera con ella. Y así lo hizo. Durante ese tiempo recayó en su enfermedad. Había pocos lugares donde buscar atención médica. El ejército alemán era atacado por todas partes, por lo que las posibilidades de movimiento eran limitadas; su supervivencia se basó en los cuidados de su compañera. Además, la Gestapo rastreaba la zona y tuvieron que ocultarse. Espantados fueron testigos de los crímenes que a diario cometían los nazis. El 15 de agosto de 1944 los aliados desembarcaron en Normandía y comenzó el repliegue alemán.


Con la liberación de Francia, los exiliados antifascistas españoles soñaban con la caída del régimen de Franco. Muchos habían sido los muertos dentro y fuera del país en su lucha contra el fascismo. Con los muertos poco se podía hacer salvo alimentar su recuerdo, pero los vivos querían luchar y para eso necesitaban la ayuda de los aliados; sin embargo, esta ayuda nunca llegó. El exilio se organizó con el Gobierno Giral del que formaron parte dos cenetistas: Horacio Martínez Prieto y José Leiva. A partir de aquí Temblador cuenta cómo empezaron los problemas entre los exiliados libertarios que apoyaban esa colaboración y los que no, lo que produjo un cisma dentro del Movimiento Libertario Español (MLE). Temblador se manifestó en contra de la colaboración. A pesar de todo, el antifascismo cenetista trabajó incesantemente durante unos años. Proliferaron los medios periodísticos como España Libre, Hoy, Acción Libertaria, Ruta, Inquietud, Nueva Senda, Libertad, Exilio, Solidaridad Obrera, Impulso, CNT, Nervio, El Rebelde, Despertad, Espoir, Le Combat Syndicaliste, Cenit y Umbral. La mayor parte de esta prensa desapareció al prolongarse el exilio y acentuarse las bajas en el MLE. La labor cultural y divulgativa de la CNT fue ingente a través de la edición de folletos y libros. Hay que destacar el hecho de que toda esta labor no fue realizada por profesionales de las letras sino por hombres y mujeres de la clase trabajadora que alternaban de un modo desinteresado su vida laboral con la pluma.

La vida de Temblador siguió adelante y en 1946 se instaló con su familia cerca de Grenoble. Un año después sufrió una grave recaía en su enfermedad y tuvo que ser internado de nuevo en un hospital durante un año. Hacia 1948 se encontró restablecido. Por vicisitudes del destino, después de esa experiencia estuvo trabajando durante quince años de peluquero para Antoine Lapierre. Su actividad desde entonces en el MLE del exilio fue plena; participó en asambleas, plenos y congresos, sin parar de escribir para la prensa libertaria. En Grenoble tuvo contacto con destacados militantes anarquistas como Francisco Sabaté y Pedro Mateu. Los años fueron pasando y Manuel tomó testimonio de las tensiones internas del MLE que le condujo a la ruptura en agosto de 1965 en el Congreso de Montpellier. A pesar de ello, él mantuvo su militancia con denodado esfuerzo: «Trataba dentro de la CNT de mantener mi personalidad y criterio propio, sin atizar el fuego que venía destruyendo la familia libertaria del exilio, cuyos miembros se conducían en sí peor que enemigos. Sin embargo, para mí, tanto los de un lado como los del otro eran compañeros».

En El luchador escribió una serie de 17 artículos firmados con el pseudónimo de Manuel Jarillo. En estas memorias se encuentran transcritos cuatro de los mismos que Temblador consideró los más trascendentes: «La renovación de cargos», «Nuestro “trío” libertario», «El intolerante» y «¡Alto el fuego, compañeros!». Sus llamadas a la unidad sirvieron de poco «sus ecos no tuvieron repercusión alguna». En 1975, después de 45 años de militancia, nueve en España y 36 en el exilio, abandonó la CNT, si bien continuó defendiendo sus ideas y combatiendo por ellas hasta el final de sus días.

Esta es la historia que nos cuenta Manuel Temblador, un luchador entre otros muchos, que empleó gran parte de su existencia en poner su grano de área para el advenimiento de un mundo más justo y solidario. Su historia es nuestra historia.

«Treinta y seis años, día tras día, con el pensamiento puesto siempre en España, en el pueblo que me vio nacer, en mis compañeros de trabajo y de lucha que allí quedaron envueltos en el más espantoso terror de un gobierno fascista, que les impuso un régimen oscurantista, de falacia, de lobreguez desoladora cual noche tormentosa y sin fin…»


Recuerdos de un libertario andaluz, editado por la Fundación Anselmo Lorenzo en 2019. Lo podéis encontrar en la librería de la FAL. Conseguir el libro

13 abr 2025

Calidad de vida y bienestar psicológico


En el año 2023 se publicó un interesante estudio en la revista Apuntes de Psicología, firmado por Isidro Maya-Jariego, Elena González-Tinoco y Andrés Muñoz-Alvis, de título: «Frecuentar lugares de barrios colindantes incide en el sentido psicológico de comunidad: estudio de caso en la ciudad de Sevilla». En este artículo queda patente que los barrios son una fuente de recursos que nos sirven de protección frente a los estresores de la vida cotidiana. Es un hecho obvio que las características del lugar en el que vivimos generan unas condiciones de vida, y que un bienestar mejor o peor está relacionado con éstas. Es decir, la inmersión permanente en un contexto estresante provoca no sólo una disminución de nuestra calidad de vida, sino un deterioro en nuestra salud física y mental.

El artículo establece una relación directa entre pobreza, desigualdad y salud. La literatura científica publicada al respecto lo ha confirmado con anterioridad, y establecido que los barrios de bajos ingresos tienen una tasa mayor de problemas de salud: más elevada mortalidad, mayor prevalencia de enfermedades crónicas y enfermedades cardiovasculares, así como un empeoramiento significativo de la salud mental y el consumo de psicofármacos. El estudio hace hincapié en que «una exposición continuada a condiciones físicas insalubres o a circunstancias estresantes (por ejemplo, hacinamiento, acumulación de basuras, contaminación, ruido del tráfico), puede tener un efecto directo en el deterioro de la salud; mientras que la existencia de zonas verdes y parques (junto con otros escenarios en los que se pueda realizar ejercicio físico) se relacionan con una menor prevalencia de obesidad, diabetes e hipertensión». En el mismo estudio se destaca que las zonas urbanas mejor dotadas de servicios correlacionan con niveles menores de sintomatología ansioso-depresiva.

En lo que se refiere al entorno social, se observa que una convivencia continuada con situaciones violentas, vandalismo, delincuencia, falta de servicios públicos, abandono de infraestructuras urbanas, consumo y tráfico de estupefacientes en los espacios compartidos, influyen de un modo negativo en la salud en general, afectando a las personas residentes de manera distinta, pero siempre en una única dirección, la enfermedad. Son destacables el aumento de los trastornos mentales: ansiedad, insomnio, depresión, irritabilidad y en última instancia problemas del comportamiento. Sobre esto último hay que decir que en las personas más jóvenes, la presencia constante de conductas que afectan al bien común, denominadas como antisociales o anómicas, provocan mimetismos en éstas; aprenden o imitan dichas conductas, bien como formas de evasión, bien como señas de identidad con las que trascender su condición social precaria, caracterizada por la desesperanza ante el futuro.

En el estudio también se destacan otros aspectos interesantes que podrían indicarnos una línea de trabajo a seguir en los barrios, siempre actuando a nivel comunitario; lo mismo que las zonas urbanas precarizadas son fuente de deterioro de la calidad de vida, también pueden ser fuentes de protección frente a situaciones estresantes y a las problemáticas derivadas de la vida cotidiana. Por ejemplo, la participación en la gestión de recursos urbanos, el apoyo mutuo entre vecinos, la disponibilidad de servicios comunitarios, en sí la autoorganización vecinal; todo esto genera una mayor cohesión en los vecindarios y la convivencia, mejora la salud en general y disminuye la probabilidad de padecer un trastorno mental. El británico Johann Hari en su libro Conexiones perdidas (2019) pone numerosos ejemplos sobre este tema registrados en EEUU. Es decir, las personas que viven en barrios con menor calidad de vida se sienten aislados y desesperanzados con respecto a su futuro a corto y largo plazo.

El estudio que se cita en este artículo se ha llevado a cabo en cuatro barrios limítrofes en la Ronda del Tamarguillo (Sevilla), caracterizados por ser zonas urbanas con diferentes niveles de recursos socioeconómicos. En la investigación participaron 225 residentes. Los resultados citados más arriba, además, han ofrecido evidencias relevantes sobre el hecho de que los residentes en las zonas más vulnerables tienen un menor sentido de comunidad, y se interesan más por otros barrios con mejores condiciones urbanas, en detrimento del interés que muestran en su propio contexto vivencial. Estos datos han llevado a los autores de la investigación a concluir que un desapego de tu propia zona de residencia conduce necesariamente a un alejamiento de la búsqueda de soluciones comunitarias y por tanto a un distanciamiento emocional y vivencial entre las propias vecinas: «un fuerte sentido psicológico de comunidad se relaciona con mayores niveles de participación comunitaria y compromiso cívico, y contribuye de forma positiva al bienestar psicológico y a la percepción de seguridad y protección».

Artículo publicado en el periódico Rojo y Negro, número 390, de junio de 2024  

4 mar 2025

Vidas de mierda


Por Ángel E. Lejarriaga


Vivimos en una sociedad cruel, poblada por individuos sin juicio, desregulados emocionalmente. En cualquier momento un gato muerto puede provocar un intenso drama familiar, los veinticinco mil menores asesinados por Israel en Gaza, simplemente se ignoran, no son importantes, parece no haber punto de comparación entre ambos sucesos. Eric Fromm dijo en su momento que los seres humanos resolvemos el miedo y la incertidumbre con sumisión a la autoridad, porque dicha sumisión nos ahorra asumir responsabilidades frente al mundo. Hoy en día nos desarrollamos emocionalmente a través de Tinder o apadrinando perros —para mayor gloria de ellos—, sin olvidarme de los teléfonos iPhone y demás fetiches de consumo. El miedo nos convierte en seres huecos, vacíos de contenido, que vivimos en los extremos, bien dominados por un continuo lamento por lo desgraciados que somos, bien extasiados por una nueva y efímera experiencia, póngasele el nombre que se quiera. Hay quien tiene hijos, por ejemplo, para realizarse como persona —que en más de una ocasión le harán la vida difícil—, quien se busca novios, novias o ambos, simultáneamente, de manera incesante, para sentirse más seguro, con una mayor percepción de confort; también quien se compra un coche carísimo al que adora como a un tótem, aunque tal adoración le cueste llegar a fin de mes, o quien tiene pobres animales «prisioneros» en su casa ―aparte del perro adoptado― para dulcificar su desamor; quizá no tenemos a nadie que escuche nuestros melodramas pueriles pero al menos poseemos un perro, un gato, peces, tortugas o un caimán, que nos hacen compañía, por qué no. Guy Debord habló de la «sociedad del espectáculo», la nuestra lo es; nada de lo que sucede a diario es del todo creíble, y todo, al mismo tiempo, parece posible; después de Debord, Manuel Toharia nos habló de la «sociedad del despilfarro»; Bauman de la «sociedad líquida»; otras autoras han reflexionado sobre la «sociedad narcisista». ¿Por qué no juntar todas las definiciones en una sola y hablar de una «sociedad infantilizada» en la que el día a día se vive como un eterno juego en el que se espera ganar, si bien pocas personas lo logran. Desde luego, siempre tenemos a mano premios de consolación en forme de perro, de gato, de tortuga, de IPhone, de BMW, de Audi, de vacaciones en Japón o de sexo fácil y sin compromiso en Tinder.

Formamos parte de una sociedad capitalista fatua, ignorante, infantil y sin curiosidad alguna salvo para lo superfluo y banal. Vivimos en un mundo sin horizontes de cambio entre otras cosas porque estamos embrutecidas o alienadas, que se decía antes. Es cierto que se quiere ganar la partida como sea, esa que se supone estamos jugando. Cada persona desde que nace tiene la suya. En algunos casos sólo se trata de llegar a fin de mes, de pagar el alquiler, de conseguir una beca de comedor, de que alguien te escriba unas líneas cariñosas en wasap, o en última instancia, si no hay otra cosa, una visita a un caro «musical» —algo muy de moda— o a Primar si no se tienen más de cincuenta euros en el bolsillo. Por supuesto, la clase pudiente, la que tiene mayor poder adquisitivo, mientras tanto, navega en yates de lujo, celebra cenas espectaculares y se desplaza en los últimos modelos de coche, muy satisfecha de sus logros siempre con un sentido claro de su estar en la existencia; esta clase siempre gana. Mientras tanto, un despertador suena a las seis de la mañana en un piso de mierda, y alguien acaricia a un perro, a un gato o a ambos, se despide de sus compañeras de piso durante doce horas, se mete en hora punta en un transporte público abarrotado que le lleva a un trabajo de mierda, eso sí, se entretiene por el camino con la pantalla de su teléfono que le muestra playas exóticas, yates, coches de lujo, ropas elegantes, destinos turísticos lujosos, casas espléndidas, en sí bienes materiales e inmateriales que nunca tendrá, pero que sueña poseer algún día. Dramáticamente el objetivo de la partida que juega es resistir la repugnante jornada que le espera; eso sí, feliz y agradecida por sobrellevar unas horas más una vida de mierda.

17 feb 2025

Así es



Este poema forma parte del libro La segunda transición (2017)

Por Ángel E. Lejarriaga


Qué decir de este tiempo
hecho de basura y mentiras,
pobre visión de una historia de ignorantes
envilecidos por el consumo y la incultura.

Qué podría decir de positivo
sin que me atragante el asco;
tal vez que siento
cómo se entrecorta mi respiración
cuando veo que un árbol crece,
que cada nuevo día
me siento más cerca de Thoreau
y más lejos de la vorágine urbana
que me habita como una camisa de fuerza.

Podría decir también
que unos pocos hombres y mujeres
luchan por una idea universal de justicia.

Así es,
todo eso y más,
es cierto;
sin embargo,
la náusea asciende hasta la garganta,
me ahoga,
porque no hay suficientes manos
para arreglar el mundo,
porque vivimos en islas
desconectadas entre sí,
viendo cómo pasa la corriente de la vida
sin identificarnos con ella,
ajenos a su hedor insulso y mecánico.

Las horas se desgranan como una película
vista a doble velocidad,
sin ser capaces de aprehender sus imágenes,
buscando a través de la ventana
una luz incisiva,
en algún punto del presente,
en la que fijar la mirada
que me haga gritar de júbilo: ¡hacia ti voy!

16-2-2017







27 ene 2025

La segunda transición

Danni Doneo

Por Ángel E. Lejarriaga


Este poema forma parte del libro La segunda transición (2017)



Hoy el sol se ha ocultado,
nubes negras sembraban el cielo
de hierbas podridas,
mis pulmones han dejado de inhalar aire
y he sentido que el olvido me hablaba
con frases rotas.

El aliento de la catástrofe nueva,
que llaman emergente,
me ha rociado con un mal presentimiento,
he sabido entonces
que por mucho tiempo
no habrá más luz,
ni más risas,
ni más conquistas,
porque la esperanza se desangra
en las filas del paro,
en los párpados sumisos,
en las gargantas sometidas
por argollas voluntarias.

Sin risas,
sin ilusiones,
sin un horizonte hacia dónde
    dirigir la mirada,
sin el grito colectivo
con el que desgarrar
esta sociedad bárbara,
cómo podemos seguir viviendo.

La limosna y la indignidad se enseñorean
en nuestros oídos acostumbrados a no oír;
la violencia de los centuriones
contiene los temblores airados,
el espanto nos sobrecoge
en tanto esperamos
el milagro de los panes y los peces
a través de votos ciegos,
sin criterio propio.

Hoy no he querido levantarme de la cama
porque el sol no estaba presente
y no tenía a dónde ir,
entonces he recordado los deseos
de aquel que fui
y he maldecido no tener fuego en las manos
con el que quemar hasta la raíz el presente.

17-1-2016

15 ene 2025

Drogas y adolescencia



Por Ángel E. Lejarriaga



Sin el deseo de ser alarmista, las cifras de consumo de alcohol y drogas que se publican en los distintos estudios epidemiológicos no dejan de llamar la atención sobre la magnitud del problema. En este artículo se hace referencia a la relación existente entre la adolescencia —etapa de la vida considerada por algunos especialistas como patológica en sí misma— y el inicio en el contacto con el alcohol, el tabaco y otras drogas. En el caso del alcohol se afirma que el 73.9 % de las adolescentes lo han consumido y en lo que se refiere al tabaco, el 38.2% ―sobre el cannabis se da la cifra de un 28.6%, éxtasis 3.1%, cocaína 2.7% y alucinógenos 1.7%―; si consideramos que el alcohol y el tabaco suelen consumirse al comienzo de una hipotética escalada hacia las drogas denominadas duras, no queda más remedio que detenernos a reflexionar sobre las consecuencias de este uso poco saludable y peligroso.

En estudios recientes se ha tratado de averiguar la influencia que pudiera existir entre el estrés y el consumo de drogas en esta importante etapa del desarrollo. Desde los años sesenta se ha reconocido al estrés como un factor presente en conductas de riesgo relacionadas con el abuso de sustancias. Ni que decir tiene que la adolescencia está cargada de vivencias de alta intensidad que provocan ansiedad: cambios corporales de origen hormonal, despertar de la sexualidad, desarrollo de la identidad individual y, por supuesto, el aumento de la exigencia académica y social, en cuanto a responsabilidad se refiere. En este contexto autoevaluativo, una visión poco halagüeña sobre el futuro a corto y medio plazo, fracaso escolar y expectativas laborales incluidas, ponen en dificultades el desarrollo de una autonomía material y psicológica imprescindible.

¿Estos cambios mencionados pueden conducir al consumo de drogas? La respuesta no es concluyente, pero sí podemos afirmar que generan una vulnerabilidad propicia para su tolerancia. El uso de sustancias peligrosas para la salud puede aliviar la presencia de ansiedad y depresión; y facilitar la adaptación en el grupo de edad. Desde luego, es una forma inadecuada de manejar los eventos estresantes pero asequible, y a corto plazo satisfactoria. En cualquier caso, en la adolescencia, sus protagonistas, hombres y mujeres, tienen que aprender a vivir con la posibilidad de las drogas en sus espacios de ocio; esto quiere decir que tendrían que tener clara una posición sobre la utilización o no de tal opción. Adquirir estas habilidades tendría que ser prioritario durante su proceso de socialización, fundamentalmente dentro del grupo familiar y del ámbito escolar; teniendo siempre presente la baja percepción que tiene la sociedad sobre el riesgo para la salud que suponen las drogas legales (alcohol y tabaco) y las denominadas blandas. De hecho, el consumo de estas sustancias está asumido por gran parte de la población. La facilidad de acceder a ellas, asociada a los factores de riesgo, acrecienta su uso y abuso.

Ante tal hecho, resulta evidente que la prevención tendría que ir encaminada a capacitar a las adolescentes para afrontar estos factores de riesgo de una manera solvente —en un sentido constructivo—, protegiendo su salud y evitando de paso las consecuencias que el contacto con sustancias adictivas, sean legales o ilegales, le acarreará a medio plazo. También, debería detectar a las personas más vulnerables, psicológicamente hablando, para intervenir sobre ellas antes de que se produzca el contacto con «sustancias» paliativas de su malestar.

A este nivel sería interesante, por no decir imprescindible, empezar a trabajar con los niños y niñas, preparándolas no sólo para los cambios biológicos que les esperan en breve, sino también para rechazar los consumos dominantes en la sociedad: alimentación basura, exceso de horas ante las pantallas, compras compulsivas y consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. Estos planteamientos parecen obvios pero en muchas ocasiones suelen entrar en contradicción con las conductas que se observan en los adultos. Con atrevimiento se podría decir que vivimos en una sociedad «adicta», y que la gente más joven no hace más que imitar los comportamientos de sus mayores.

¿Qué estrategias concretas habría que poner en marcha? Como ya se ha dicho, primero habría que explicar a las personas adolescentes lo que significa la etapa por la que están pasando, su causalidad biológica y la metamorfosis psicológica que en ella se produce. En ese contexto psicoeducativo, les reforzaríamos la autoestima, les entrenaríamos en el desarrollo de un pensamiento crítico que les capacitara para decir «no» cuando llegara el momento, a las ofertas «lúdicas» poco saludables que les van a salir al paso. Hay que enseñarles, además, que esa sensación de «grandiosidad» personal que les va a dominar durante un tiempo es provisional, que no son inmunes, ni inmortales, que sus acciones tienen consecuencias y en gran parte son responsables de las mismas. Podríamos hacerles ver, también, que el hecho de ser adolescente no es una categoría especial que merezca privilegios especiales: es simplemente una edad, un período evolutivo temporal que pasa sin más.

A los padres y educadores tendríamos que explicarles esto paralelamente. Habría que decirles que los chicos y chicas actúan así en parte porque su biología les impulsa a ello, pero también porque son el resultado de una sociedad cuyos valores se fundamentan en el «consumo» y en la satisfacción inmediata de los deseos.

En resumen, hacer prevención sobre el consumo de drogas en una etapa tan difícil como lo es la adolescencia; supone preparar a nuestros hijos e hijas para una edad que no van a comprender hasta que haya pasado y, sobre todo, para afrontar un modelo de vida que a los adultos nos hace enfermar debido al estrés y a la falta de realización personal a que nos somete.

Publicado en el periódico Rojo y Negro nº 389 en mayo de 2024

16 dic 2024

Conciencia de clase, psicología y anarquismo

Por Ángel E. Lejarriaga



Hemos partido de una definición de la «conciencia» como un conocimiento que un ser tiene de sí mismo y del medio en que se desarrolla; en sí, la relación entre el sujeto y el objeto. Se ha complementado esta definición con la afirmación de que la conciencia realiza un examen de los conceptos de bien y mal, lo que la situaría ―como hipótesis― en una posición moral. Esto nos permite introducir un importante concepto como es el de «conciencia social». A partir de esta introducción, se ha realizado una aproximación a la Psicología cognitiva a la que se ha definido como la disciplina que estudia los procesos mentales implicados en el conocimiento. Su pretensión es explicar cómo los seres humanos interpretan el mundo en el que se desenvuelven; defiende que la conducta se produce en función del procesamiento humano (pensamiento); es decir, los sistemas de creencias, los deseos y las motivaciones impulsarían la conducta; partiendo siempre de la premisa de que dicho sistema de creencias es aprendido. 

A continuación se ha definido el concepto de conciencia de clase como una capacidad para entender las relaciones de explotación y la posición que el individuo ocupa dentro de ellas. Esta toma de conciencia sería clave para la resolución o afrontamiento de los antagonismos de clase. Además, se ha afirmado que la conciencia de clase sería un paradigma fundamental para interpretar el mundo, modificar nuestra estructura de procesamiento psicológico y elicitar conductas transformadoras. 

Y hemos llegado a la conclusión de que necesitamos una filosofía que estructure la revuelta, el pensamiento crítico, el malestar social, que posea la capacidad de tocar todos los aspectos de la sociedad y ofrezca a su vez soluciones que partan de la libertad y el bien común. Esa filosofía, para nosotras, es el anarquismo. Kropotkin dijo que la clave de la evolución humana era el apoyo mutuo. Precisamente este es el principio básico que hay que incorporar a nuestro sistema de creencias. Podemos despertar nuestra conciencia de explotados; pero para que la sociedad progrese es necesario que se cumplan unas condiciones psicológicas mínimas, basadas en el impulso que inspira la libertad, el apoyo mutuo, una educación liberadora, la creatividad, la racionalidad, la ciencia y el amor.

9 dic 2024

Cómo ayudar a un enfermo mental grave


Por Ángel E. Lejarriaga



Es un hecho demostrado y publicado que la salud mental de la población europea ha ido empeorando progresivamente en los últimos cincuenta años. Los tratamientos asistenciales, sobre todo los patrocinados por la protección social de los diferentes estados, se fundamentan en el uso de fármacos. Nadie habla de la “sociedad del malestar”; es decir, de la etiología del problema. Se atiende a los síntomas pero no se buscan las causas.

La salud mental es uno de los muchos retos que la sociedad moderna tiene que resolver en el siglo XXI, no solo en España sino en el mundo. Después de la Segunda Guerra Mundial los problemas mentales se han duplicado; a pesar de ello, los recursos que se han empleado en su tratamiento han ido disminuyendo progresivamente hasta llegar a casos como el del estado español en el que prácticamente sólo existe presupuesto para recetar fármacos a los pacientes, que pocas veces ayudan aunque palien en alguna medida su malestar. Esta forma de actuar no hace más que cronificar el sufrimiento de las personas afectadas. Es de suponer que la presión de las multinacionales farmacéuticas tendrá algo que ver en el problema.

Aunque son muchos los trastornos psicológicos que pueden aquejarnos, se suele considerar como enfermedad mental grave a aquella que produce alteraciones incapacitantes a nivel cognitivo, afectivo y social. Quizá los trastornos más asociados a esta descripción sean la esquizofrenia y el trastorno bipolar. En ambos casos la persona afectada no tiene un contacto racional con la realidad y puede padecer distorsiones perceptivas lo suficientemente graves como para impedir su desarrollo individual e integración social. Estas personas, a su vez, pueden perder gran parte de su autonomía por lo que suelen depender en gran medida de las familias.

Desde los años 70 se viene trabajando en modelos de apoyo familiar que contribuyan a mejorar tal situación y faciliten la incorporación activa de las afectadas a la sociedad. Dichos modelos pretenden que los allegados posean conocimientos sobre el trastorno en cuestión y entiendan las consecuencias que éste tiene en la vida cotidiana; también pretenden enseñarles a resolver los problemas diarios de un modo no estresante.

Existen varios modelos de intervención que han demostrado experimentalmente su eficacia: el Modelo de Anderson, el Modelo de Leff, el Modelo de Fallon y el Modelo de Tarrier. Todos enfocan el trato con las familias con una actitud positiva, centrada en no culpabilizar y reconocer el esfuerzo que realizan; establecen un vínculo de apoyo sólido con las mismas, haciéndoles ver que los profesionales van a estar siempre disponibles en los momentos difíciles. La relación con ellas se centra en problemas concretos que van surgiendo en cada caso, tratando de favorecer expectativas racionales sobre la evolución del paciente en el futuro.

Los objetivos a conseguir en todos estos modelos son: a) Informar sobre el problema de la persona enferma: etiología, evolución y posibles tratamientos; b) Enseñar a manejar el estrés que genera el contacto diario con ella y especialmente en las fases agudas del trastorno y c) Establecer metas razonables.

Los estudios que se han desarrollado sobre la eficacia de estos modelos de intervención sugieren que el tiempo que necesitan las familias para estar preparadas para afrontar la situación de convivencia con una enferma mental grave es largo: alrededor de dos años. También se ha constatado experimentalmente, que tras este tipo de tratamientos las pacientes tienen menos recaídas y son capaces de mantener la medicación por sí mismas. Además, mejoran su calidad de vida en todos los aspectos —desde la higiene hasta las relaciones interpersonales—, así como la de las personas que conviven con ellas, y facilitan su rehabilitación psicosocial.

En España se han aplicando puntualmente varios programas en esta línea de actuación con buenos resultados pero por desgracia no se han generalizado a toda la población afectada porque las distintas administraciones, como ya se ha mencionado, no destinan recursos económicos para este fin.

Las claves de actuación con una persona afectada por un trastorno mental son las siguientes:

a) Es relevante tener presente las peculiaridades de cada individuo y los contextos en los que la relación se produce. No existe un patrón igual para todas las personas, sólo líneas de actuación.

b) Hay que intentar establecer un diálogo cómodo con la afectada. En ocasiones resulta complejo iniciar una simple conversación sobre el problema que la aqueja.

c) Empezaremos por expresar nuestro malestar ante lo que le está sucediendo y nuestra disposición a escuchar sus quejas y necesidades. Le manifestaremos nuestro apoyo incondicional sin presuponer sus necesidades. Para obtener esta información lo mejor es preguntarle.

d) Obtener datos sobre el trastorno que aqueja a la persona que intentamos ayudar. Cuanta más información poseamos más fácil resultará la intervención.

e) Debemos tener presente que el trastorno que afecta a nuestro ser querido puede ser de larga duración por lo que cuidaremos mucho mostrar impaciencia y hacer recriminaciones o culpabilizar.

f) Hay que establecer objetivos factibles de lograr, expectativas realistas. Cualquier tipo de recuperación o rehabilitación difícilmente va a ser sencilla, sobre todo en casos más incapacitantes como esquizofrenia, trastorno bipolar o trastornos ansioso depresivos cronificados.

g) En ocasiones la persona cuidadora tendrá la impresión de que el apoyo que presta no ofrece un resultado palpable. No hay que desanimarse, tal vez la persona que cuidamos aunque no entienda claramente lo que estamos haciendo, sí entienda que estamos presentes en su vida de manera incondicional y que puede contar con nosotras para afrontar sus crisis y malestares.

h) Es obvio decir que hay que buscar ayuda externa, tanto para la persona que padece el trastorno como, en ocasiones, para nosotras mismas. Cuidar a alguien, independientemente de su gravedad, es un estresor que afecta a nuestro sistema nervioso y a nuestra calidad de vida en general. En ocasiones será necesario que establezcamos límites puntuales para poder resistir la totalidad del viaje que suponen los cuidados que estamos proporcionando.

 Publicado en el periódico Rojo y Negro nº 388 en abril de 2024


18 nov 2024

La virgen roja

Por Ángel E. Lejarriaga




La película «La virgen roja» podría haberse titulado de muchas maneras, rememorando quizá los nombres de los dos personajes principales y su drama íntimo: «Hildegart y Aurora», «Hija y madre», «Frankenstein[1],[2] y su creación», «La creación que superó a su creadora», o «La creación que quiso dejar de ser “diosa” para ser mujer». Posibilidades lingüísticas variadas para un universo dramático tal vez ilimitado. Al final, el título asumido fue «La virgen roja», una frase que no recoge la magnitud del milagro sangriento que representa. Se afirma que Hildegart murió virgen y que era «roja»[3]; esto último es incuestionable, y más roja o rojinegra[4] tal vez hubiera sido si su madre le hubiera permitido seguir con vida.

«La virgen roja» recuerda otro largometraje de 1977, «Mi hija Hildegart», dirigido por Fernando Fernán Gómez[5] e inspirado en la novela Aurora de sangre[6] del escritor y periodista libertario Eduardo de Guzmán[7]; el guion fue escrito por el propio director y Rafael Azcona; la música la compuso Luis Eduardo Aute. Contó en el reparto con Amparo soler, Carmen Roldan, Manuel Galiana, Carles Velat y Pedro Diez del Corral, entre los actores principales. La actual película sobre Hildegart Rodríguez Carballeira ha estado dirigida por Paula Ortiz, escrita por Eduard Solà y Clara Roquet, y protagonizada por Najwa Nimri (Aurora) y Alba Planas (Hildegart); acompañadas por Aixa Villagrán (Macarena), Patrick Criado (Abel Vilella) y Pepe Viyuela (Guzmán).

El proyecto fílmico surgió en el año 2017. Según ha contado la productora María Zamora[8], la inspiración le surgió por azar al leer en una revista un artículo que describía la tragedia vivida por la joven Hildegart y Aurora Rodríguez Carballeira, su madre. Desde el primer momento conectó con la historia y encargó el guion a Clara Roquet y Eduard Solà. Más tarde la directora Paula Ortiz[9] se incorporaría al equipo con mucho interés porque parte de su trabajo de tesis doctoral estuvo centrado en Hildegart.

En un primer momento la película se iba a llamar «Hildegart» por imposición de Prime Video pero después se recuperó el título que desde el principio se había barajado: «La virgen roja»[10]. Su estrenó se produjo el 27 de septiembre de 2024 en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián[11]. Paula Ortiz tiene ya a su haber un buen número de películas de reconocido prestigio: «De tu ventana a la mía» (2011), «La novia» (2015), «Al otro lado del río y entre los árboles» (2022), «Teresa» (2023) y «La virgen roja» (2024).

Para entrar en materia, la trama básica del relato la constituye la relación entre Aurora y su hija. Hildegart fue concebida de manera voluntaria con el objetivo de convertirse en una especie de mujer ideal, que se impondría en el futuro y haría progresar a la humanidad. El proyecto dura hasta que la joven cumple los dieciocho años, momento en el que es asesinada por su madre. Esta historia es real y está perfectamente documentada, tanto en la prensa de la época como en el libro antes citado de Eduardo de Guzmán.

El film toca muchos puntos importantes que son dignos de reseñar: la relación autoritaria madre hija, el papel de la educación en el desarrollo de los seres humanos, la situación política de España en los años 30, el socialismo español representado por el PSOE, el feminismo, el anarcofeminismo emergente y la eugenesia[12].

Aurora Rodríguez Carballeira (23 abril 1879 - 28 diciembre 1955), murió a los setenta y seis años; eso se cree. El tema de su edad es polémico, se ha asegurado que mentía sobre la misma, si bien se ha aceptado como fecha de nacimiento 1879, en Ferrol, en la calle Magdalena. No recibió una educación académica al uso, pero sí de ideas avanzadas; fue ilustrada a través de numerosas lecturas de la magnífica biblioteca de su padre, un político de liberal, masón[13] por más señas, muy interesado por el «socialismo utópico»[14] de Proudhon, William Morris, Robert Owen, Edward Bellamy, Charles Fourier y Henri de Saint-Simon. Un hecho destacado de su biografía, y que se presenta en la película, es el nacimiento del hijo de su hermana Josefa, Pepito Arriola[15], que quedó al cuidado de Aurora cuando ella contaba dieciséis años; se dice que le educó de manera exigente, hasta convertirle en un niño prodigio; un tiempo después su madre le reclamó y se lo llevó a Madrid donde tuvo bastante éxito como pianista. De alguna manera, Aurora se sintió traicionada por el hecho de que su hermana le quitara al niño, y se puede hipotetizar que a través de sus notables lecturas y esta experiencia educativa exitosa, las ideas eugenésicas se afianzaron en ella hasta concretar el proyecto de dar a luz y educar a una persona que fuera un ejemplo para su generación y para el futuro. Ella hablaba de una mujer nueva pero ignoramos cómo pensaba conseguir a priori que el supuesto vástago engendrado naciera con ese sexo. Tal vez en un principio le daba igual uno u otro sexo y lo importante para ella era el proyecto en sí mismo. Si bien su odio expreso a lo masculino hace pensar en su firme voluntad de tener una hija. Al quedar huérfana Aurora recibió una cuantiosa herencia que le permitió llevar una vida cómoda y de paso dedicarse a su obra.


En cualquier caso, Aurora actuó en consecuencia. Concibió a su hija en Ferrol (La Coruña). Previamente había buscado un inseminador complaciente que no le creara problemas con posterioridad. El progenitor elegido para tal misión fue un sacerdote leridano perteneciente a la Marina, de nombre Alberto Pallás Montseny[16] —según contó Aurora tuvo tres encuentros sexuales con él—. El sexo que practicó con el cura fue aséptico; la sexualidad le desagradaba, la consideraba un acto primitivo que para la mujer suponía esclavitud. Le eligió porque debido a su condición sacerdotal en ningún momento iba a reclamar derecho alguno sobre la criatura. Una vez embarazada se trasladó a Madrid[17] donde nació Hildegart el 9 de diciembre de 1914, en la calle de Juanelo número 3. Fue bautizada el 23 de marzo de 1915 y registrada el 29 de abril del mismo año. La madre se oponía firmemente al registro de las criaturas, además era atea militante; no sabemos qué la impulsó a cumplir con la convención social respecto a este requisito. Como curiosidad hay que decir que en su partida de nacimiento consta como Hildegart Leocadia Georgina Hermenegilda María del Pilar Rodríguez Carballeira. Aurora manifestó en varias ocasiones que el nombre de Hildegart se lo puso por santa Hildegarda de Bingen[18], que significaba «Jardín de Sabiduría»​. Aunque este significado no queda muy claro, también podría traducirse como «virgen heroica». Eligió este nombre porque consideraba que los nombres tenían la propiedad de predestinar a la persona que los portaba. Según los datos que existen, Hildegart fue visitada al principio de su vida por su padre, pero Aurora a los cuatro años cortó esa relación por miedo a la influencia que éste pudiera ejercer sobre ella.

¿Cómo fue la educación de la pequeña Hildegart? Pues exhaustiva y rígida, por momentos implacable. Todo a su alrededor estaba destinado a estimularla, tanto física como intelectualmente. Su alimentación era vigilada hasta el último detalle para que su dieta fuera equilibrada y evitar cualquier posible carencia nutricional. Aurora controlaba a la niña hasta el extremo de no permitir apenas que alguien tuviera contacto con ella; de hecho, de relacionarse, sólo lo hacía con personas adultas y siempre en su presencia; nunca jugó con otras criaturas de su edad. A los dos años Hildegart leía, a los tres escribía, a los cuatro escribía a máquina y tocaba el piano. A los diez hablaba latín, italiano, portugués, inglés y francés. El bachiller lo empezó con diez años y lo estudió en alemán. A los catorce, la niña prodigio que era entró en la facultad de Derecho y su madre la afilió en las Juventudes Socialistas. Con este impresionante bagaje intelectual, la joven Hildegart empezó a escribir artículos para El Socialista en un primer momento pero enseguida otros medios periodísticos quisieron contar con su aguda pluma. Esta actividad no estaba exenta de asistir a actos públicos: participaba en conferencias y en charlas acompañada por Aurora, que procuraba que nunca estuviera sola, ni para dormir. Vestían rigurosamente de negro, según la madre para «evitar la mirada lasciva de los hombres». A los dieciséis años era licenciada en Derecho por la Universidad Central de Madrid; fue la abogada española más joven; asimismo, inició las carreras de Medicina y Filosofía y Letras.

Los temas que tocaba Hildegart en sus escritos estaban relacionados con la mujer, la sexualidad y la reproducción consciente; decía que la liberación de las mujeres sólo se lograría si la procreación quedaba al margen del placer sexual; defendía el aborto, la utilización de medios profilácticos para evitar los embarazos no deseados y llegó a cuestionar la monogamia. Su horizonte discursivo era claro: los embarazos no deseados suponían una catástrofe para las mujeres obreras, por tanto era imprescindible que fueran educadas desde los colegios en los medios anticonceptivos y en una «reproducción consciente»[19] en función de los recursos económico-sociales de que se dispusieran.

A pesar de todo este discurso pro liberación sexual de la mujer, ella había recibido una educación basada en la información científica, pero evidentemente «castradora» a la hora de plantearse su práctica. No tenía relaciones personales con jóvenes de su edad. Como se ha mencionado al principio del artículo, que sepamos, murió virgen. Según parece el apodo de «La virgen roja» se lo puso Havelock Ellis[20], un gran admirador de su trabajo.

Otro de los puntos interesantes a destacar en la vida de Hildegart es su evolución política. Si bien sus inicios ideológicos se centraron en el socialismo Español ―fue vicepresidenta de las Juventudes Socialistas y afiliada a la UGT y al PSOE, con un gran reconocimiento por parte de la militancia de base―, la dirección del partido procuraba reducir al máximo su presencia en actos públicos. Con el advenimiento de la II República se desengañó del PSOE, que prometía un programa y luego, cuando estaba en el poder, no lo cumplía. Así, se fue radicalizando hacía posturas cercanos al anarquismo, aunque no se decantó del todo por él y se sintió más afín a los postulados del Partido Republicano Federal[21] de Eduardo Barriobero[22]. Su cuestionamiento público del PSOE en 1932 en el periódico La libertad, con artículos como ¿Se equivocó Marx? y ¿Fracasa el socialismo?, la condujeron a ser expulsada del partido y a ingresar en el Partido Republicano Federal. Como consecuencia de estas tensiones políticas recibió diversas amenazas que llevaron a Aurora a comprar un arma. 

Ideológicamente, también su feminismo original se fue escorando hacia posturas revolucionarias que hoy se encontrarían próximas al anarcofeminismo[23], ya no pregonaba sólamente la liberación de la mujer y la igualdad de derechos, sino la necesidad de la revolución social para no sólo emancipar a la mujer sino al proletariado.

Su relevancia como escritora fue inmensa, a pesar de su juventud, escribía constantemente artículos y ensayos. Publicó dieciséis libros y unos ciento cincuenta artículos en periódicos y revistas como El socialista, La Tierra, Estudios, Sexualidad, Orto, La libertad, Renovación, Heraldo de Madrid y Gaceta Médica[24]. Formó parte de la Liga Mundial para la Reforma Sexual (1928), la Liga Española para la Reforma Sexual sobre bases científicas (1932)[25] que presidía Gregorio Marañón, y fue socia del Ateneo de Madrid[26],[27]. Tuvo contacto epistolar con Magnus Hirschfeld[28], H. G. Wells[29], Norman Haire[30], Havelock Ellis y Jonathan Leubach[31]. Su libro Profilaxis anticoncepcional (1931) vendió, sólo en Madrid, ocho mil ejemplares.

Lo que viene a continuación, la película lo describe bastante fielmente. Hildegart conoce al abogado Abel Velilla[32] e inicia una supuesta relación que dispara la paranoia de Aurora, hasta el punto de intentar apartarla de cualquier contacto social. Esta es la tesis que presenta la película «La virgen roja». Investigaciones actuales apuntan a la confesión de la propia Aurora de que la relación de ella con Hildegart se había deteriorado mucho desde hacía tiempo, entre otras cosas por la patología psicótica que la madre estaba gestando. Se sabe que Hildegart había comunicado a su madre en varias ocasiones su intención de independizarse, a lo que Aurora había respondido con amenazas de suicidio. A pesar de ello, Hildegart deseaba tomar sus propias decisiones, lo que la conducía inexorablemente a alejarse de su madre[33]. Aurora manifestó en el juicio que Hildegart era de su propiedad, que era su creación, y si su educación había sido «perfecta», el quid de su degeneración tenía que ser externo por lo que rumió la teoría de que el mal de Hildegart era su herencia genética; es decir, la culpable era la genética del progenitor que la había concebido al que definió como «perturbado». Según ella se había equivocado al elegirle. En este contexto abrumador, H.G. Wells propuso a Hildegart viajar a Londres para trabajar con él como colaboradora, oferta que ella aceptó y comunicó a Aurora. A partir de este momento la madre entró en una espiral delirante que la llevó a creer que los «hombres sólo querían utilizar su potencial intelectual para sus propios beneficios». Lo que ocurrió después es un misterio. El 9 de junio Aurora acudió a un amigo abogado para comunicarle que había asesinado a Hildegart mientras dormía, de cuatro disparos, y pedirle de paso que se encargara de su defensa[34].


 Durante el juicio, la defensa se basó en la tesis de que Aurora estaba aquejada por un «delirio paranoide», algo que ella negaba con rotundidad; en ningún momento aceptó que el asesinato de Hildegart fuera un acto de «locura». No obstante, en alguna de sus declaraciones dijo que había cometido el crimen «en un estado de perturbación mental»; también dijo que «El escultor, tras descubrir la más mínima imperfección en su obra, la destruye». En la causa se personaron como testigos Clara Campoamor[35], Eduardo Barriobero Herrán, Félix Paredes Martín[36] y Eduardo de Guzmán (entre otras personalidades de la cultura y la política de su tiempo).

Aurora fue condenada a 26 años de cárcel, y no se volvió a saber de ella hasta el año 1977 en el que se encontró su historial médico en el centro psiquiátrico de Ciempozuelos, donde murió de cáncer en 1955, siendo enterrada en una fosa común. El psiquiatra Guillermo Rendueles[37] y la escritora Almudena Grandes[38] han documentado sobradamente su historia, el primero desde el ensayo ―fue el que descubrió el historial de Aurora―, y la escritora desde la ficción literaria inspirada en los datos del anterior.

Hay una reflexión abierta que sólo la experiencia puede resolver, y es el tema de la educación ideal. Hildegart, evidentemente, tuvo un desarrollo intelectual excepcional. Me pregunto si éste fue fruto de una azarosa posibilidad genética reforzada por una esmerada formación o fue el resultado del trabajo de Aurora como educadora exigente. Es más probable que ocurriera lo primero aunque no se pueda demostrar. No obstante, el precio de este sobresaliente experimento pedagógico fue trágico. ¿Merece la pena intentar reproducir cerebros hiperdesarrollados, sacrificando la libertad individual? Desde mi punto de vista filosófico, la libertad es esencial en la existencia humana, nuestro crecimiento intelectual debe constituirse a partir de ese pilar fundamental. Me gustaría que la especie humana evolucionara a partir del librepensamiento a altas cotas de comprensión, pero sin obviar nunca el afecto y el apoyo mutuo. Sería necesario hacer un repaso profundo a las grandes personalidades de la pedagogía del siglo XIX y XX como Ricardo Mella[39], Francisco Ferrer i Guardia[40], Ivan Ilich[41], Lev Tolstoi[42], María Montessori[43], Anton Makarenko[44], Alexander Neill[45], Paulo Freire[46] y tantas otras que han intentado educar a partir del agrado y la armonía social, para ver qué podemos hacer al respecto.

El drama que representa «La virgen roja» es el drama de la mujer universal, que a lo largo de la historia ha sido sometida por el patriarcado y reducida al más absoluto ostracismo. Incluso después de muertas las mujeres son enterradas en el olvido porque recordarlas supone denunciar el mundo del que provienen, en el que vivieron y el actual. No podemos ignorar estos dramas, su memoria es nuestra memoria, las vidas de las protagonistas la mejor enseñanza para que las generaciones futuras tengan un suelo sólido bajo los pies sobre el que construir una sociedad diferente. 

Este artículo está dedicado a Hildegart Rodríguez Carballeira y a su madre Aurora Rodríguez Carballeira, pero también a Clara Campoamor[47], a Victoria Kent[48], a Lucía Sánchez Saornil[49], a Federica Montseny[50], a Mercedes Comaposada[51], a Amparo Poch y Gascón[52], a Carmen de Burgos[53], a María Lejárraga[54], a Margarita Nelken[55], a Teresa Claramunt[56], a Elena Fortún[57], a Kati Horna[58], a María la Jabalina[59], a María Teresa León[60], a Émilienne Morin[61], a Gerda Taro[62] y a tantas otras.

OBRA DE HILDEGART RODRÍGUEZ CARBALLEIRA

· 1930: Tres amores históricos. Estudio comparativo de los amores de Romeo y Julieta, Abelardo y Eloísa y los Amantes de Teruel. Ediciones de la Diputación, Teruel. Premio de los Juegos Florales de la Corona de Aragón, editada por la Diputación de Teruel, 1929.
· 1930: El problema eugénico. Punto de vista de una mujer moderna. Gráfica Socialista, Madrid.
· 1930: La limitación de la prole. Un deber del proletariado consciente. Gráfica Socialista, Madrid. ​
· 1931: Educación sexual. Gráfica Socialista, Madrid. ​
· 1931: El problema sexual tratado por una mujer española. Javier Morata, Madrid.
· 1931: "Sexo y Amor", Cuadernos de Cultura, 32, Valencia.​
· 1931: La rebeldía sexual de la juventud. Javier Morata, Madrid.​
· 1931: «La Revolución Sexual», Cuadernos de Cultura, 41, Valencia.​
· 1931: Profilaxis anticoncepcional. Paternidad voluntaria. Orto, Valencia.​
· 1932: Cómo se curan y cómo se evitan las enfermedades venéreas.
· 1932: Malthusismo y neomalthusismo.
· 1933: Historia de la prostitución. La prostitución y sus consecuencias. Consejos y decálogo. Orto, Valencia.
· 1933: Venus ante el derecho. Castro, Madrid.​
· 1933: Opiniones de mujeres. Conferencias, María Domínguez Remón (1882-1936), primera alcaldesa en 1932 de la Segunda República Española en la localidad de Gallur, en Zaragoza, con prólogo de 64 págs. por Hildegart. Editorial Castro, Madrid.
· 1937: Medios para evitar el embarazo, paternidad voluntaria.

OBRAS INSPIRADAS EN LA VIDA DE HILDEGART Y AURORA

Literatura

· 1972: Aurora de sangre: vida y muerte de Hildegart. Eduardo de Guzmán, ed. Gregorio del Toro, Madrid.
· 1979: Hildegart, la virgen roja. Joan Llarch Roig, Producciones editoriales, Barcelona.
· 1987: La virgen roja. Fernando Arrabal, Seix Barral, Barcelona. ​
· 1991: A mí no me doblega nadie: Aurora Rodríguez, su vida y su obra (Hildegart). María Rosa Cal Martínez, Ediciós do Castro, Sada (La Coruña). ​
· 2008: Mi querida hija Hildegart. Carmen Domingo, Destino, Barcelona
· 2020: Los motivos de Aurora. Erich Hackl, Hoja de Lata, Xixón.​
· 2020: La madre de Frankenstein: agonía y muerte de Aurora Rodríguez Carballeira en el apogeo de la España nacionalcatólica, Manicominio de mujeres de Ciempozuelos, Madrid, 1954-1956. Almudena Grandes, Tusquets, Barcelona. ​

Teatro

· 1974: La Virgen Roja, de Adolfo Celdrán, bajo la dirección de Juan Antonio Quintana, Grupo «Corral de Comedias de Valladolid»​, escenografía Mery Maroto, música Raimundo Pérez. Actrices principales Amparo Magdaleno como Aurora, madre de Hildegart y Maribel Rodicio en el papel de Hildegart. Estrenada en el Festival Internacional de Teatro de Sitges se representó en el Teatro Alfil de Madrid con modificaciones de la censura y después en Valladolid. Finalmente fue prohibida por un artículo en la revista de extrema derecha "Fuerza Nueva" que consideró que era un «montaje intolerable».​

Cine

· 1977: «Mi hija Hildegart», dirigida por Fernando Fernán Gómez, con guion del propio director y Rafael Azcona, y protagonizada por Amparo Soler Leal (en el papel de Aurora) y Carmen Roldán (en el papel de Hildegart). El autor del libro original en que está basada la película, Aurora de sangre, Eduardo de Guzmán, es uno de los personajes de su propio libro, interpretado en la película por el actor Manuel Galiana.
· 2014: «The Red Virgin», cortometraje dirigido por Sheila Pye.
· 2016: «Hildegart oder Projekt: Superwoman», dirigida por Barbara Caspar. ​
· 2021: «A virxe roxa», documental dirigido por Marcos Nine.
· 2024: «La virgen roja», largometraje dirigido por Paula Ortiz. Con guion de Eduard Sola y Clara Roquet. ​

Estudios clínicos

· 1989: Guillermo Rendueles (psiquiatra), El manuscrito encontrado en Ciempozuelos: análisis de la historia clínica de Aurora Rodríguez. Estudio del historial clínico de Aurora en el hospital de Ciempozuelos. Ed. Endymion, Madrid, 1989. ​
· 2012: Javier Fernández Soriano. Estudio psicoanalítico de la paranoia. El caso de la madre asesina de Hildegart. Ed. Biblioteca Nueva, Madrid.





NOTAS

[1] Shelley, Mary (2013): Frankenstein o el moderno Prometeo. Sextopiso, Madrid.

[2] Víctor Frankenstein es un científico que da vida a un ser construido con pedazos de cadáveres, crea un monstruo que al ser repudiado por su creador quiere cobrar venganza.

[3] «Rojo o roja» en política se utiliza para simbolizar los movimientos e ideologías revolucionarios o de izquierdas.

[4] «Rojinegra»: mujer anarcosindicalista.

[5] Fernando Fernández Gómez, conocido como Fernando Fernán Gómez o Fernando Fernán-Gómez (Lima, Perú, 28 de agosto de 1921-Madrid, España, 21 de noviembre de 2007), fue un novelista, dramaturgo, actor, guionista y director de cine, de teatro y de televisión que desarrolló toda su carrera en España, país del que obtuvo la nacionalidad en 1984. Fue uno de los nombres esenciales del panorama cinematográfico y literario español por la pluralidad de su talento, así como por su extensa y variada trayectoria artística, lo que lo llevó a ser miembro de la Real Academia Española el 30 de enero de 2000, donde tomó posesión de la silla B.

[6] Guzmán, Eduardo de (2014): Aurora de sangre. Vida y muerte de Hildegart. La linterna sorda, Madrid.

[7] Eduardo de Guzmán Espinosa (1908-1991). Nació en Villada, provincia de Palencia, hijo de Mariano de Guzmán Torbado, abogado, y Consuelo Espinosa Echenique, maestra. En 1918, al fallecer su padre se trasladan a Valladolid, y en 1920 a Madrid, donde desarrolló toda su vida profesional. Cuando llegó a la capital sobrevivió escribiendo cartas por encargo para personas analfabetas. Pronto tuvo claro que su vocación era el periodismo y trabajó para el diario vespertino anarquista La Tierra, donde destacó por sus reportajes sobre los sucesos de Casas Viejas (1933) y la revolución de Asturias (1934). Cuando cerró La Tierra en 1935 pasó al periódico La Libertad, donde trabajó junto a Eduardo Haro Delage, padre de Eduardo Haro Tecglen. ​ En esa época también colaboró con Frente Libertario. Tras el estallido de la guerra civil española dirigió el diario cenetista Castilla Libre desde la aparición del primer número, el 2 de febrero de 1937. Fue apresado en el puerto de Alicante al acabar la guerra civil e internado en el campo de concentración de Los Almendros y en el de Albatera. De allí fue trasladado a la cárcel madrileña de Yeserías. En enero de 1940 fue sometido a un consejo de guerra sumarísimo, en el que también figuraba el poeta Miguel Hernández, y condenado a muerte, pero en mayo de 1941 su pena fue conmutada por la de prisión, logrando la libertad condicional en 1943. Fue miembro del Comité Nacional de la CNT. En 1951 fue acusado de espionaje e internado un año en Oviedo. Quedó inhabilitado a perpetuidad para ejercer la profesión periodística y logró sobrevivir gracias a las traducciones que realizó para varias editoriales, y sobre todo, a las novelas policíacas y del oeste que escribió para su venta en quioscos, utilizando diversos seudónimos, como Edward Goodman, Eddy Thorny, Richard Jackson, Anthony Lancaster o Charles G. Brown. Durante veinte años publicó más de 400 novelas de estos géneros. ​ También escribió reportajes, cuentos y guiones de cine, aunque esto no lo libró de la represión del régimen. Desde 1969 trabajó en la agencia mexicana de noticias. Al final de la dictadura franquista y durante la Transición colaboró en las revistas Tiempo de Historia, Triunfo e Índice, así como en Diario 16.

[8] AUDIOVISUAL451:«“La virgen roja”, la película más ambiciosa de María Zamora», 2024.
www.audiovisual451.com/la-virgen-roja-la-pelicula-mas-ambiciosa-de-maria-zamora-y-la-primera-que-prime-video-estrena-en-cines-en-espana/

[9] Paula Ortiz Álvarez (Zaragoza, 8 de enero 1979) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza y máster en Escritura para Cine y TV de la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha trabajado durante varios años como investigadora y profesora en el área de Estudios de Cine y otros Medios Audiovisuales del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza. Realizó su tesis doctoral titulada El guion cinematográfico: actualización de sus bases teóricas y prácticas. Estudió dirección de cine en el Graduate Department of Film and Televisión de la Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York y amplió sus estudios de guion en la UCLA de Los Ángeles. No me voy a extender con su currículo académico pero me atrevo a decir que es impresionante.

[10] LA FM RADIO: «”La Virgen Roja” se estrena en cines el próximo mes de septiembre», 2024
www.la-fm.es/?p=37980

[11] CINE CON Ñ: «Tráiler de “La virgen roja”: la película sobre Hildegart Rodríguez de Paula Ortiz». www.cineconn.es/la-virgen-roja-pelicula-hildegart-paula-ortiz/

[12] La «eugenesia» es una corriente de pensamiento que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos a nivel social mediante diversas formas de intervención manipulada y métodos selectivos de humanos («Desarrollo de una filosofía eugénica» por Frederick Osborn en la revista American Sociological Review, vol. 2, n.º 3, junio de 1937, págs. 389-397).​ El origen de la eugenesia está estrechamente relacionado con el surgimiento del «darwinismo social» a finales del siglo XIX. ​Por darwinismo social entendemos el estudio y la implementación de diversas teorías pseudocientíficas y prácticas sociales que pretenden aplicar conceptos biológicos de selección natural y supervivencia del más apto a la sociología, la economía y la política, y que fueron definidos en gran medida por académicos de Europa occidental y América del Norte en la década de 1870 (Raymond Williams (2000). «Social Darwinism». In John Offer (ed.). Herbert Spencer: Critical Assessment. London; New York: Routledge. pp. 186–199).

[13] La francmasonería o masonería se considera a sí misma una institución filantrópica. Es de carácter iniciático.​ Es calificada por la Enciclopedia Británica como la sociedad secreta más extendida del mundo. La Real Academia Española, sin embargo, la define como una sociedad que solo fue secreta en sus orígenes.​ En la actualidad, algunos masones prefieren considerarla discreta en vez de secreta. ​

[14] Bajo el concepto socialismo utópico o socialismo premarxista se engloba a los pensadores socialistas de principios del siglo XIX anteriores al marxismo.​ Los representantes más destacados del primer socialismo son Robert Owen, Henri de Saint-Simon, Flora Tristán, Charles Fourier y Étienne Cabet . También se pueden incluir las corrientes insurreccionalistas de Graco Babeuf, Filippo Buonarroti y de Auguste Blanqui. Una diferencia clave con el socialismo marxista y anarquismo moderno es que los socialistas utópicos no desarrollaron teoría sobre la lucha de clases, creían que las personas de todas las clases pueden adoptar voluntariamente su plan social si se presenta de manera convincente sin necesidad de una revolución social.

[15] José Rodríguez Carballeira (Betanzos, 14 de diciembre de 1896-Barcelona, 24 de octubre de 1954), conocido como Pepito Arriola, fue un músico gallego que destacó fundamentalmente como pianista, pero también como compositor y violinista.​ Recordado ante todo por ser un niño prodigio, fue conocido internacionalmente como el «Mozart español». Hijo de soltera de Josefa Rodríguez Carballeira, fue inscrito en el registro en Betanzos con los apellidos de su madre por no tener padre conocido, de tal modo que siempre fue nombrado por el segundo apellido de su abuelo materno, de origen vasco. Cuando su madre se trasladó a Madrid quedó a cargo de la hermana de ésta, Aurora Rodríguez Carballeira, que fue quien le educó. Tras descubrir sus habilidades, la madre lo reclamó y se lo llevó a Madrid en noviembre de 1899, donde comienza una fulgurante carrera como pianista.

[16] Ramírez de Arellano, Irene (2018): «La mujer española “creada” y asesinada por su madre por no ser perfecta».
www.vice.com/es/article/hildegart-rodriguez-feminismo-liberacion-sexual-espana-broadly/

[17] Cal, Rosa (1991): A mí no me doblega nadie: Aurora Rodríguez, su vida y su obra (Hildegart). Serie Documentos. Ediciós do Castro. pp. 44-57.

[18] Hildegarda de Bingen (1098-17 de septiembre de 1179) fue una santa abadesa benedictina alemana, activa como compositora, escritora, filósofa, científica, naturalista, médica, mística, líder monacal y profestisa durante la Edad media. Conocida también como la sibila del Rin y la profetisa teutónica, es asimismo una de las compositoras más famosas de monofonía sacra, así como la más grabada en la época moderna.​ Además, es reconocida por muchos estudiosos como la madre de la historia natural. Considerada una de las personalidades más influyentes, polifacéticas y fascinantes de la Baja Edad Media y de la historia de Occidente, es también una de las figuras más ilustres del monacato femenino y quizás quien mejor ejemplificó el ideal benedictino,​ al estar dotada de una inteligencia y cultura fuera de lo común, comprometida con la reforma gregoriana y al ser una de las escritoras de mayor producción de su tiempo.

[19] Procreación consciente, procreación responsable o procreación limitada es un término demográfico, utilizado inicialmente por el neomaltusianismo de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, para referirse a la toma de conciencia social e individual en relación con el control de la procreación de los hijos, su cuidado y educación. La procreación consciente implicaría tanto el control de la natalidad, mediante el uso de métodos anticonceptivos, como el ejercicio de una paternidad y maternidad libre responsable por parte de los progenitores dirigida a la alimentación, la higiene y la educación.​

[20] Henry Havelock Ellis (1859 - 1939) fue un sexólogo, médico y activista social británico.

[21] El Partido Republicano Democrático Federal, también conocido simplemente como Partido Republicano Federal, fue un partido político español de carácter federalista y republicano creado nada más triunfar la Revolución de septiembre de 1868 como continuación del Partido Democrático fundado en 1849. El principal teórico del partido y uno de sus líderes más reconocidos fue Francisco Pi y Margall. Extendió su influencia especialmente por la zona mediterránea a partir de sus dos sus bastiones iniciales, Cataluña —donde funcionó el Club de los Federalistas de Barcelona— y Andalucía.

[22] Eduardo Barriobero y Herrán (Torrecilla en Cameros, La Rioja, 1875-Barcelona, 1939). Estudió el Bachillerato en Logroño y Medicina y Derecho en la Universidad de Zaragoza. Cuando acabó la carrera (1900) se estableció en Madrid. En Zaragoza fundó la Juventud Republicana Federal. Desde 1907 tuvo a su cargo en Madrid la defensa de importantes procesos políticos y sociales. Allí fue miembro de la agrupación cívica Acción Democrática de Ernesto Bark, redactor de la revista Germinal, que defendía un frente político único de republicanos, socialistas y anarquistas. También se relacionó con otros escritores bohemios como Alejandro Sawa Martínez, Eduardo Zamacois, Emilio Carrere y Carmen de Burgos, con la que tuvo una relación. En 1903 ingresó en la Unión Republicana y en 1910 formó parte del grupo de republicanos federales partidarios de participar en las elecciones conjuntamente con el Partido Republicano Radical. Por entonces escribió una monografía sobre el historiador romano Suetonio y tradujo su Vida de los doce césares (1907). Al año siguiente publicó la que según el gran crítico Julio Cejador es la novela histórica «más clásica en fondo y forma que se ha escrito en España y puede pasearse con las mejores de fuera de ella», Syncerasto, el parásito (1908). Seguirán más traducciones del latín, el griego, el alemán, el francés, el inglés... Su fecunda labor como hombre de letras y humanista no ha sido investigada, aunque es tan importante al menos como la que siguió como político y jurista. Por entonces frecuenta la tertulia literaria de la escritora feminista Carmen de Burgos. En 1913 también fue miembro de la Liga Española para la Defensa de los Derechos del Hombre y fundador de la Liga Anticlerical Española. Se atrajo las simpatías de la CNT por su singular oratoria y porque dedicó sus conocimientos como abogado a defender militantes obreros, lo que le valió a menudo ser encarcelado y tres intentos de asesinato por parte del Sindicato Libre. Defendió a los implicados en los sucesos de Cullera de 1911, a los de los sucesos de Cenicero de 1915 (una huelga que acabó con la muerte de un guardia civil) y a los participantes en la huelga general de 1917. Ingresó en la CNT en 1912. Fue elegido diputado por Madrid por la Conjunción Republicano-Socialista en las elecciones generales de 1914, pero después fue escogido como republicano independiente por Huelva en las de 1918 y 1919, gracias a su fama por haber defendido en juicio a los trabajadores de las minas de Riotinto. En 1920 fue organizador del Congreso de Democracia Republicana, que pretendía la unificación de todas las fuerzas republicanas. Participó en la Sanjuanada de 1926 contra la dictadura de Primo de Rivera como enlace del comité de la CNT en Gijón, y en enero de 1929 participó en la conspiración abortada de José Sánchez Guerra. Desde agosto de 1930 presidió el Partido Republicano Democrático Federal, imprimiéndole una orientación obrerista dirigida a la busca del voto anarcosindicalista, lo que le valió obtener un escaño por Oviedo en las elecciones generales españolas de 1931, pero que a la larga provocaría una escisión encabezada por José Franchy y Roca. Durante las Cortes Constituyentes formó un grupo que se hizo notar por su política demagógica y antigubernamental: los jabalíes. También fue miembro del Socorro Rojo Internacional, y en condición de tal fue abogado de los insurrectos libertarios de Aragón y La Rioja de diciembre de 1933 y de los participantes a los sucesos de Turón durante la revolución de Asturias de 1934. En 1933 intentó la reunificación del Partido Republicano Federal, pero su postura contraria a colaborar con Manuel Azaña dividió nuevamente el partido. En 1935 fue nombrado nuevamente cabeza de los federales y firmó un acuerdo de colaboración con el Partido Sindicalista de Ángel Pestaña, pero la constitución del Frente Popular rompió el acuerdo. Iniciada la Guerra Civil a finales de agosto fue enviado por la CNT a la Oficina Jurídica instalada en el Palacio de Justicia de Barcelona, que había sido ocupado por milicias anarquistas, desde donde organizó tribunales populares y justicia revolucionaria que provocaron su enfrentamiento con Santiago Gubern, presidente del Tribunal de Casación de Cataluña, y Lluís Companys, presidente de la Generalidad de Cataluña, de tal manera que la disolvieron en noviembre de 1936. El ministro de Justicia, el anarquista Juan García Oliver, lo propuso para fiscal general de la República, pero el presidente Manuel Azaña vetó el nombramiento. En septiembre de 1937 el gobierno republicano lo acusó de apropiarse de 8 millones de pesetas durante el tiempo que estuvo a la cabeza de la Oficina Jurídica. Aunque el Tribunal Supremo lo absolvió, se pasó el resto de la guerra en prisión. Hacia el final de la contienda enfermó y fue internado en un hospital penal. Tras la caída de Barcelona a manos de las tropas franquistas, el 7 de febrero de 1939 fue sometido a consejo de guerra sumarísimo, condenado a muerte y fusilado tres días después. Otros testimonios afirman que fue ejecutado en el garrote vil. Fue enterrado en una fosa común.

[23] El anarquismo feminista, también llamado feminismo anarquista o anarcofeminismo, es una teoría política que enlaza el feminismo con el anarquismo. El anarcofeminismo busca la autonomía de cada mujer, es decir, su emancipación y realización como individuo y como género femenino con sus particularidades. Esta teoría surgió a mediados de la década de 1970 –si bien afirma tener antecedentes en el desaparecido «anarquismo histórico» y su movimiento femenino– como una escisión del feminismo radical de los 1960s, por lo que adopta de este último la teoría de la existencia de un patriarcado que gobernaría la sociedad y le agrega una óptica anarquista al identificarlo como una manifestación del poder que va de la mano del Estado, puesto que ambos se fundamentarían en la ausencia de libertad y en las relaciones sociales involuntarias.​

[24] Centro de Información Documental de Archivos (CIDA): «Hildegart Rodríguez». Ministerio de Cultura, Madrid.
www.cultura.gob.es/cultura/areas/archivos/mc/centros/cida/4-difusion-cooperacion/4-1-guias-de-lectura/escritoras/rodriguez-hildegart.html

[25] Cueva, Carmen G. de la (2024): «Hildegart, la mujer del futuro». CTXT.
www.ctxt.es/es/20240901/Culturas/47440/Carmen-G-de-la-Cueva-asesinato-Hildegart-la-virgen-roja-Aurora-Rodriguez.htm

[26] Ballesteros García, Rosa María (2022): «El Ateneo Científico y Literario de Madrid: las mujeres que quisieron adelantar el reloj de España (II)».
www.enbenalmadena.es/el-ateneo-cientifico-y-literario-de-madrid-las-mujeres-que-quisieron-adelantar-el-reloj-de-espana-ii/

[27] Ateneo de Madrid (1939): Archivo de socios hasta 1939.
www.web.archive.org/web/20221005181853/https://archivo.ateneodemadrid.com/uploads/3/8/3856/LetraR_SociosHasta1939_.pdf

[28] Magnus Hirschfeld (1868 - 1935) fue un médico, sexólogo judío alemán, activista, defensor de los derechos de los homosexuales.

[29] Herbert George Wells (1866-1946), más conocido como H. G. Wells, fue un escritor y novelista británico, autor prolífico que escribió en diversos géneros, como ciencia ficción, docenas de novelas, relatos cortos, obras de crítica social, sátiras, biografías y autobiografías. Es recordado por sus novelas de ciencia ficción y frecuentemente citado como el «padre de la ciencia ficción» junto con Julio Verne y Hugo Gernsback.​

[30] Norman Haire, nacido Norman Zions (1892 - de 1952) fue un médico y sexólogo australiano. Se le ha llamado «el sexólogo más destacado de Gran Bretaña» entre guerras.

[31] Jonathan Høegh von Leunbach (1884 - 1955) fue un médico danés. Durante el período de entreguerras realizó una importante pero controvertida iniciativa social para ayudar a las mujeres de escasos recursos con educación sexual, control de la natalidad y aborto.

[32] Abel Velilla Sarasola (1901, Pamplona-1982, Tijuana) fue un político y abogado español exiliado en México. Era afiliado a la masonería y miembro del Partido Republicano Federal, del que lideró el sector partidario del activismo y la agitación revolucionaria. ​ Al proclamarse la Segunda República Española fue elegido concejal del Ayuntamiento de Barcelona (1931-1933) y diputado en las cortes de la República en las elecciones generales españolas de 1933 hasta 1936. ​Fue magistrado del Tribunal Supremo y defendió a muchos de los inculpados en los hechos del seis de octubre de 1934. Durante la guerra civil española fue miembro de la comisión jurídica asesora del Ministerio de Justicia. En 1939 se exilió, y en 1942 llegó a Veracruz (México) a bordo del barco Sao Thomé.

[33] Montero, Rosa (1998): Historias de mujeres. Alfaguara, Madrid.

[34] El País (2020): «El sumario por la muerte de Hildegart Rodríguez, “La virgen roja”, en 1933».
www.elpais.com/elpais/2020/01/31/album/1580481773_545674.html

[35] Carmen Eulalia Campoamor Rodríguez, conocida como Clara Campoamor (Madrid, 12 de febrero de 1888​- Lausana, 30 de abril de 1972), fue una abogada, escritora, política y defensora de los derechos de la mujer española. Durante la Segunda República, creó la Unión Republicana Femenina y fue una de las principales impulsoras del sufragio femenino en España, que se incluyó en la Constitución de 1931 y fue ejercido por primera vez en las elecciones de 1933. A causa de la guerra civil, tuvo que huir de España y murió exiliada en Suiza.

[36] Félix Paredes Martín (Madrid, 1894 - ?)​ fue un poeta y periodista español del siglo XX, considerado uno de los más prolíficos cultivadores del romance durante la Guerra civil española y una de las mayores figuras de la poesía anarquista de este periodo.

[37] Rendueles, Guillermo (1989): El manuscrito encontrado en Ciempozuelos: análisis de la historia clínica de Aurora Rodríguez, Estudio del historial clínico de Aurora en el hospital de Ciempozuelos, ed. Endymion, Madrid.

[38] Grandes, Almudena (2020): La madre de Frankenstein. Agonía y muerte de Aurora Rodríguez. Tusquets, Barcelona.

[39] Ricardo José Clemente Mella Cea (Vigo, 23 de noviembre de 1861​-Vigo, 6 de agosto de 1925) fue uno de los principales escritores, intelectuales y activistas libertarios de finales del siglo XIX y principios del siglo XX en España. Se caracterizó por ser un estudioso de variados temas y de idiomas, dominando el inglés e italiano.

[40] Francisco Ferrer Guardia (Alella, 14 de enero de 1859 - Barcelona, 13 de octubre de 1909)1​ fue un pedagogo anarquista y librepensador español. Fue condenado a muerte por un consejo de guerra que lo acusó de haber sido uno de los instigadores de los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona de julio de 1909. Su condena a muerte y su posterior ejecución levantaron una oleada de protestas por toda Europa y por América, y también en España, que acabaron provocando la caída del gobierno de Maura.​ Ferrer Guardia recogió la tradición moderna iniciada por Rousseau en el siglo XVIII —contraria a la autoridad y a la cosmovisión religiosa—, para adaptarla al anarquismo y el librepensamiento que florecía en las ciudades industriales.

[41] Iván Illich (Viena, 4 de septiembre de 1926 - Bremen, 2 de diciembre de 2002) fue un pensador austríaco polifacético y polémico, clasificado como anarquista, autor de una serie de críticas a las instituciones clave del progreso en la cultura moderna. Criticó la educación escolar, la medicina profesional y de patente, así como el trabajo ajeno y no creador, y el consumo voraz de energía necesaria para el desarrollo económico como una negación de la equidad y la justicia social, entre otros muchos temas. Su obra se inscribe dentro de las corrientes antiindustriales.

[42] Lev Nikoláievich Tolstói​ (Yásnaya Poliana, 9 de septiembre de 1828-Astápovo, 20 de noviembre de 1910), conocido en español como León Tolstói, fue un escritor ruso. Es considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial.​ Sus dos obras más famosas, Guerra y paz y Ana Karénina, están consideradas como la cúspide del realismo ruso, junto a obras de Fiódor Dostoyevski.​ Recibió múltiples nominaciones para el Premio Nobel de Literatura todos los años de 1902 a 1906 y nominaciones para el Premio Nobel de la Paz en 1901, 1902 y 1910; el hecho de que nunca ganó es una gran controversia del premio Nobel. El escritor ruso creo en 1859 una escuela para los hijos de los campesinos, en una casa de campo que heredó de su madre. Las características de este colegio son las de la pedagogía no directiva, que rechaza la educación forzada y coercitiva, centrada sobre el orden, el terror, esfuerzos mnemónicos y atención. En un contexto histórico y social en el que los campesinos están saliendo de la esclavitud secular, Tolstoi está a favor de la educación pero sin que ésta sea una nueva forma de servidumbre. Viaja por Europa visitando distintas escuelas y llegando a la conclusión de que hay algo erróneo en todas ellas, en su estructura y métodos. Jasnaja Poljana es una escuela gratuita, experimental y antiautoritaria, sin programas, horarios, exámenes, edad escolar, métodos de enseñanza y obligatoriedad de asistencia. El aprendizaje se basa en “¿para qué sirve?”. La disciplina se convierte en autodisciplina. La formación parte de una libre madurez, el trabajo se elige libremente y bajo la propia responsabilidad. El papel del maestro, sin embargo, sigue siendo fundamental. La relación directa que se establece entre enseñante y alumno es central, el primero es un facilitador del aprendizaje del segundo, siguiendo sus necesidades y motivaciones. El estudio es simplemente una respuesta a las preguntas de la vida. Tolstoi diferencia entre cultura, educación, instrucción y enseñanza. Como cultura define la suma de todas las fuerzas sociales que forman el carácter de un individuo. La educación es el intento intencionado de dar a la persona un tipo de carácter y comportamiento determinado. La diferencia entre ambos es el carácter coercitivo de la segunda. “La educación es cultura obligatoria. La cultura es libre”. La instrucción es la transmisión de los conocimientos de una persona a otra, mientras que la enseñanza es la transmisión de capacidades. Ambas son procesos culturales mientras son libres, pero se convierten en procesos educativos cuando se imponen al alumno y cuando sólo se enseñan aquellos temas que el maestro considera necesarios. La escuela viene definida como la actividad consciente de aquellos que trasnmiten cultura a aquellos que la reciben. Para él, el no interferir significa garantizar al individuo la total libertad de acceder al tipo de enseñanza que responde a sus exigencias, a lo que aspira, y de evitar la enseñanza que no responde a sus exigencias y a la que no aspira. No debería, por tanto, recurrirse a programas prestablecidos, sino dejar libertad a los maestros de enseñar lo que consideren necesario, pero regulando la oferta en función de la demanda de los alumnos.

[43] Maria Tecla Artemisia Montessori (Chiaravalle, provincia de Ancona, Italia, 31 de agosto de 1870-Noordwijk, Países Bajos, 6 de mayo de 1952), más conocida como Maria Montessori, fue una médica, pedagoga, psiquiatra y filósofa, además de humanista, activista feminista, sufragista italiana y devota católica. A los 26 años, en 1896, se convirtió en una de las primeras mujeres médicos en Italia, no en la primera como ella misma afirmaba. Posteriormente como educadora fue conocida por la filosofía de la educación que lleva su nombre y sus escritos sobre pedagogía científica. A una edad temprana, Montessori rompió las barreras y expectativas de género cuando se inscribió en clases en una escuela técnica para hombres, con la esperanza de convertirse en ingeniera. Pronto cambió de parecer y comenzó medicina en la Universidad de Roma La Sapienza, donde se graduó, con honores, en 1896. Su método educativo se usa hoy en día en muchas escuelas públicas y privadas de todo el mundo.

[44] Antón Semiónovich Makárenko (Nació el 13 de marzo de 1888 en Belopole, Óblast de Sumy, Imperio ruso, según el calendario gregoriano. En el calendario juliano, utilizado en Rusia en ese momento, su fecha de nacimiento corresponde al 1 de marzo. y su fallecimiento sucedió el 1 de abril de 1939 en Moscú.) fue un pedagogo ruso-soviético.​ Tras el triunfo de la Revolución de octubre fundó las casas cooperativas para huérfanos de la guerra civil, destacando la Colonia Gorki; más tarde fundó, bajo los auspicios de Stalin, el municipio de Dzerjinski, donde trabajó hasta el fin de sus días.​ Makárenko escribió numerosas obras, entre las que destaca El Poema pedagógico, que no es sino una historia de la colonia Gorki. Fue un libro popular en la URSS, compuesto originalmente por tres volúmenes, y actualmente forma parte del temario de estudio de numerosos planes universitarios relacionados con el mundo de la escuela y la pedagogía.

[45] Alexander Sutherland Neill (Forfar, 17 de octubre de 1883 – Aldeburgh, 23 de septiembre de 1973) fue un educador progresista escocés, artífice y fundador de la Escuela de Summerhill (1921), considerado como uno de los centros pioneros de la educación en libertad. Su descontento con la pedagogía convencional oficial británica lo llevaría hasta Alemania en 1921, donde desarrolló los métodos que, tras su regreso a Inglaterra, dieron carácter a la Escuela de Summerhill. Tras innumerables vicisitudes a lo largo de tres cuartos de siglo fue, finalmente reconocida por la Ofsted inglesa en 2007 y, poco después, premiada por las Naciones Unidas.

[46] Paulo Reglus Neves Freire (Recife, Pernambuco, 19 de septiembre de 1921-São Paulo, 2 de mayo de 1997) fue un pedagogo, educador y filósofo brasileño. Es considerado uno de los pensadores más notables en la historia de la pedagogía a nivel mundial, tanto por su representación de la pedagogía crítica, como por su orientación marxista. Es conocido por su influyente trabajo, llamado la Pedagogía del oprimido (1969), que generalmente se considera uno de los textos fundamentales del movimiento de pedagogía crítica.​ Entre otras ideas, Freire proponía la autonomía como fundamento pedagógico en la escuela.​

[47] Carmen Eulalia Campoamor Rodríguez, conocida como Clara Campoamor (Madrid, 12 de febrero de 1888​-Lausana, 30 de abril de 1972),​ fue una abogada, escritora, política y defensora de los derechos de la mujer española. Durante la Segunda República, creó la Unión Republicana Femenina y fue una de las principales impulsoras del sufragio femenino en España, que se incluyó en la Constitución de 1931 y fue ejercido por primera vez en las elecciones de 1933. A causa de la guerra civil, tuvo que huir de España y murió exiliada en Suiza.

[48] Victoria Kent Siano (Málaga, 6 de marzo de 1898-Nueva York, 25 de septiembre de 1987) fue una abogada y política republicana española. Fue la segunda mujer española en colegiarse para ejercer como abogada tras Ascensión Chirivella Marín (que se colegió en Valencia en 1922) y la primera en hacerlo en el Colegio de Abogados de Madrid, en 1925, durante la dictadura de Primo de Rivera. Se convirtió, además, en la primera mujer del mundo que ejerció como abogada ante un tribunal militar o consejo de guerra (1931) tras haberse negado a colaborar con el dictador Primo de Rivera, y en una de las tres mujeres con escaño en el Congreso de los Diputados durante la Segunda República.

[49] Lucía Sánchez Saornil (Madrid, 13 de diciembre de 1895-Valencia, 2 de junio de 1970) fue una poeta ultraísta, militante anarquista y luchadora por la emancipación de las mujeres española. Utilizó el seudónimo literario Luciano de San-Saor, y los periodísticos La Compañera X, Vigía, Un Confederado, El Observador y puede que otros en la prensa anarcosindicalista de los años treinta. Telefonista en 1916, se afilió a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en 1931. En abril de 1936 cofundó la revista y la organización Mujeres Libres, de la que fue secretaria nacional. En 1937 participó en la creación de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA), de la que fue secretaria general. En ese año conoció a América Barroso Mery, con la que vivió el resto de su vida.

[50] Federica Montseny Mañé (Madrid, 12 de febrero de 1905-Toulouse, 14 de enero de 1994) fue una política, sindicalista anarquista y escritora española. Fue ministra de Sanidad durante la Segunda República, siendo la primera mujer en ocupar un cargo ministerial en España y una de las primeras en Europa occidental. Como parte de su labor ministerial, llevó a cabo el primer proyecto de Ley estatal del aborto en España, que no logró ser aprobado, así como otras medidas dirigidas a la infancia y poblaciones vulnerables.​ En el ámbito literario, publicó casi cincuenta novelas cortas con trasfondo romántico-social dirigidas a las mujeres de clase obrera, así como escritos políticos, éticos, biográficos y autobiográficos. ​Al final de la Guerra Civil se exilió a Francia, donde continuó su activismo político y publicó bajo el seudónimo de Fanny Germain hasta su regreso a España en 1977.

[51] Mercedes Comaposada Guillén (Barcelona, 14 de agosto de 1901 - París, 11 de febrero de 1994), nacida como Mercè Comaposada i Guillén en catalán, fue una activista española, cofundadora, junto con Lucía Sánchez Saornil y Amparo Poch y Gascón, de la organización Mujeres Libres, militante de le Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y con importante participación en la revolución social española de 1936.

[52] Amparo Poch y Gascón (Zaragoza, 15 de octubre de 1902-Toulouse, 15 de abril de 1968) fue una escritora y médica activista antifascista y libertaria española, cofundadora en 1936 de la revista Mujeres Libres.

[53] Carmen de Burgos Seguí (Almería, 10 de diciembre de 1867-Madrid, 9 de octubre de 1932) fue una periodista, escritora y traductora española, y activista de los derechos de la mujer. Conocida como «Colombine», también firmó con otros seudónimos como «Gabriel Luna», «Perico el de los Palotes», «Raquel», «Honorine» o «Marianela». Perteneció a la generación del 98 y a la Edad de Plata y se la considera la primera periodista profesional en España y en lengua castellana por su condición de redactora del madrileño Diario Universal. También está considerada como la primera corresponsal de guerra.

[54] María de la O Lejárraga García (San Millán de la Cogolla, La Rioja, 28 de diciembre de 1874 – Buenos Aires, 28 de junio de 1974) fue una escritora y feminista española. También conocida como María Martínez Sierra, seudónimo que adoptó a partir de los apellidos de su marido, Gregorio Martínez Sierra, y bajo cuyo nombre escribió gran parte de su obra. Parte importante de sus escritos se firman como María Lejárraga. Diputada al Congreso por el PSOE por la circunscripción de Granada en 1933.​

[55] Margarita Nelken Mansberger (Madrid, 5 de julio de 1894-Ciudad de México, 8 de marzo de 1968) fue una escritora, crítica de arte y política feminista española. Obtuvo, como miembro del PSOE, escaño de diputada en las tres elecciones generales de la Segunda República, sin embargo a finales de 1936, una vez iniciada la guerra civil española se afilió al PCE, formación de la que fue expulsada seis años más tarde. Tras el fin de la contienda, se exilió en México, donde falleció.​

[56] Teresa Claramunt Creus (Sabadell, Cataluña; 4 de junio de 1862-Barcelona, 11 de abril de 1931),​ conocida también como «la virgen roja barcelonesa», fue una dirigente anarcosindicalista española y pionera del feminismo obrerista anarquista. Su padre era Ramón Claramunt, republicano federal. Su oficio era el de mecánico montador de hilatura. Su madre era Joaquina Creus, mujer de gran carácter, cuestión que también heredaría Teresa. Fruto de este matrimonio nacieron cinco hijos, María y Teresa que nacieron en Sabadell, y sus otros tres hermanos, José, Ángel y Purificación, nacidos en Barbastro. Su padre, Ramón, llegó a ser alcalde de Barbastro y coronel de las milicias republicanas durante la Primera República Española.

[57] Elena Fortún, seudónimo de María de la Encarnación Gertrudis Jacoba Aragoneses y de Urquijo (Madrid, 18 de noviembre de 1886-Madrid, 8 de mayo de 1952), fue una escritora española, conocida tradicionalmente por su obras de literatura infantil y juvenil y por ser la creadora del famoso personaje de Celia. Tras su muerte, su obra ha sido revaluada, señalando la presencia de temas de emancipación femenina en parte de la obra de Celia, y editándose los manuscritos de Celia en la revolución (1987), sobre su vivencia de la Guerra civil, y las novelas lésbicas Oculto sendero (2016) y El pensionado de Santa Casilda (2022, con Matilde Ras).

[58] Kati Horna (Szilasbalhás, imperio austrohúngaro, 19 de mayo de 1912-Ciudad de México, 19 de octubre de 2000) fue una fotógrafa anarquista nacida en Hungría y nacionalizada mexicana.

[59] María Pérez Lacruz (Teruel, 3 de mayo de 1917 - Paterna, 8 de agosto de 1942), más conocida por el seudónimo de la Jabalina por provenir su familia de la zona de Jabaloyas, fue una militante anarquista española, miembro de las Federación Ibérica de Juventudes Libertarias.

[60] María Teresa León Goyri (Logroño, 31 de octubre de 1903-Majadahonda, 13 de diciembre de 1988) fue una escritora española integrada en la generación del 27 y que, después de la guerra civil española, se incluye en el grupo de escritoras españolas en el exilio. Además, fue una mujer feminista comprometida con el conflictivo tiempo en que le tocó vivir, enfrentándose a críticas y convenciones sociales.

[61] Émilienne Clemence Léontine Morin (Angers, 28 de octubre de 1901 - Quimper, 14 de febrero de 1991) fue una taquígrafa y anarcosindicalista francesa, compañera de Buenaventura Durruti. En 1936, formó parte de la columna Durruti, unidad militar anarquista, durante la guerra civil española. Fue apodada «Mimi-FAI» en honor a la Federación Anarquista Ibérica (FAI).

[62] Gerta Pohorylle (Stuttgart, Alemania; 1 de agosto de 1910–El Escorial, España; 26 de julio de 1937), quien usó el seudónimo Gerda Taro, fue una pionera periodista gráfica de guerra alemana de origen judío. Ella y su pareja, Endre Friedmann, fotografiaban usando el alias Robert Capa, y es difícil saber qué fotos son de cada uno. Es considerada la primera fotoperiodista mujer que cubrió un frente de guerra y la primera en fallecer al llevarlo a cabo.